Vol. 64 (105), 2024, pp.103-138 -Segundo semestre / julio-diciembre

ISSN-L 0459-1283 e-ISSN - 2791-1179

Depósito legal: pp. 195202DF47

Artículo

Página

119

https://doi.org/10.56219/letras.v64i105.3276

del territorio colombiano como un sistema binario de oposiciones similares a las que se han descrito para el español ibérico.

Otra crítica de Ruiz (2020) al sistema de Montes (1982) radica en que «esa misma binariedad del modelo cierra la estructura sobre sí misma y no facilita el diálogo con otras realidades dialectales americanas» (p. 176); en esta medida, se anulan las conexiones del español colombiano con los continuum geolectales que integran el mapa general de la dialectología americana, constituido por variedades extensas que sobrepasan las fronteras nacionales.

Es importante señalar que la propuesta de Ruiz (2020) puede ubicarse en el campo de la dialectología moderna, dado que incorpora aspectos teóricos y metodológicos propios de la geografía humana. En este sentido, busca crear un modelo de escala dialectal otorgando intervalos de porcentajes a las diferentes unidades dialectales (hablas locales, subdialectos, dialectos y superdialectos). En esta medida, el concepto de superdialecto ya no está supeditado a la oposición de rasgos lingüísticos respecto a unidades similares, sino que se ubica en el ámbito de lo geográfico.

En lo atinente a los rasgos característicos, Ruiz (2020) considera, en su propuesta, solo tres aspectos, los cuales estima pertinentes por su actual vigencia: el voseo, la articulación de /-s/, y la articulación de /-n/. Lo anterior, según su argumentación, le posibilita proponer tres superdialectos (en lugar de los dos indicados por Montes [1982]) y varios subdialectos que todavía continúan casi que inexplorados, como son el llanero este, el amazónico norte y el amazónico sur, tal y como lo ha señalado el mismo Ruiz (2020), y otros autores como Bernal y Díaz (2017).

En la figura 2 se reproduce la división dialectal propuesta por Ruiz (2020):