EL ADULTO EN SITUACIÓN DE APRENDIZAJE BAJO EL ENFOQUE DE LA EDUCACIÓN

A DISTANCIA, SEMIPRESENCIAL O EN LÍNEA

 

 

Pablo Augusto Inojosa-Roldán*

      pabloinojosa0@gmail.com

Universidad Nacional Abierta      

orcid.org/0000-0001-6819-0902

 

 

 

Recibido: 16/11/2022                                Aprobado: 18/02/2023

 

RESUMEN

 

Dentro de este ensayo se reflexiona acerca del adulto en el rol de estudiante y las ventajas que le ofrecen la Educación a Distancia, semipresencial o en línea para lograr su cometido. En un primer apartado, se describe al adulto en cuanto a su personalidad, capacidades, fortalezas y desventajas. Y en el siguiente apartado, se exponen las características de la educación mediada con tecnología digital y el internet. Sin duda, esa modalidad educativa ofrece grandes oportunidades al adulto que desea continuar su formación académica y profesional a lo largo de toda la vida.

 

Palabras clave: educación a distancia; TIC; adulto, andradogía.

 

 

THE ADULT IN A LEARNING SITUATION UNDER THE APPROACH OF DISTANCE, BLENDED OR ONLINE EDUCATION

 

ABSTRACT

 

Within this essay, we reflect on the adult in the role of student and the advantages offered by Distance Education, blended or online to achieve its goal. In the first section, the adult is described in terms of his personality, abilities, strengths and disadvantages. And in the next section, the characteristics of education mediated with digital technology and the Internet are exposed. Undoubtedly, this educational modality offers great opportunities to adults who want to continue their academic and professional training throughout their lives.

 

Keywords: distance education; TIC; adult; androgy

 

Introducción

Recientemente, una amiga de edad madura a quien se le animó para que culminara su carrera universitaria, la cual había abandonado hace unos diez años atrás, respondió con una negativa tajante afirmando que ya era muy tarde para ella, pues “loro viejo no aprende a hablar”. No es raro conseguir a personas adultas que tienen esta misma creencia y por ello muchas veces se abstienen de comenzar o proseguir sus estudios en instituciones educativas. Ante esto cabe preguntar: ¿qué es el aprendizaje, ¿qué es lo que se puede aprender y qué efectos produce en la persona que aprende? ¿Tiene algún límite de edad en el ser humano? Y si así es, ¿se alcanza al llegar a la adultez o madurez del individuo? Además, ¿qué son la adultez y la madurez? ¿Qué caracteriza a una persona que ha llegado a esta etapa de la vida? ¿Cuáles son las implicaciones de la Educación a Distancia, semipresencial o en línea para el Adulto en situación de aprendizaje? Estas preguntas serán objeto de reflexión en el presente ensayo.  

 

El adulto en situación de aprendizaje

Aprender, desde su etimología, proviene del verbo latino aprendere que significa literalmente ‘asir mentalmente’. Una primera definición la da Gómez (2006, p. 69): “adquirir conocimientos por la experiencia o el estudio”.  Por su parte, Bello (2008a, p. 7) define la acción de aprender como “una serie de actos constituidos por el estudio o la experiencia encaminados a adquirir conocimientos o destrezas para resolver dificultades ante situaciones nuevas”. De lo anterior se desprende que el aprendizaje es un proceso inherente al desarrollo humano, por tanto, se da a lo largo de todas las etapas de su crecimiento, desde su concepción hasta que el individuo exhala su último aliento, pues morir también es un aprendizaje. El ser humano está sometido a experiencias generadoras de conocimientos de diversa naturaleza a lo largo de toda su vida, incluyendo durante su edad adulta.

 

Se entiende, entonces que el aprendizaje es un proceso básico del desarrollo humano que produce cambios significativos en este y que proviene de una gama enorme de actividades experienciales y reflexivas estimuladas por factores internos y externos al individuo que aprende. Se puede aprender básicamente todo: desde destrezas, conocimientos, informaciones, oficios hasta actitudes, sentimientos, prejuicios, empatías, valores y patrones del pensamiento (Craig, 2008, p. 11).

