Formación axiológica para la convivencia escolar (pp 71-84)
Lusmila Carey Ortiz
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Formación axiológica para la
convivencia escolar
Axiological training for school coexistence
Formação axiológica para a convivência escolar
Formazione assiologica per la
convivenza scolastica
Lusmila Carey Ortiz
78ludcary@gmail.com
Institución Educativa San Mateo, Magangué, Colombia
Recibido: 29 de mayo 2023 / Aprobado: 18 de octubre 2023 / Publicado: 23 de enero 2024
RESUMEN
La convivencia dentro de
los contextos educaciona-
les ha venido consoli-
dándose como campo de
intervención pertinente
para las relaciones
sociales. Al respecto, el
estudio tuvo como
propósito interpretar la
formación axiológica para
la convivencia escolar, en
el marco de las acciones
metodológicas interactivas
y dialogales que
promuevan la paz en las
instituciones educativas. A
nivel metodológico se
vincula hacia el enfoque
cualitativo bajo una mirada
desde el método
fenomenológico, los
participantes fueron cinco
(05) docentes y la
recolección de la
información se realizó a
través de la observación
ABSTRACT
Coexistence within educa-
tional contexts has been
consolidated as a relevant
field of intervention for
social relations. In this
regard, the study aimed to
interpret axiological tra-
ining for school
coexistence, within the
framework of interactive
and dialogic method-
logical actions that
promote peace in
educational institutions. At
a methodological level, it is
linked to the qualitative
approach from the
perspective of the
phenomenological me-
thod, the participants were
five (05) teachers and the
information collection was
carried out through
participant observation
and the application of a
semi-structured interview.
RESUMO
A convivência em com-
textos educativos vem se
consolidando como um
relevante campo de
intervenção para as
relações sociais. Nesse
sentido, o objetivo do
estudo foi interpretar a
formação axiológica para a
convivência escolar, no
âmbito de ações
metodológicas interativas
e dialógicas que
promovam a paz nas
instituições de ensino. No
nível metodológico, está
vinculado à abordagem
qualitativa na perspectiva
do método fenome-
nológico, os participantes
foram cinco (05)
professores e a coleta de
informações foi realizada
por meio de observação
participante e aplicação de
entrevista semiestru-
RÉSUMÉ
La coexistence dans les
contextes éducatifs s’est
consolidée comme em
domaine d’intervention
pertinent pour les relations
sociales. À cet égard, le
but de l’étude était
d’interpréter la formation
axiologique pour la
coexistence scolaire, dans
le cadre d’actions
méthodologiques interac-
tives et dialogiques qui
promeuvent la paix dans
les institutions éducatives.
Au niveau métodologique,
elle est liée à l’approche
qualitative dans une
perspective de méthode
phénoménologique, les
participants étaient cinq
(05) enseignants et la
collecte d’informations a
été réalisée à travers
l’observation participante
et l’application d’em
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participante y aplicación de
una entrevista semiestruc-
turada. Se concluye que, la
formación axiológica debe
fundamentarse en los
valores institucionales, las
relaciones humanas y la
sistematización formativa
para favorecer la
convivencia escolar que, a
su vez requiere ser
considerada en los
objetivos prioritarios,
acuerdos de convivencia y
formación de competen-
cias ciudadanas que
orienten las acciones
educativas de cada
institución educativa.
It is concluded that
axiological training must be
based on institutional
values, human relations
and training systema-
tization to promote school
coexistence, which, in turn,
requires consideration of
priority objectives, coexis-
tence agreements and the
formation of citizen compe-
tencies that guide the
educational actions of
each educational institu-
tion.
turada. Concluise que a
formação axiológica deve
ser baseada em valores
institucionais, nas relações
humanas e na sistema-
tização da formação para
promover a convivência
escolar, o que, por sua
vez, exige a consideração
de objetivos prioritários,
acordos de convivência e a
formação de competên-
cias cidadãs que norteiam
as ações educativas de
cada educador instituição.
entretien semistructuré. La
conclusion est que la
formation axiologique doit
être basée sur les valeurs
institutionnelles, les rela-
tions humaines et la
systématisation formative
pour promouvoir la coe-
xistence scolaire, qui à son
tour doit être prise en
compte dans les objectifs
prioritaires, les accords de
coexistence et la formation
aux compétences citoyen-
nes qui guident les actions
éducatives de chaque éta-
blissement d'enseig-
nement.
