Rol del docente en el área de formación orientación
y convivencia de educación media general (pp. 163-178)
Johanna Medina
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Rol del docente en el área de formación orientación y convivencia de
educación media general
Role of the teacher in the area of orientation training and coexistence of general
secondary education
Rôle de l'enseignant dans le domaine de la formation d'orientation et de la
coexistence de l'enseignement secondaire general
Johanna Medina
johannaluciamedina@gmail.com
Unidad Educativa Nacional Leopoldo Aguerrevere,
Caracas-Venezuela
Recibido: 07 de mayo 2022 / Arbitrado: 03 de noviembre 2022 / Publicado: 30 de noviembre 2022
RESUMEN
La educación es considerada un proceso indispensable para formar ciudadanos aptos y
que convivan en sociedad. Esta se orienta hacia el desarrollo integral del ser humano,
por tanto, es importante el vínculo que representa la educación con la orientación, ambas
deben trabajar de la mano, para ser agentes de cambios, en función de aplicar los
principios orientadores desde la prevención y el desarrollo. El objetivo de esta
investigación fue estudiar el rol del docente en el área de formación orientación y
convivencia de educación media general. Estuvo fundamentado en un diseño
documental, se parte de postulados teóricos que dan origen a un posterior proceso de
reflexión, análisis e interpretación de la información. Como resultado, se precisó que el
docente debe ejercer su rol como orientador, pero carece de formación e información
para desempeñarlo y no puede administrar de manera eficiente el área de formación
orientación y convivencia, por lo que no hay articulación al respecto. Concluyendo que el
docente en su rol orientador puede realizar el acompañamiento pedagógico y responder
de forma acertada a las necesidades de los estudiantes de este nivel, siempre y cuando
esté preparado para ejercer dicho rol.
Palabras clave: Rol, Docente, Orientación, Convivencia, Educación
ABSTRACT
Education is considered an indispensable process in order to form citizens who are able
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to live together in society. This is oriented towards the integral development of the human
being, therefore, the link between education and guidance is important, both must work
hand in hand, to be agents of change, in order to apply the principles of guidance from
prevention and development. The aim of this research was to study the role of the teacher
in the area of orientation and coexistence training in general secondary education. It was
based on a documentary design, starting from theoretical postulates that give rise to a
subsequent process of reflection, analysis and interpretation of the information. As a
result, it was found that teachers should exercise their role as counsellors, but lack the
training and information to do so and cannot efficiently manage the area of guidance and
coexistence training, so there is no articulation in this regard. The conclusion is that
teachers in their role as counsellors can provide pedagogical support and respond
appropriately to the needs of students at this level, as long as they are prepared to carry
out this role.
Key words: Role, Teacher, Orientation, Coexistence, Education
RÉSUMÉ
L'éducation est considérée comme un processus indispensable pour former des citoyens
capables de vivre ensemble dans la société. Elle est orientée vers le développement
intégral de l'être humain, par conséquent, le lien entre l'éducation et l'orientation est
important, les deux doivent travailler main dans la main, pour être des agents de
changement, afin d'appliquer les principes d'orientation de la prévention et du
développement. L'objectif de cette recherche était d'étudier le rôle de l'enseignant dans
le domaine de la formation à l'orientation et à la coexistence dans l'enseignement
secondaire général. Elle s'est basée sur une conception documentaire, partant de
postulats théoriques qui donnent lieu à un processus ultérieur de réflexion, d'analyse et
d'interprétation de l'information. Il en ressort que les enseignants devraient exercer leur
rôle de conseiller, mais qu'ils manquent de formation et d'information pour le faire et qu'ils
ne peuvent pas gérer efficacement le domaine de la formation à l'orientation et à la
coexistence, de sorte qu'il n'y a pas d'articulation à cet égard. La conclusion est que les
enseignants, dans leur rôle de conseillers, peuvent apporter un soutien pédagogique et
répondre de manière appropriée aux besoins des élèves de ce niveau, à condition qu'ils
soient préparés à exercer ce rôle.
