Vol. 64 (105), 2024, pp.401-426 -Segundo semestre / julio-diciembre
ISSN-L 0459-1283 e-ISSN - 2791-1179
Depósito legal: pp. 195202DF47
Artículo
Página
407
https://doi.org/10.56219/letras.v64i105.3288
el orden de las recetas, y admite una lectura horizontal que proporciona el contenido global del texto.
Cada receta consta de un título que extracta la información, seguido de un enunciado en que se narra o explica el contenido. Estas dos partes se distinguen tipográficamente, la primera puede ir en mayúsculas sostenidas, negritas; mientras que la segunda se expone en un texto corrido con un mismo tamaño de fuente.
Por su parte, los títulos de las recetas se ajustan a la economía lingüística, ya que en cuanto a su proporción lingüística se conforman de manera sucinta, cuya finalidad es explicativa (Viudas Camarasa, 1982). Comúnmente, son construcciones elípticas y se organizan en sintagmas nominales y verbales, que pueden ser unimembres o bimembres, simples o complejas.
Con relación a los enunciados de las recetas, sobresalen por el uso de la función apelativa del lenguaje, porque mediante instrucciones se intenta llegar al lector o usuario del texto culinario. La relación gestada entre el emisor y el receptor se entabla a partir de patrones verbales prototípicos. Las modalidades verbales empleadas son el indicativo, en presente o futuro, y el imperativo. Asimismo, se recurre al infinitivo y a las formas verbales precedidas de “se”, que son las más recurrentes en los repertorios contemporáneos (Viudas Camarasa, 1982).
2.2. La gastronomía paraguaya
Es notoria la escasez de estudios referidos a la gastronomía paraguaya. Miró (2001, p. 12) asevera que se le ha restado importancia en el “contexto histórico, antropológico y cultural, prueba de ello es la exigua bibliografía histórica existente sobre el tema, y la subvaloración por falta de estudios que demuestren y promocionen su alto valor nutricional, cultural, religioso, social y económico”. Tampoco existen datos sobre indagaciones que atañen a libros de cocina ni se cuentan con repertorios lexicográficos sobre el tema.
La conformación de la cocina paraguaya se da a partir de elementos autóctonos provenientes de la flora y fauna nativa, como la mandioca, el maíz (cocido, fermentado y molido), legumbres, carne de los peces de río, de cerdo, de gallina, así como de algunos