 

Ahora bien, los cambios generados por el aprendizaje son relativamente permanentes en la conducta, el pensamiento y la acción y no pueden ser explicados sobre la base de respuestas innatas del individuo, grado de maduración o estados temporales como impulsos, la fatiga o la intoxicación alcohólica o de sustancias estupefacientes. Tales cambios generalmente son producidos por el estudio, la observación o la exploración y generalmente conducen a la formación de nuevas relaciones con el mundo y el fortalecimiento de otras. Pueden afectar decisivamente la manera de pensar, actuar y sentir de la persona: creencias, valores, metas, hábitos, concepción y visión del mundo y de la realidad. Así de trascendente puede ser lo que el ser humano puede aprender (Ríos, 2009, p. 311). De todo lo anterior se desprende que a lo largo de la vida, incluida la adultez, de alguna manera tanto el hombre como la mujer siempre están en situación de aprendizaje, sea de manera informal o formal (escolarizado, por ejemplo. La capacidad para aprender es permanente en el ser humano. Siendo esto así, interesa tratar lo relacionado con la adultez y las características que posee el adulto que aprende.

 

La palabra adulto proviene del adjetivo latino adultus que significa ‘crecido, desarrollado’ e identifica a la persona que ha llegado a la madurez o a su pleno desarrollo. Por su parte, madurar (latín, maturare) es ‘llegar a su pleno desarrollo’ sea una persona, animal o fruto (Gómez, 2006, pp. 34, 429). ¿Cuándo se alcanza esta etapa del desarrollo? Resulta muy difícil determinarlo sólo por la edad. Existen múltiples definiciones de madurez asociadas a una ser de características y competencias de índole legal, social, psicológica, cultural y biológicas.

 

Algunos investigadores como Neugarten y Moore, citados por Craig (1988, pp. 462, 463) delimitan tres períodos o etapas de edad en la adultez: adulto joven (20 a 40 años); madurez (40 a 65 años) y senectud (de 65 años en adelante). Sin embargo, el nivel socioeconómico, el ambiente urbano o rural, el origen étnico, la época histórica, las guerras, la depresión financiera y otros acontecimientos influyen profundamente en las definiciones, expectativas y presiones de la adultez. Por ejemplo, la madurez y la senectud suelen sobrevenir antes entre las clases obreras trabajadoras que entre las de un nivel socioeconómico superior.

 

También Bello (2008b, p. 151) ofrece una definición de madurez percibida como un período de la vida del adulto comprendido entre la juventud y la vejez, que varía según cada individuo y donde éste alcanza su máximo desarrollo físico, biológico y psicosocial. Es un estado de completo desarrollo, tanto del organismo en general, así como de las actividades mentales y sociales que permiten al sujeto desempeñar tareas y hacer frente a las demandas de la vida en cada momento.

 

A propósito de ser aptos para enfrentar las demandas de la vida, ¿qué exige del adulto, la situación mundial actual? Sin duda, los cambios vertiginosos que se están dando en lo social, económico, laboral, cultural, tecnológico y científico exigen del individuo adulto una actualización continua para estar al día con los procesos de transformación característicos de una sociedad globalizada basada en la información y el conocimiento. La sociedad de nuestro siglo XXI, privilegia más que en el pasado, a los individuos con capacidad para producir, aplicar y comunicar conocimientos como factor fundamental para el mejoramiento de la calidad de vida y el nivel de bienestar de las personas (Ríos, 2009, p.  195). Así que hoy más que nunca tiene vigencia el uso adecuado de las capacidades de aprender del ser humano.

 

¿Cuál sería un enfoque actualizado del aprendizaje y qué cosas son esenciales aprender en nuestro tiempo? Para responder a ello, es necesario considerar tres aspectos fundamentales: en primer lugar, se debe aprender dentro de un enfoque centrado tanto en el conocimiento como en la vida misma, destacando la iniciativa y el ser proactivo. En segundo lugar, el aprendizaje debe comprender la adquisición y práctica de nuevas tecnologías, destrezas, actitudes y valores que permitan la concreción de un ser capaz de adecuarse a las constantes transformaciones de su entorno. Y, por último, un aprendizaje que estimule y facilite en el individuo la capacidad para generar nuevos aprendizajes con criterios, métodos y reglas que le permitan hacer frente no sólo a situaciones conocidas, sino hasta aquellas no previstas. Es preciso un individuo que aprenda a aportar cambios, renovación, reestructuración y reformulación de problemas, es decir, un ser innovador (García, 1988).