Palabras clave: Forma-
ción axiológica, Convi-
vencia escolar, Institu-
ciones educativas
Key words: Axiological
training, school coexis-
tence, Educational insti-
tutions
Palavras-chave:
Formação axiológica,
Convivência escolar,
Instituições de ensino
Mots-clés: Formation
axiologique, Coexistence
scolaire, Établissements
d’enseignement
INTRODUCCIÓN
En el contexto educativo, la sociedad actual exige el fortalecimiento de la formación
axiológica desde los primeros años de escolaridad; con la intención de, contribuir en la
educación integral de los estudiantes mediante la incorporación de métodos, actividades
o estrategias que puedan ser aplicadas de manera transversal en los contenidos de las
asignaturas. De manera tal, que los valores humanos puedan estar presentes a lo largo
de la jornada académica y en cualquier experiencia de aprendizaje; lo cual, resulta
importante para el autoconocimiento y las aspiraciones de mejoramiento personal que, a
su vez, se ven reflejados en la manera en que cada individuo de acuerdo con su forma
de pensar se relaciona con el mundo, resultando necesario para sobrevivir y desarrollar
una vida plena.
Por los motivos antes expuestos, Galindo (2021) manifiesta la importancia que
acompaña la promoción de una conducta fundamentada en valores, por lo que es
necesario implementar una política educativa que no se enfoque en el sólo hecho de
proveer al estudiante un bagaje intelectual y técnico, puesto que los constantes cambios
en el mundo actual, derivados del desarrollo de tecnologías y nuevas técnicas de
reproducción, ameritan ciudadanos que fortalezcan su sentido de humanidad en medio
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de escenarios que cada día se encuentran más cargados de inteligencia artificial. Por
cuanto, la gestión educativa responde a un interés colectivo, con una mirada hacia el
desarrollo del pensamiento crítico, creativo y humano de los actores del contexto
educativo.
Es por esto que se considera la convivencia escolar como aquella que permite
establecer lazos de empatía y buenas relaciones entre los individuos, especialmente en
la comunidad educativa en medio de un proceso pedagógico, aunado a la necesidad del
aprender a convivir para lograr una cultura de paz, tolerancia y respeto con los demás.
De ahí que, las instituciones educativas requieren mantenerse en constante actualización
y reorganización de los procesos para responder a las exigencias de un proceso
formativo con un enfoque integral, sustentado en valores universales que puedan
enriquecer las prácticas educativas, como fundamento que oriente los espacios de
aprendizaje, como principios para la sana convivencia.
Todo ello, en un contexto donde se pueda tener pleno derecho de igualdades, así
como posibilidades para que el conocimiento pueda ser gestionado acorde con los
intereses de los estudiantes, en un ambiente que permita la manifestación de aptitudes
actitudes, percepciones y opiniones, de acuerdo con la intencionalidad de la dimensión
humana y cognitiva de la educación presente en la estructura curricular.
Desde esta perspectiva, es necesario resaltar que la formación axiológica en
instituciones educativas de educación primaria es una labor que no se logra únicamente
con la intervención institucional y docente, ameritando el trabajo en conjunto de la tríada
familia, escuela y comunidad; sin embargo, en medio del contexto actual se hace
necesario que las escuelas consideren actualizar y otorgar nuevos significados a los
procesos formativos, a través del desarrollo del pensamiento crítico, la incorporación de
elementos culturales e incremento de la participación de todas las fuerzas vivas en el
proceso educativos para promover en los estudiantes la capacidad de demostrar
actitudes positivas ante la vida.
Al respecto, la Organización de las Naciones Unidas (ONU, 1989) en la convención
sobre los derechos del niño, que se mantiene vigente, establece en el artículo 19 que, los
Estados partes adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y
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educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico
o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual,
mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o
de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo.