Mots clés: Rôle, Enseignant, Orientation, Coexistence, Éducation
INTRODUCCIÓN
La educación media general atiende estudiantes entre primero y quinto año, siendo
en su mayoría adolescentes. Esta etapa de la adolescencia es básicamente un período
de cambios que va de niño al adulto, donde comienzan a poseer cierta independencia
que muchas veces no manejan de manera adecuada. Es una etapa de descubrimiento
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de la propia identidad que requiere de la guía y orientación de padres, docentes y
orientadores. Se resalta entonces la importancia del rol que cada docente debe ejercer
desde sus distintas áreas como orientador de estos jóvenes en tan importante etapa de
sus vidas. De este accionar, va a depender en gran medida el buen desarrollo integral
del adolescente.
Para la atención a estos grupos, se crea el área de formación orientación y
convivencia, la cual se crea para educación media general, la cual tiene como objetivo la
orientación y el acompañamiento permanente de los estudiantes en su proceso educativo
y debe ser asumida por profesores de cualquier especialidad, los cuales deberán
hacerles acompañamiento a los adolescentes y enseñar los temas generadores
sugeridos: identidad individual y grupal, situaciones escolares, la sexualidad, riesgos
sociales en la adolescencia, y la comunicación como proceso indispensable en las
relaciones humanas.
Al revisar detenidamente los contenidos propuestos que deben asumir los
profesores responsables de esta área, se observa que al ser de otras especialidades no
tienen la preparación para asumirla en su totalidad, ya que no son orientadores. En tal
sentido, en el presente artículo se pretende hacer una revisión documental que dé aportes
desde la orientación con relación al rol de este docente de educación media general en
esta área de formación.
REFERENTES TEÓRICOS
La Orientación Integrada a la Educación
La orientación se fundamenta en las necesidades del individuo, en las diversas
etapas de su desarrollo. Es un proceso integral y holístico, atiende a la persona en todos
los aspectos de su personalidad sin descuidar cada tarea que debe cumplir de acuerdo
con la etapa evolutiva que está viviendo en diferentes áreas (educativa, personal-social-
emocional y vocacional- profesional). Existen diferentes puntos de vista y en función de
la ayuda que se quiere ofrecer al individuo, ha sido entendida desde diversas
perspectivas, tal como se muestra en las siguientes definiciones.
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Bisquerra y Álvarez (1996), indican que la orientación es un “proceso de ayuda
continua a todas las personas, en todos sus aspectos, con el objeto de potenciar el
desarrollo humano a lo largo de toda la vida” (p. 38). Posteriormente, Molina (1998),
manifiesta que la orientación “es un proceso de ayuda continuo a todas las personas en
los aspectos de su personalidad, con el objeto de potenciar el desarrollo humano a lo
largo de toda la vida” (p. 25). Para Johns (citado en Monroy, 2000), es “la ayuda que se
presta a las personas para resolver sus problemas y tomar decisiones prudentes” (p. 11).
La orientación dentro del sistema educativo es uno de los pilares fundamentales,
pues viene a ser la herramienta necesaria para el logro de una educación personalizada,
integral en conocimientos, destrezas y valores. Además, como proceso continuo, ayuda
al educando a confrontar las dificultades que se le presentan y lo encamina a obtener el
pleno rendimiento en sus actividades escolares. Por consiguiente, queda claro que la
orientación, está indiscutiblemente integrada a la educación y va a otorgar al proceso
educativo el matiz humanizado que requiere. Es así como educación y orientación van
de la mano. Por lo que se necesita que todo docente sea del área a la que pertenezca
asuma el rol orientador.
Es así como la educación debe trabajar de la mano con la orientación y aprovechar
el apoyo de esta disciplina desde la prevención y desarrollo. En esta línea, Martínez
(2002) señala que la finalidad de la educación y la orientación son coincidentes; ambos
procesos persiguen el desarrollo integral y personal del individuo a lo largo y ancho de la
vida. La educación constituye un proceso de aprendizaje permanente y de socialización
a lo largo de toda la vida, esta no debe limitarse a transmitir conocimientos, sino que debe
también ser capaz de difundir valores, habilidades, aptitudes y actitudes de vida positivas,
así como asumir el reto y la responsabilidad de la integralidad y la transformación. En
atención a lo expuesto, se destaca entonces la importancia del rol orientador que debe
tener el docente que se desempeña en cualquiera de sus niveles y modalidades sistema
educativo.