 

Ahora bien, en su fuero interno, ¿con qué cuenta el aprendiz adulto para hacer frente a este reto de conocimientos que se exige al hombre y a la mujer en la actualidad? ¿Qué potencialidades y debilidades posee? En síntesis, ¿cuáles son las características del adulto en situación de aprendizaje en la actualidad? Han sido varios los estudios que se han publicado relacionados con este aspecto, pero en el presente trabajo se han considerado los publicados por cuatro autores: Adam (1970); García (1988), Capitillo (2017) y Castro (2017). Las características expuestas por ellos en relación con el adulto en situación de aprendizaje pudieran resumirse de la siguiente manera:

 

-       Motivacionales: a) continuar su desarrollo profesional, manteniéndose al día con los nuevos conocimientos que le permitan asumir sus responsabilidades de una manera adecuada; b) deseo de cambio de profesión; c) mejor comprensión de los cambios inherentes a las disciplinas básicas de su campo laboral; d) deseo de especializarse en un campo preciso para asumir nuevas funciones; e) poder establecer criterios sólidos para formarse una opinión crítica sobre el trabajo realizado, sin obviar los detalles más importantes del mismo; f) mejorar su capacidad de aprender y su desempeño; g) responder a exigencias organizacionales de índole profesional.

-       Aquellas relacionadas con la madurez entendida como el logro de: a) autonomía en la personalidad; b) mayor objetividad al analizar las situaciones; c) desarrollo de grandes habilidades; d) intereses variados y capacidad para jerarquizarlos; e) sentido de responsabilidad; f) sentido de altruismos; g) autoaceptación; h) integración de la identidad; i) preocupaciones serias; j) originalidad; k) tolerancia a la ambigüedad; l) racionalidad; m) dinamismo.

-       Reducción de su abanico de expectativas. Puede que desaparezcan sus metas más altas propuestas en la adolescencia por estar absortos atendiendo múltiples obligaciones: laborales, familiares, sociales, políticas, económicas, culturales, deportivas, profesionales, académicas.

-       Sentido de planificación del tiempo y la autogestión.

-       Elevado interés por el trabajo entre iguales.

-       Capacidad de respuesta adecuada a proyectos integradores que estén orientados a sus intereses y que encierren aprendizajes significativos para ellos. Aprende mejor en ambientes democráticos, en los que impere la participación, la colaboración y donde puedan desarrollar autonomía en el aprendizaje y captar la aplicación práctica de los conocimientos teóricos.

-       Poseen valores, criterios y opiniones construidos durante su experiencia vital con los cuales puede enfrentar con mayor o menor éxito las nuevas situaciones de aprendizaje. Asimismo, posee variados recursos de aprendizaje producto de su variada experiencia en la vida, estudios previos, ambiente familiar, social y cultural donde se desenvuelve. Sin embargo, en el caso de adultos con bajo nivel de instrucción existe la ausencia de técnicas de trabajo intelectual, dificultad de autoorganización y de graduación de tareas.

-       Estancamiento y cristalización de la inteligencia con disminución de la memoria, en la rapidez de reacción y en las aptitudes senso-perceptivas. Los procesos mentales abstractos se dificultan, especialmente en aquellas personas con carencias formativas importantes. Además, el aprendizaje tiende a ser más lento, sobre todo en adquisiciones que supongan interferir hábitos y costumbres consolidadas.

-       Temor al olvido, al rechazo y a su limitación para aprender lo nuevo. Tendencia a compararse con otros más jóvenes que efectúan la misma tarea. Sensación de ser menos dotados para el logro de determinadas metas de carácter intelectual. También existe entre muchos adultos la tendencia a pensar que los conocimientos formales universitarios valen poco para su vida profesional pues les resultan parcelados, a diferencia de la vida laboral que es compleja e interdisciplinaria.