De igual forma, esas medidas de protección deberían comprender, según
corresponda, procedimientos eficaces para el establecimiento de programas sociales con
objeto de proporcionar la asistencia necesaria al niño y a quienes cuidan de él, así como
para otras formas de prevención y para la identificación, notificación, remisión a una
institución, investigación, tratamiento y observación ulterior de los casos antes descritos
de malos tratos al niño y, según corresponda, la intervención judicial.
Mientras que en el artículo 29 de la misma convención, presenta referencia en
cuanto a la educación de los niños, niñas y adolescentes, cuyas acciones deben estar
orientadas a los Estados partes convienen en que la educación del niño deberá estar
encaminada desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del
niño hasta el máximo de sus posibilidades; de igual forma, inculcar al niño el respeto de
los derechos humanos y las libertades fundamentales y de los principios consagrados en
la Carta de las Naciones Unidas; para así, inculcar al niño el respeto de sus padres, de
su propia identidad cultural, de su idioma y sus valores, de los valores nacionales del país
en que vive, del país de que sea originario y de las civilizaciones distintas de la suya;
preparando al niño para asumir una vida responsable en una sociedad libre, con espíritu
de comprensión, paz, tolerancia, igualdad de los sexos y amistad entre todos los pueblos,
grupos étnicos, nacionales y religiosos y personas de origen indígena y respeto del medio
ambiente natural.
Las ideas anteriores se encuentran presentes en el planteamiento de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU, 2018) plasmados en la agenda 2030 y los
objetivos de desarrollo sostenible como una oportunidad para América Latina y el Caribe;
refiriendo en el cuarto objetivo la necesidad de asegurar que los estudiantes puedan
adquirir los conocimientos tanto teóricos como prácticos, necesarios para promover los
Derechos Humanos, cultura de paz y no violencia a la ciudadanía mundial en medio de
un ambiente de valoración por la diversidad cultural.
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Ahora bien, en el contexto colombiano de acuerdo con el Ministerio de Educación
Nacional (MEN, 2013), la convivencia escolar es considerada como la acción de vivir en
forma armónica y pacífica en compañía de un conjunto de personas que hacen parte de
la comunidad educativa; desde esa perspectiva, se indica como la capacidad que se tiene
para establecer relaciones humanas en el marco del respeto y la diversidad, no solo por
dar cumplimiento a los indicativos o referentes normativos sino también desde la
capacidad que tiene el individuo de interactuar con otros de manera constructiva.
En ese marco, la Ley 1620 del 15 de marzo de 2013, por la cual se crea un Sistema
Nacional de convivencia escolar y formación para el ejercicio de los Derechos Humanos,
la educación para la sexualidad y la prevención de la intimidación escolar, seguridad y
Convivencia Escolar, surge con el propósito de reducir la presencia de indicadores de
eventos violentos, que atentan contra la integridad humana de toda la comunidad
educativa y la erradicación de amenazas y/o actores que atenten contra la sana
convivencia.
En torno al tema, refiere Arévalo (2012) la manera mediante la cual, la Corte
Constitucional señala que los manuales de convivencia dependen en su eficacia del
grado de armonía que tengan con los derechos fundamentales y las disposiciones de
rango superior, orientados por la intención de establecer normas en relación con las
experiencias desde una expresión formal de los derechos y obligaciones de los
estudiantes, contenido en valores, ideas y deseos de una comunidad educativa que
persigue un determinado propósito en la formación escolar de los educandos. Por tanto,
la convivencia escolar es un pilar fundamental en el proceso formativo en las escuelas,
como escenario idóneo para el aprendizaje social, que le permitirá a cada estudiante
aprender a convivir en sociedad y en cualquier contexto en que se desenvuelva; de allí,
la necesidad de atender la problemática de violencia escolar, que pareciera encontrarse
en incremento ante los continuos reportes de acoso escolar o bullying, conductas
disruptivas o indisciplina.