Rol Orientador del Docente
Los constantes y acelerados cambios que la actual sociedad ha venido experimen-
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tando llevan a la reflexión, discusión y el contraste del perfil profesional del docente
especialista de aula con las funciones y características del rol orientador y su intervención
e integración en contexto de familia, escuela y comunidad, destacándose que existe una
necesidad de acción en estos contextos y que la orientación desde su praxis social
funcione para buscar diversas alternativas de solución a todas las situaciones
problemáticas o no, que se puedan presentar en determinados momentos. En palabras
de Inciarte (citado por González, 2012), el rol del docente orientador destaca que debe
atender al alumnado en sus necesidades e intereses, así como la exploración vocacional
de los estudiantes. Esta es una de las funciones que en su mayoría un docente regular
no toma y es llevada por los orientadores de las diferentes instituciones.
En atención a este aspecto, Bisquerra y Pérez (2007) exponen que el rol orientador
se ajusta a la noción de agente de cambio y creador de las condiciones necesarias para
el desarrollo personal, social y profesional, capaz de generar procesos de intervención
que preparen a los actores del escenario educativo para “adoptar comportamientos
apropiados y responsables que les permitan afrontar satisfactoriamente los desafíos de
la vida diaria” (p.11). Asimismo, González (2012) propone que el profesional en
orientación debe entenderse como un agente de transformación y cambio para “los
actores del centro educativo, al posibilitar la realización de actividades motivacionales en
la que entran en juego el desarrollo del potencial humano y las habilidades necesarias
para consolidar relaciones apropiadas con las demandas de su realidad” (p. 12).
El docente desde su rol como orientador es un especialista con competencias
personales y profesionales de las que depende la atención de todas las dimensiones del
ser humano dentro y fuera del sistema educativo, proveyendo, a través de relaciones de
ayuda, la prevención de problemáticas que pudieran imposibilitar el efectivo desarrollo
del potencial del ser humano (Bisquerra, 2003). En complemento, otros aspectos que
definen el perfil del orientador es que posee conocimientos teóricos, así como del manejo
metodológico necesario para promover acciones preventivas, deben ser aplicadas en
forma sistemática, continua y procesualmente cooperan con el desarrollo de las diversas
dimensiones integrales del ser humano (Arrieta, 2012 y De Medrano, 2009).
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El orientador tiene un compromiso socio educativo muy amplio y busca permitir,
según Molina (2004), que el individuo logre “su desarrollo integral como requerimiento
que le revista de la capacidad para influir sobre contextos sociales más amplios y ofrezca
respuestas innovadoras a las demandas sociales” (p. 8). En este mismo orden de ideas,
Aceves y Simental (2013) asumen que el profesional de la orientación representa, para
el sistema educativo, el agente posibilitador de los medios para “llevar al sujeto a
conseguir información sobre sí mismo, a identificar sus necesidades, así como tomar
decisiones como aspectos fundamentales dentro del desarrollo de su proyecto vital” (p.
10). En la opinión de la autora de este escrito, las valoraciones realizadas por los autores
citados en función del rol orientador del docente significan que orientar, asesorar y guiar,
es establecer un proceso de acompañamiento y apoyo al individuo para la exploración
de sus capacidades, habilidades y destrezas, mediante las cuales pueden lograr las
metas u objetivos en lo personal y profesional.
Debe señalarse los roles del orientador inherente a su formación profesional que
son presentados por Castejón y Zamora (2016, p. 32): a) Planificador: Diseña programas,
proyectos acciones y demás actividades propias para la resolución de soluciones
específicas. b) Investigador: Utiliza las herramientas y técnicas que proporcionan los
métodos de investigación para hacer más efectivo el proceso de intervención y para el
desarrollo de la orientación como disciplina. c) Mediador: Diseña, desarrolla y evalúa
procesos que permiten el desarrollo armónico integral del potencial de los seres
humanos. d) Asesor: Prestas sus servicios profesionales actuando como experto en
desarrollo humano en situaciones vinculadas a cualquier área de la orientación,
Estos autores exponen también la importancia de los siguientes roles: a)
Planificador: Diseña programas, proyectos acciones y demás actividades propias para la
resolución de soluciones específicas. b) Promotor e interventor: Participa activamente en
los procesos de transformación de los grupos humanos con los que se involucran. c)
Consultor: Diseña evalúa planes de intervención. d) Promotor social: sirve de articulador,
organizador, líder, y facilitador de procesos humanos que permitan la sana convivencia y
la calidad de vida en los diversos contextos de trabajo (p. 32).