-       El cansancio y el tiempo para dedicarlo al esfuerzo intelectual dependerán de su status sociolaboral. Por ese mismo motivo puede experimentar interferencia emocional que dificulte su concentración, al tener en mente múltiples preocupaciones de tipo laboral, familiar, económica, entre otras.

-       Resistencia a aceptar las observaciones y correcciones de otros.

-       El adulto asume responsabilidades propias y acepta concomitantemente un rol fundamentalmente productivo. Lo que significa que debería estar incorporado a las actividades económico-productivas y creadoras de su comunidad.

 

En este sentido, al considerar las múltiples necesidades y exigencias de aprendizaje a las que se enfrenta el adulto en la actualidad, además de los diferentes elementos que lo caracterizan como individuo, los agentes encargados de asistirlos en su ardua tarea de aprender deben considerar, entre otros, cuatro aspectos, señalados por Andersen (2017) como fundamentales para que el individuo aprenda a aprender:

 

-       Elevar las aspiraciones del aprendiz: esto se logra al concentrar el nuevo aprendizaje en lo positivo, novedoso y beneficioso de éste. Por ejemplo, ¿cómo satisfará sus necesidades? ¿Cómo le permitirá alcanzar sus metas y objetivos?

-       Conocimiento propio: ayudar al aprendiz a tomar conciencia de sí mismo, autoevaluándose para poder reconocer con cuáles habilidades cuenta y de cuáles carece. Así logrará mayor objetividad en su desempeño, pudiendo identificar aquellas áreas en las que debe mejorar y aprender cómo hacerlo.

-       Incentivar la curiosidad del aprendiz: enseñándole a hacerse preguntas innovadoras que potencien maneras diferentes de hacer las cosas y que las hagan más interesantes, logrando un cambio de actitud, transformando lo apretantemente aburrido en divertido.

-        Aceptar la vulnerabilidad característica del principiante: enseñar al aprendiz a no desanimarse por no poder ser bueno o sobresaliente en todo; enseñarle a activar sus fortalezas sin dejarse intimidar por el fracaso, aunque pueda ser reiterado y le dé la sensación de lentitud y torpeza. Que pueda aceptar el hecho de que a veces hay que preguntar, a pesar de que se considere una pregunta tonta y que reconozca la necesidad de acudir, en ocasiones, a una guía paso a paso.

 

Así pues, se debe procurar un estado mental ideal en el adulto que aprende, el cual debe ser tanto vulnerable como balanceado, reconociendo que, si bien al principio puede tener fracasos, con paciencia, inversión de tiempo, técnica, estudio, esfuerzo y persistencia finalmente logrará superar todos los obstáculos de su aprendizaje. Ahora, es necesario considerar las principales opciones tecnológicas con las que cuenta el adulto que desea continuar su proceso académico formativo.

 

Aprendizaje bajo el enfoque de la Educación a Distancia, semipresencial o en línea

 

En consonancia con lo anterior, la Educación a Distancia y la Educación en Línea constituyen una innovación tecnológica apoyada en fundamentos teóricos, con cierta singularidad que tipifica y justifica el empleo de determinadas estrategias y metodologías. La educación permite la continuidad, actualización y renovación de una determinada cultura. Es un proceso tanto individual como colectivo. El conocimiento contribuye a la modernización y progreso de la sociedad por tal razón la educación actual en las dos modalidades mencionadas en este apartado han de propiciar las siguientes acciones para estar al día con la dinámica que caracteriza al actual mundo cambiante:

 

-       Elaboración y dominio de nuevos modelos de indagación y abordaje de la realidad. Además, de los modelos valorativos y normativos para la acción, la comunicación y expresión que favorezcan la vinculación y cohesión de la comunidad.

-       Propiciar una permanente transformación de los comportamientos para una comprensión más integral y accionar sobre el mundo, que permitan al individuo ser cada vez más solidario.

-       Cambio de paradigma de lo que es conocimiento. Éste no puede seguir siendo parcial, memorístico, enciclopédico. La educación debe estimular un conocimiento interdisciplinar, activo, integrador, más cooperativo que competitivo, motivado por el ritmo actual del cambio social y tecnológico. La educación debe ser un proceso continuo en la vida activa centrada, principalmente en el sujeto que aprende. 