De acuerdo con Fierro y Carbajal (2019) la violencia escolar suele considerarse
como la contracara de la convivencia; lo cual se convierte en una problemática existente
en las instituciones educativas, generando efectos negativos a nivel personal y social
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para la comunidad educativa en general; implicando, un tema complejo con muchos
elementos a considerar desde distintos ámbitos, para preservar la convivencia en medio
de un ambiente inclusivo, democrático y pacífico. Por su parte, Santiago (2017) concibe
la escuela como una organización social, a partir de la cual, se promueve la interacción
entre las personas con una marcada intención en función de los objetivos de la institución
que, al mismo tiempo, se encuentra acompañado por un sistema configurado para
atender las necesidades formativas necesarias para la convivencia escolar evitando
cualquier escenario contrario a ella.
De igual forma, Morales (2021) se refiere a la relevancia de la participación infantil
y adolescente en las instituciones educativas, como elemento clave para la convivencia
escolar; por cuanto, los estudiantes pueden brindar aportes, y entre ellos mismos lograr
fomentar la autonomía y la responsabilidad, en la medida en que se promueven
actividades que fomenten valores y enseñanzas académicas que resulten útiles para el
desenvolvimiento armonioso en aspectos cotidianos de la vida. Por tanto, el proceso de
convivencia escolar dentro de los espacios académicos, se ha presentado en décadas
como uno de los tópicos de mayor relevancia, debido a que es pertinente que se
fortalezca en todos los espacios sociales, logrando procesos armónicos y bajo una cultura
de paz.
Aunado a ello, Díaz y Sime (2016) expresan que “La escuela se legitima como un
escenario de formación, no solo en conocimientos, sino en actitudes y valores para
promover una convivencia pacífica entre los seres humanos” (p.126). A tal efecto, el
proceso de organización para la promoción de la sana convivencia, se convierte en un
elemento relevante para el desarrollo de las actividades sociales; por medio de las cuales,
los escolares aprenden a vivir de forma responsable dentro de la sociedad. Desde este
punto de vista, las instituciones educativas requieren constituir procedimientos
administrativos y estrategias didácticas pertinentes, que permitan fortalecer la
convivencia y la disciplina en los espacios de aprendizaje.
De acuerdo a lo anterior, Valbuena (2022) manifiesta que la convivencia escolar
está vinculada a favorecer el avance de la democracia en un continente, donde los países
por muchas décadas han vivido procesos dictatoriales. También, puede ser considerada
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como un canal para alcanzar una gestión escolar eficaz y eficiente. Por eso, ya se utiliza
para planificar y fomentar la colaboración, mantener el liderazgo y construir relaciones
fraternales y solidarias. En ese orden de ideas, desde una visión pedagógica la disciplina
escolar puede ser considerada como una herramienta que permita el establecimiento de
objetivos dentro de un contexto escolar armónico, adecuado y oportuno, en el cual los
docentes la utilicen como instrumento para el control de los estudiantes y así pueda
desarrollar en condiciones viables el trabajo de clase.
En tal sentido, el control del comportamiento de los educandos representa una
estrategia para el desarrollo del aprendizaje, con miras a la formación de un estudiante
integral y acorde a los principios, normas y acuerdos establecidos dentro de la sociedad.
Por lo tanto, promover la convivencia escolar es uno de los aspectos fundamentales para
el bienestar de los integrantes de la comunidad educativa, permitiendo mejorar el
rendimiento académico y fortaleciendo la calidad de los aprendizajes. Además, permite
formar ciudadanos autónomos, capaces de tomar decisiones personales, de anticiparse
a las situaciones que amenazan la convivencia y de resolver los conflictos sin necesidad
de utilizar la violencia, cautelando en todo momento el proceso formativo y las estrategias
pedagógicas desde un enfoque formativo, enseñando y aprendiendo una suma de
saberes, para vivir en paz y armonía con los demás, como base para ejercer la
ciudadanía.