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Área de Formación para la Orientación y Convivencia
El área de formación orientación y convivencia es una de las 14 que pertenecen al
currículo de educación media general. Se destaca en este artículo porque tiene la
particularidad que es impartida por los profesores de las diferentes especialidades y
áreas de estudio, aunque su contenido aborda básicamente aspectos personales y de
valores los cuales muchos no pertenecen a la disciplina en la cual fueron formados los
profesores. Esta área, de acuerdo al Ministerio del Poder Popular para la Educación
(MPPPE, 2017), se crea como área para la orientación y el acompañamiento permanente
de los estudiantes en su proceso educativo y es asumida por profesores guías, los cuales
pueden ser cualquier especialidad. Destaca la importancia del acompañamiento de los y
las adolescentes en el proceso de desarrollo como sujeto en formación.
Los temas generadores sugeridos para el área de orientación y convivencia son:
identidad individual y grupal, situaciones escolares, la sexualidad, riesgos sociales en la
adolescencia, y la comunicación como proceso indispensable en las relaciones humanas.
Cada uno de estos temas, contiene sus correspondientes tejidos temáticos y referentes
teóricos y prácticos. Las orientaciones metodológicas que debe seguir el docente según
el MPPPE, están dadas en que este diagnostique las necesidades formativas de los
estudiantes para atenderlos desde lo cognitivo, afectivo y sociocultural facilitando así su
desenvolvimiento como jóvenes y adolescentes. En tal sentido, el docente que asume
debe ir más allá de pasar notas, llevar registros de sus estudiantes, entregar boletas a
los padres entre otras, la sumisión de las responsabilidades pedagógicas y humanistas,
aunado al acompañamiento y seguimiento de la vida los estudiantes en las áreas de
formación.
Competencias Deseables del Docente del Área de Orientación y Convivencia
En la actualidad, la palabra competencias es un término que tiene muchos
significados, los cuales varían en función del contexto. Los perfiles profesionales y
personales tienden a diseñarse en términos de competencias. Según la opinión de
Lasnier (2000), la competencia “resulta de la movilización de capacidades, habilidades y
conocimientos, utilizados de manera eficaz, en situaciones que tienen un carácter común”
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(p. 32). Por su parte, Tobón et. al. (2006) refiere, las competencias “son procesos
complejos de desempeño con idoneidad en un determinado contexto, con
responsabilidad” (p. 5).
En el área educativa, se destacan algunos autores que hacen referencia a las
competencias que debe tener un docente. Braslavsky (1999, p. 27) propone las
siguientes competencias: La pedagógico-didáctica, se refieren a la capacidad que debe
tener el docente de conocer, saber seleccionar, utilizar, evaluar, perfeccionar y recrear o
crear estrategias de intervención didáctica efectivas. Se evidencian cuando las que aplica
comúnmente son insuficientes o pertinentes y éste es capaz de crear otras en el
momento. La Competencia institucional, refiere que los docentes deben tener la
capacidad de articular lo macro con lo micro, es decir, lo que exige el gobierno, lo que
exige la institución y lo que él requiere en su aula, patio y espacios que le involucren
directamente, mostrar autonomía, creatividad y capacidad de crítica desde la acción.
Además, la Competencia productiva, exige la capacidad de estar abierto e inmerso
en los cambios que se suceden y se sucederán para orientar y estimular los aprendizajes
en los alumnos. La Competencia interactiva, demanda la capacidad que debe tener el
docente de comunicarse y entenderse con el otro no sólo como individuo, sino como
comunidad, organismo o sociedad, ejercer la tolerancia, convivencia y cooperación entre
diferentes y la Competencia especificadora, requiere la capacidad del docente de aplicar
un conjunto de conocimientos vinculados con los procesos de su especialización y su
práctica profesional. También hace referencia a la capacidad que le permita afrontar con
éxito las necesidades y conocimientos propios de la actualidad, evidenciándose así un
mayor dominio de contenidos, disciplinas y metodologías.