-       El proceso educativo, ligado a los nuevos conceptos sobre conocimiento y tecnología, debe vincularse íntimamente con las ideas de progreso y cambio social, modificándose continuamente en correspondencia con las cambiantes necesidades sociales, identificadas gracias al proceso de investigación.

-       Focalización en los problemas de la realidad social y la transformación de la misma como respuesta a las necesidades humanas básicas.

-       Desarrollo de la estructura intelectual, de las capacidades creativas y críticas del individuo a través de nuevas tecnologías para el aprendizaje y el estudio independiente y a distancia.

-       Incremento en el acceso de la educación con diversificación de ofertas educativas más adecuadas a las aspiraciones y capacidades individuales y también a las necesidades sociales presentes y futuras.

-       Apelar a estrategias y formas educativas innovadoras coordinadas con el sector formal escolarizado, que resulten capaces de atender aquellas masas de población con responsabilidades familiares y de trabajo (educación, no formal, no tradicional, a distancia o en línea).

-       Responder a nuevas demandas sociales y políticas, a las que los sistemas tradicionales no han podido dar respuestas efectivas.

 

Ahora bien, ¿cuáles son algunas ventajas de la Educación Superior a Distancia y de la Educación en Línea? A continuación, son enumeradas las más importantes:

 

-       Tecnología educativa con condiciones singulares que le permiten adecuarse a las condiciones de cada caso o país, ofreciendo una respuesta eficiente y creativa a la problemática particular planteada.

-       Su versatilidad permite romper con la práctica educativa tradicional de copiar o trasplantar modelos educativos universitarios foráneos, que muchas veces no responden a las circunstancias y necesidades sociales, políticas, económicas y culturales de los países donde son implantadas.

-       El aprendizaje se puede dar sin la presencia del docente, usando un soporte tecnológico y didáctico- metodológico que se adapte a las condiciones de vida de los estudiantes en su estructura, estilo de presentación, formas de comunicación, uso apropiado se los medios disponibles. Y que, además, se adapte a los niveles y maneras de procesar conocimientos del sujeto que aprende.

-       La comunicación directa docente-alumno es necesaria sólo en las primeras edades del estudiante no para el estudiante adulto (Sarramona, citado por Casas, 2017). Así que la educación a distancia o en línea va dirigida a la población adulta con necesidades de aprendizaje, poseedora de nuevos y diversos valores socio-políticos, económicos, culturales, responsabilidades familiares y de trabajo, con un tiempo para el estudio restringido. En esta modalidad educativa los estudiantes son organizados en grupos masivos, dispersos geográficamente, con necesidades de estudio a tiempo parcial y en el hogar o lugar de trabajo, separados de sus docentes por la distancia.

 

Entre las teorías, metodologías y estrategias educativas en las que se sustentan estas modalidades educativas se cuentan las siguientes:

 

-    La Andragogía: es la ciencia para la educación del adulto, construida sobre la base de las diferencias en relación con la educación del niño (Bello, 2008a, p. 6). Para la andragogía ¿qué caracteriza al adulto y lo diferencia del niño? Entre otros aspectos, se deben destacar los mencionados a continuación: a) en lo que se refiere al autoconcepto personal, el adulto ha abandonado la personalidad dependiente y es capaz de autodirigir su vida y sus decisiones; b) posee un reservorio de experiencias que puede usar como recurso para su aprendizaje; c) su disposición a aprender está vinculada principalmente hacia tareas que le permitan ejercer y desarrollar sus roles sociales; d) la obtención del conocimiento es vista desde una óptica temporal de aplicación inmediata; e) la orientación de su aprendizaje está centrada fundamentalmente en la identificación y resolución de problemas y satisfacción de necesidades.

 

-    Estudio independiente.

-    Énfasis en el aprendiz.

-    Teorías constructivistas y humanistas sobre la construcción y formación del conocimiento y el aprendizaje.

-    Formas especiales de comunicación en dos sentidos.

-    Orientaciones especiales de los diseños curriculares, instruccionales y de evaluación de los aprendizajes.

-    Individualización de la instrucción.

-    Diferentes ritmos de aprendizaje.

-    Importancia en la planificación y programación de las actividades del estudiante.

-    Orientación especial de las actividades prácticas e interpersonales.