Al respecto, Jurado y Justiniano (2016) refieren que, gestionar para la mejora de las
conductas disruptivas es uno de los principales retos a los que se enfrenta hoy la escuela
y realizarlo con la promoción de la buena convivencia, es motivo y dirección para alcanzar
el potencial máximo de las personas, demostrando fortaleza y flexibilidad al mismo tiempo
que se inspira y apoya, buscando fortalecer la autonomía, el diálogo y la comunicación
en los procesos pedagógicos, académicos, administrativos, culturales, sociales y evitar
que se desarrollen formas autoritarias y que sean cada vez más, los espacios para la
participación de la comunidad educativa. Por tanto, es necesario cambiar las perspectivas
de enseñanza desde el radicalismo tradicional para la solución de problemas, donde el
estudiante se convierte en un receptor pasivo de información; a otra perspectiva donde,
el aprendizaje se vea mediado por procesos y metodologías enfocadas en el estudiante.
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En este orden de ideas es importante destacar que, en las instituciones educativas
colombianas, se presentan problemáticas asociadas al proceso de convivencia escolar,
convirtiéndose en una problemática latente, que amerita incrementar la vinculación de la
familia con la escuela, con miras a la consolidación de estrategias comunicacionales con
los educandos y las respectivas familias. De igual forma, es impetuoso recurrir a la
innovación para renovar las dinámicas y prácticas en los ambientes de aprendizaje para
atender el interés de aprendizaje de los estudiantes, atacando así el bajo rendimiento,
desinterés, aburrimiento e indisciplina escolar. A partir de allí, el estudio se orientó en la
siguiente pregunta: ¿Cómo puede favorecer la formación axiológica para la convivencia
escolar, en el marco de las acciones metodológicas interactivas y dialogales que
promuevan la paz en las instituciones educativas?
MÉTODO
La presente investigación se fundamentó en el enfoque cualitativo, considerado por
De Suárez y De Mujica (2010), como aquella “totalmente descriptiva, ya que la
información, se obtiene directamente de las propias palabras de las personas, habladas
o escritas, así como la conducta observable” (p.13). Es decir, se indaga lo específico de
una realidad generalmente social, colectiva, que devela procesos y situaciones que por
su complejidad ameritan de esta metodología.
En este orden de ideas, según Martínez (2006) la investigación cualitativa trata de
identificar la naturaleza profunda de las realidades, su estructura dinámica, aquella que
da razón plena de su comportamiento y manifestaciones. Con respecto a lo planteado
por el autor, este enfoque busca la producción de conocimientos a partir de la vivencia y
su interpretación, a través de técnicas en las que predomina el manejo cualitativo de las
evidencias y la validación se hace mediante el consenso intersubjetivo.
El método seleccionado fue el fenomenológico, de acuerdo con Fuster (2019) está
direccionado a la representación y exegesis de las estructuras fundamentales de la
experiencia existencial, al valor del significado pedagógico de esta misma por lo que
busca un acercamiento conforme y estricto al análisis de las dimensiones éticas,
relacionales y prácticas propias de la pedagogía, dificultosamente accesible, a través de
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los habituales enfoques de investigación., enfocándose en la experiencia subjetiva de
individuos y grupos; para intentar descubrir el mundo según lo experimenta el sujeto.
Por tal razón, se selecciona el método fenomenológico para lograr la reflexión con
respecto a la experiencia personal y labor profesional que se presenta y de esta manera
analizar los aspectos esenciales de esta experiencia, otorgando sentido e importancia
debida a estos fenómenos, contando con la participación de cinco (05) docentes durante
la jornada laboral en la Institución Educativa San Mateo, recolectando la información a
través de la observación participante.
En el mismo orden de ideas, para la obtención de información verbal, se instrumentó
la entrevista semiestructurada, la cual, según Hurtado (2012) reporta amplios niveles de
libertad para las respuestas a ser adoptadas por los docentes seleccionados y no posee
un formulario estandarizado. De allí, es pertinente indicar que las técnicas e instrumentos
para la recolección de la información en el estudio presentado se complementan, ya que,
tratan de recoger información más amplia y general para centrar el objeto de estudio o
reflejar la situación concreta.