Entre tanto, Delors (1994), destaca que el foco más importante para lograr la
competencia personal y profesional que requiere tanto el que aprende como el educador,
está basado en una concepción del proceso de aprendizaje que: (a) facilite la adquisición
de capacidades, (b) proporcione estrategias generalizables para solucionar problemas y
(c) desarrolle capacidades socioafectivas. Indudablemente, los pilares de la educación
se convierten entonces en la base para cada competencia que se perfile en un docente.
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En este orden de ideas, Mas y Olmos (2016), relacionan las competencias con los
pilares de la educación; al “conocer que sería la acumulación de contenidos, hacer que
corresponda a las habilidades y ser y estar, a las actitudes y valores” (p. 4). Esta
afirmación apunta a un docente integrador con amplias capacidades para la solución de
problemas, que tenga elementos cognitivos, actitudinales y valorativos y que puede dar
respuestas a las situaciones que se le presentan cada día.
Enfatizando las competencias deseables de un docente, Perrenoud (2001), destaca
dos aspectos que debe cumplir un profesor, estos son los relativos a la ciudadanía, los
cuales exigen que el docente debe ser: una persona creíble, mediador intercultural,
animador de una comunidad educativa, garante de la ley, organizador de una vida
democrática, conductor cultural e intelectual. Los relativos a la construcción de saberes
y competencias exigen que un profesor sea: organizador de una pedagogía constructiva,
garante del sentido de los saberes, creador de situaciones de aprendizaje, gestionador
de la heterogeneidad y regulador de los procesos y de los caminos de la formación.
Completa la lista con dos posturas fundamentales: a) la práctica, que se refiere a la
capacidad de innovar, de negociar, de regular su práctica reflexiva; y b) la implicación
crítica, que reseña el compromiso con el debate político en relación con el tema de la
educación (ibidem).
Sin duda, cualquier docente debe poseer las competencias mencionadas, pero el
profesor que le corresponda asumir el área de formación orientación y convivencia, tiene
que desarrollar características personales, que son las que le van a ayudar a afrontar los
diferentes retos que esta área plantea. Un profesor de cualquier especialidad tiene que
desempeñar su rol orientador, con las competencias necesarias para su desarrollo
personal y el conocimiento de los tejidos temáticos que se presentan en el contenido y
que, en la mayoría de las veces, no tiene relación con el área de formación del profesor.
MÉTODO
La indagación estuvo enmarcada en un diseño documental. La Universidad
Pedagógica Experimental Libertador (2016) la plantea como el “estudio de problemas con
el propósito de ampliar y profundizar el conocimiento de su naturaleza, con apoyo,
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principalmente, en trabajos previos, información y datos divulgados por medios impresos,
audiovisuales o electrónicos” (p. 20). Para llevarse a cabo el proceso realizado, la autora
de esta indagación, procedió a realizar los siguientes pasos: Delimitación del problema
de estudio. Revisión teórica. Análisis teórico y Redacción de conclusiones.
En este caso para la realización de análisis e interpretación de la información, se
tomó el planteamiento del autor Arias (2012) el cual define como “las técnicas lógicas
(inducción, deducción, análisis o síntesis) … que se emplean para descifrar lo que revelen
los datos recolectados” (p. 111). Para la selección de las unidades de estudio se buscaron
por palabras claves, como: Rol del docente, orientación, convivencia y palabras
combinadas que fueron: orientación y convivencia, docente orientador, docente y
convivencia. Se aplicaron criterios de inclusión relacionada con el año, no menor del
2018, sin excluir los de años anteriores que por su relevancia para la temática abordada
tenía que ser analizados en el presente estudio. Se analizaron investigaciones tanto en
el ámbito internacional y como en el nacional (Ver cuadro 1). Fue un total de siete (7)
unidades de estudio dilucidadas, para la confrontación e interpretación se emplearon los
siguientes criterios de análisis: Rol orientador del docente en educación media general y
área de formación orientación y convivencia.
Cuadro 1: Perspectivas teóricas vinculadas al rol orientador del docente.
