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León Figuera, Y.G. (2025). La comunicación: Espacio para la construcción del significado en la
práctica expresiva humana y en las formas virtuales de interacción. Dialógica, Revista
Multidisciplinaria. 22(1), 04-18.
que explique mejor lo anterior, supongamos que existe una persona que llora y otra
persona que la observa; la persona que llora, a través de sus lágrimas (que son un signo)
expresa un sentimiento que puede estar asociado al dolor, la tristeza, la angustia, la rabia,
la emoción, la felicidad, entre otros. Mientras tanto, la persona que observa interpreta el
signo (las lágrimas) y asume una postura frente a él, pues, las lágrimas tienen una carga
semántica para el observador.
En el ejemplo planteado, se presenta un acto comunicativo a partir de un signo
natural, debido a que alguien (emisor) expresa un sentir y el otro (receptor) lo entiende e
interpreta; entonces es posible pensar que el signo funciona como un vehículo de
significados, porque traslada ideas que para los interlocutores significan algo, es decir que
poseen un sentido y a donde son llevadas lo mantienen, por consiguiente, son
significativas tanto para quien las emite como para quien las recibe y en esto radica el
proceso comunicativo.
De la misma manera, el signo lingüístico, concebido desde el enfoque saussureano,
también, es un vehículo de significación, de hecho, el significado es una de las caras de la
moneda, que compone al signo lingüístico, en conjunto con el significante. Al respecto,
Saussure (1945) planteó que “lo que el signo lingüístico une, no es una cosa y un nombre,
sino un concepto y una imagen acústica (…) que dependen de los valores que emanan del
sistema” (pp. 128-198). Para él, el significado no es algo externo a la lengua, por el
contrario, su función es interna, no existe el significado sin el signo. Esta afirmación se
relaciona directamente con lo expuesto por Humboldt, citado por Galán (s/f) “La
significación de las palabras son contenidos formados subjetivamente (propios de cada
lengua particular) que no existen independientemente de los significantes, sino que
forman una unidad indisoluble con ellos” (p. 172).
En el marco de lo anterior, es pertinente acotar que la definición del significado ha
representado una de las más grandes dificultades para los teóricos de la lengua por su
dificultad y por su ambigüedad. No obstante, autores como Humboldt, Berruto, Schaff
Ullman, lograron algunos acercamientos iniciales a este controversial concepto. Para