De allí que, los resultados obtenidos fueron analizados siguiendo un proceso
inferencial caracterizado por la organización de conclusiones ascendentes derivadas de
las respuestas destacadas suministradas por los entrevistados, según las tendencias
presentadas se agruparon las respuestas, lo que permitió clasificarlas en términos de
coincidencias o divergencias, distinguiendo así distintos niveles de síntesis que
permitieron esquematizar las categorías emergentes, acompañadas de las respectivas
subcategorías en atención a los propósitos de investigación establecidos previamente;
todo ello, de acuerdo con Martínez (2014) quien refiere que, dicho procedimiento es la
parte central del estudio, porque esa estructura permite integrar todas las unidades
temáticas en un tema central que identifica al sujeto con respecto a la esencia de la
experiencia vivida desde una descripción fenomenológica.
RESULTADOS
De acuerdo con el procedimiento indicado previamente, los hallazgos encontrados
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en la aplicación de la entrevista se infieren que, dentro del proceso educacional, se
requiere una práctica pedagógica orientada al fortalecimiento de la convivencia escolar,
siendo un proceso social de suma importancia para el desenvolvimiento de los individuos.
Con relación a lo antes descrito, se puede manifestar que, dentro del proceso formativo,
es importante abordar la comunicación entre las fuerzas vivas del proceso educativo,
gestionar en los espacios de la escuela y de los diversos roles, reglas e interacciones que
se generan y están presentes en el intercambio social.
Por otro lado, los informantes claves expresaron que la escuela como institución
social y la clase como grupo necesitan unas normas de respeto, convivencia y la
existencia de un control del cumplimiento de las mismas para poder cumplir sus funciones
y para poder existir. Además, los deseos de los estudiantes a menudo entran en conflicto
con los de sus compañeros, por lo que las instituciones educativas deben sentar las
bases para normas y reglamentos que promuevan intereses comunes que deben ser
respetados por todos los miembros del grupo.
De igual forma, los informantes manifestaron que, por medio de estrategias
metodológicas enfocadas en el proceso de convivencia, se fortalecen elementos básicos
e indicadores de calidad de la educación. Uno de los objetivos prioritarios del centro
educativo es formar y educar para convivir con otros. Por su parte, los informantes
refirieron que la convivencia escolar es un fenómeno que hoy en día se encuentra
presente en las instituciones educativas, en el cual hay mucho desconocimiento y falta
de mecanismos para convertir este tipo de situaciones en una oportunidad de
aprendizaje. Pocos docentes pueden sentirse capacitados para crear un espacio de
reflexión.
De tal manera, la convivencia escolar es un tema de actualidad que preocupa por
las complejidades humanas a casi todos los sistemas educativos. Todo esto, indica que
se presenta como un tema de gran trascendencia para la formación del hombre con el
que aspira contar la sociedad, apto para mantener relaciones armónicas con sus
semejantes y desenvolverse de manera adecuada en la resolución de conflictos dentro
de un ambiente de comprensión para el beneficio de todos los implicados.
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Figura 1
Categorías emergentes
Tabla 1.
Categorías
emergentes
DISCUSIÓN
De acuerdo con los hallazgos de investigación se indica que la formación axiológica
amerita valores institucionales claros acompañados del fomento de relaciones humanas;
lo cual, de acuerdo con García y Ferreira (2008) los valores educativos y las actitudes
sociales son fundamentales para alcanzar la armonía y la sana convivencia, que se
evidencia en relaciones humanas de respeto mutuo, y se consolidan de manera vivencial
en la práctica cotidiana, entendiendo que hay un orden moral en el mundo que enseña a
asumir la responsabilidad, desarrollar el autocontrol y fraternidad.