Autor(es)
País
Postulado
González y
Otero
(2019)
España
Entra las estrategias del rol del orientador y tutor están el combatir
el abandono escolar temprano atendiendo las siguientes áreas de
actuación (prevención, intervención y compensación) se ocupan
de fomentar el desarrollo integral del alumnado a nivel personal,
académico y profesional, la adecuada transición entre etapas, la
colaboración entre agentes educativos y comunitarios, y la
formación e implicación de familias y profesorado.
Almedina,
Amor y
Serrano
(2019)
España
El alumnado de los centros de Educación Secundaria Obligatoria
(ESO) valora positivamente la labor que realiza el orientador/a y
las relaciones son muy satisfactorias. Existen diferencias en la
percepción de su labor en función del tipo de centro. La imagen del
orientador es un factor clave para el éxito académico del
alumnado, pero necesita delimitar sus funciones para desempeñar
su labor tal y como se determina en la normativa vigente.
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Autor(es)
País
Postulado
Delgado
(2018)
Colombia
Identifica cinco tipos de representaciones sociales sobre
orientación escolar en el marco de la convivencia: a) orientación
escolar como guía; b) orientación escolar como acompañamiento;
c) orientación escolar como detección preventiva de aspectos
convivenciales; d) orientación escolar como intervención de
problemas personales, familiares y sociales; y e) orientación
escolar como apoyo donde se fortalece las debilidades y
potencialidades. Señala que el rol del orientador no sólo está
direccionado a la intervención sino también al empoderamiento de
habilidades, resolución de conflictos y procesos conciliatorios
escolares.
González
(2012)
España
El docente orientador debe atender al alumnado en sus
necesidades e intereses, así como la exploración vocacional de los
estudiantes. Es un agente de transformación y cambio que
posibilita la realización de actividades motivacionales en la que
entran en juego el desarrollo del potencial humano y las
habilidades necesarias para consolidar relaciones apropiadas con
las demandas de su realidad.
Contreras
(2021)
Venezuela
Para fortalecer el proceso vocacional y profesional de los
estudiantes de educación media general, se destaca la necesidad
de formación de los docentes en el área de formación orientación
y convivencia. Solo así se podrá posteriormente formar al
estudiante.
Morillo y
Araujo
(2019)
Los docentes en su rol orientador cumplen tareas como: atención
personalizada de estudiantes que requieran de ayuda en
situaciones particulares, remisión de los estudiantes, que así lo
ameriten, a los servicios de la coordinación de protección y salud
integral, estimulación del crecimiento personal de los estudiantes
a través de actividades especiales en apoyo con los servicios de
orientación del plantel, entre otros.
Morales
(2017)
El rol del orientador como especialista encargado de promover un
desarrollo vocacional, debe encausar sus acciones hacia la
generación de actividades sistemáticas de exploración en las que
el adolescente consiga dilucidar la correspondencia de su
personalidad, habilidades y capacidades con sus preferencias
académicas y profesionales a fin de conseguir mayor claridad
sobre el mundo laboral, así como de los espacios académicos y
exigencias propias de cada carrera universitaria. Destaca la
importancia de acompañar y brindar herramientas a los
estudiantes de educación media general a fin de crearles una
conciencia vocacional, lo que favorecerá su toma de decisiones,
de cara al futuro.
DESARROLLO Y DISCUSIÓN
Desde los marcos antes mencionados, las diversas posturas de autores como
González y Otero (2019), Almedina, Amor y Serrano (2019), Delgado (2018), González
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(2012), Contreras (2021), Morillo y Araujo (2019) y Morales (2017) llevan a establecer un
análisis relacionado con el docente en su rol orientador, el cual se convierte en un agente
de cambio en la atención y acompañamiento al estudiante, para el caso que compete a
esta investigación se hará una vinculación con el nivel de educación media general,
planteada en el sistema educativo venezolana y que requiere ser administrar por
docentes de cualquier especialidad, ejerciendo su rol como docente orientador, con la
finalidad de fortalecer de manera integral los procesos de aprendizaje y el desarrollo de
competencias emocionales, que les permiten desenvolverse y afrontar situaciones
emergentes que se susciten en vida cotidiana y en el actuar social.
De igual manera, los autores citados indican que dentro de sus funciones está
promover la motivación, tan importante en el avance y concreción del proyecto de vida
de cada estudiante, con la finalidad de dar cumplimiento no solo a las metas que cada
uno se planifique, sino que también en la prosecución de sus estudios en función de su
autorrealización personal, fin último de la orientación.
En este mismo orden de ideas, mencionan además la relevancia de crear procesos
de acompañamiento y cumplir desde el servicio de orientación las funciones y tareas que
le competen en su rol como orientador. Todo ello mediante los principios de prevención,
de desarrollo, de intervención social y fortalecimiento personal con la finalidad de
fomentar el desarrollo integral del estudiante como ser único, con el apoyo de la familia,
la escuela y la comunidad.
Destacan en sus estudios, que el valor de la imagen que proyecta el docente
ejerciendo su rol como orientador representa una notable connotación, porque puede ser
un elemento decisivo en el aula, que cree un clima favorable para que el estudiante se
motive a proseguir sus estudios o ser instrumento de inspiración que lleve al éxito, que
suba el animo a muchos estudiantes que vienen agobiados por situaciones familiares o
pudiera ser un instrumento de tortura que haga la vida del participante no muy agradable
y lo desmotive.
Sobre la base de las consideraciones de las posturas de los autores referidos, este
análisis permitió la especificación de elementos comunes tales como: el orientador en su
labor ocupa un lugar importante en el ámbito educativo, esta se dirige apoyar al
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estudiante mediante el proceso de ayuda continua con el fin de potenciar el desarrollo
integral de la personalidad.
Pero es necesario reconocer, que existe una necesidad imperante en la formación
del docente de manera permanente, para poder llevar a cabo su labor de manera eficiente
y eficaz, no solo como especialista en su área profesional, sino en función de su rol como
orientador. Esto se puede evidenciar en este momento donde la educación ha venido
estableciendo cambios y transformación a nivel curricular y ha propuesto en sus
asignaturas un área de formación orientación y convivencia, en la cual el docente
especialista de cualquier área tiene que administrar, y han surgido una gran cantidad de
debilidades que merecen atención en la educación media general y que a no administrar
de forma asertiva pudiera traer diversos efectos en la población estudiantil.
Esto corrobora el rol del docente como orientador en educación media general, tiene
un reto que asumir, compromiso y responsabilidad en guiar al estudiante desde planes
de intervención en el proceso de orientación en los diferentes contextos culturales y
situaciones socioeducativas con una mayor proyección para el cambio.
CONCLUSIONES
En reflexión, ante el reto que tiene que asumir el docente para desempeñar su rol
orientador, hay que estar abiertos a los diferentes cambios y transformaciones que
requiere la educación porque aún falta mucho que aprender y que recorrer para fortificar
la praxis orientadora en todos los niveles del sistema educativo venezolano.
Paralelamente, se tiene considerar mayor énfasis en la optimización de los procesos
para la formación del profesional en el área de la orientación, en función de su
incorporación a los espacios convencionales y no convencionales, ya que urge la
presencia de orientadores consientes y empáticos ante los nuevos tiempos, que afronten
los cambios y transformaciones que acontecen constantemente en la sociedad,
asumiendo el mayor compromiso para la atención de las realidades que tienen los
estudiantes y su familia hoy en Venezuela.
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El docente en su rol de orientador, para facilitar el área de orientación y convivencia,
debe ser formado, en el desarrollo de competencias socio emocionales que le permitan
asumir los retos que le plantean los ejes temáticos del área dirigidos a los adolescentes,
debe estar preparado para el manejo de situaciones imprevistas propias de la edad y su
respectivo acompañamiento.
Los profesores son conocedores de sus áreas, pero no del área de formación
orientación y convivencia en su totalidad. Los profesores no manejan las áreas temáticas
exigidas por el programa de orientación y convivencia. Aunque los docentes planifiquen
los temas, no están preparados para abordarlos. Esto no implica que no desempeñen su
rol orientador.
Los docentes de las diferentes áreas desarrollan con efectividad su rol orientador,
pero específicamente para el área de formación orientación y convivencia, no tienen las
herramientas que les permita desarrollar con efectividad dicho rol ya que, esta área debe
ser impartida por orientadores o en su defecto, estos deben preparar a los docentes que
les corresponda asumir la guiatura de los diferentes cursos.
CONFLICTO DE INTERESES
La autora declara que no existe conflicto de intereses para la publicación del
presente artículo científico.
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