De allí que, por las razones expresadas a través del fortalecimiento de los valores
se logra incorporar en la educación el imprescindible componente de la buena
convivencia, situación que requiere el proceso de una adecuada disciplina escolar
(Galindo, 2021). Lo cual constituye uno de los principales elementos del proceso de
enseñanza y aprendizaje, por lo que los educandos deben aprender a funcionar como
Formación axiológica para la
convivencia escolar
Categorías
emergentes
Formación
axiológica
Valores institucionales
Relaciones humanas
Sistematización formativa
Convivencia
escolar
Objetivos prioritarios
Acuerdos de convivencia
Formación de
competencias ciudadanas
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miembros de una sociedad, por tanto, se presenta como un tema relevante en los
contextos educativo, familiar y social.
De igual manera, se pudo evidenciar la relevancia de promover la participación,
cooperación, colaboración entre los estudiantes y la puesta en práctica de los valores
tanto comunitarios como democráticos que se proponen en la familia y la escuela,
ameritan de la sistematización formativa, porque de esa manera, formarían parte de las
experiencias y vivencias de los alumnos, desde los dos ámbitos en los que interactúa
cada día, configurando su identidad y el concepto que de sí mismo van adquiriendo.
Por tal motivo, tomando en cuenta los aportes de García y Ferreira (2005) los
objetivos prioritarios de las instituciones educativas, deberían estar en sintonía con la
armonía, convivencia, respeto y disciplina escolar como elementos esenciales para el
logro de las metas de la educación, a través de las normas de respeto mutuo y
convivencia, aprendiendo las reglas de manera vivencial. Por tanto, ninguna sociedad
por muy sencilla que sea, puede funcionar sin normas y reglas de convivencia. También
en todo grupo humano se dan unas características y propiedades y entre ellas están las
normas de grupo.
De acuerdo con los planteamientos de Cárdenas (2018), los acuerdos de
convivencia desde una visión pedagógica, pretenden fomentar la disciplina escolar como
una herramienta que permita el establecimiento de objetivos dentro de un contexto
escolar armónico, adecuado y oportuno; en el cual, los docentes la utilicen como
instrumento para orientar el comportamiento de los estudiantes y así, se puedan
desarrollar en condiciones viables el trabajo de clase. Lo cual, se complementa con el
planteamiento de la UNESCO (2015), al referir que en la escuela se requiere establecer
acciones que permitan a los educandos adaptarse a la acción pedagógica,
representando la tenacidad, la perseverancia, persistencia y la voluntad de aprender en
un clima escolar que fomente la formación de competencias ciudadanas organizadas en
tres grupos como la convivencia y paz, participación democrática y diversidad.
Ahora bien, una vez finalizada la discusión de los hallazgos se puede destacar que
al indagar acerca de la disciplina escolar, se está consciente de la complejidad del
concepto, así como de la dificultad de construir en los centros una cultura de paz,
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fundamentada en el aprendizaje de valores como el diálogo, la tolerancia, la solidaridad,
el respeto de los derechos humanos y la búsqueda permanente de la justicia, entre otros
(Jurado y Justiniano, 2016).
CONCLUSIONES
La institución educativa se legitima como un escenario caracterizado por la
formación axiológica para fomentar una convivencia escolar propiciando escenarios
privilegiados y pertinentes en los procesos de enseñanza y aprendizaje vinculados en
la idea de convivencia, como tema realmente necesario que amerita ser gestionado y
fortalecido desde las acciones cotidianas en el contexto tanto educativo como social;
donde, se desenvuelven los estudiantes para de esa manera, convertirlo en un
aprendizaje vivencial que forma parte de la cultura ciudadana.
En atención a la interrogante planteada: ¿Cómo puede favorecer la formación
axiológica para la convivencia escolar?, el presente estudio concluye que, de acuerdo
con las categorías emergentes resultantes, la formación axiológica debe fundamentarse
en los valores institucionales, las relaciones humanas y la sistematización formativa para
favorecer la convivencia escolar que, a su vez requiere ser considerada en los objetivos
prioritarios, acuerdos de convivencia y formación de competencias ciudadanas que
orienten las acciones educativas de cada institución educativa, para de esa manera
contribuir con la formación integral de ciudadanos dispuestos a construir y vivir en
armonía.
CONFLICTO DE INTESES
La autora declara que no existe conflicto de intereses para la publicación del
presente artículo científico.
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