-    Aprendizaje, generalmente, por decisión voluntaria.

 

 

Indudablemente, el desarrollo tecnológico ha afectado sustancialmente el acceso al conocimiento en la actualidad, haciendo disponible grandes recursos de información, los cuales son procesados y transformados como apoyo a la memoria e inteligencia de los estudiantes. Se han creado numerosos dispositivos y máquinas capaces de almacenar, procesar y transmitir de manera flexible y rápida ingentes cantidades de contenidos académicos. Así, la tecnología y la educación se han ido complementando, dando origen a una modalidad educativa que recoge todos los beneficios de la educación a distancia, pero que incluye los adelantos tecnológicos que proporciona el internet: la educación en línea (on line). Pudiera decirse que ambas modalidades educativas son hijas de una misma necesidad social y política, pero la Educación en línea es la hija más aventajada de las dos.

 

Mientras que la Educación a Distancia se basa, especialmente, en materiales didácticos distribuidos en formatos digitales o no, en la Educación en línea se promueven actividades que los estudiantes deben resolver para construir aprendizajes significativos, mediante el uso y aplicación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), sin limitación del lugar, tiempo, ocupación o edad del participante (Anria, 2017).

 

Para la implementación de la Educación en línea han sido desarrollados entornos y plataformas digitales que permiten la gestión de cursos en línea, conocidas como Learning Management System (LMS). Éstas incluyen actividades de aprendizaje en las que los participantes trabajan y colaboran mutuamente, sin la mediación de encuentros presenciales. Todo ello gracias a conversaciones y diálogos sincronizados o no, mediante herramientas de comunicación telemática, incluidos en los mismos softwares de los cursos y que tienden a promover la documentación automática de los intercambios entre los participantes.

 

Estos softwares ofrecen módulos para procesos administrativos de seguimiento, requeridos en un sistema de enseñanza. Desde el punto de vista administrativo permiten: a) configurar cursos; b) matricular alumnos; c) registrar docentes; d) asignar calificaciones. Desde el punto de vista instruccional y comunicacional ofrece: a) paquetes de herramientas comunicacionales tales como correo electrónico, chat, foros, wiki, entre otros; b) una enorme base de datos sobre las cuales pueden ser desplegadas múltiples actividades grupales o individuales. Además, múltiples archivos de diverso formato tales como páginas web, PDF, imágenes, música, video, fotos, etc. Entre los LMS, existen unos de software libre y otros de software propietario. Dos muy utilizados son el Moodle (conocido también como Learning Content Management System, siglas LCMS) y la WebCT o Web Course Tools (Herramientas para Cursos WEB).

 

La internet ha permitido que gran variedad de información esté al alcance de toda persona en cualquier lugar y momento y ha facilitado la comunicación dentro de una comunidad virtual con una posibilidad que sólo la imaginación de los interactuantes puede establecer .Gracias a ella también se ha desarrollado un vasto mercado de bienes y servicios que ha impactado significativamente la economía global y se ha logrado un ambiente muy propicio para informar, prestar servicios, difundir pensamientos e ideas y educarse.

 

Quienes adopten la Educación a Distancia o la Educación en línea como vía para enseñar o aprender necesitan contar con algunas competencias básicas para un óptimo desempeño y un máximo aprovechamiento de esta tecnología. A continuación, se especificarán aquellas relacionadas en primer lugar con el docente y en segundo lugar con el estudiante.

 

Competencias del docente-facilitador: a) Capacidad para el desarrollo de un trabajo colaborativo, mediante un clima de libertad y confianza entre los miembros de la comunidad de aprendizaje bajo su responsabilidad; b) Ser capaz de verificar el progreso y logro de los objetivos por parte de sus estudiantes, orientando el proceso de aprendizaje con atención a las necesidades que se vayan presentando debidas a la heterogeneidad propias de estos ambientes. Debe saber facilitar técnicas de trabajo intelectual aptos para el aprendizaje en red y ofrecer sugerencias oportunas, constructivas y de calidad para la optimización de los aprendizajes;  c) tener dominio de los contenidos programáticos, de las estrategias didácticas andragógicas, de las herramientas tecnológicas y de la secuencialidad del curso para poder guiar a sus estudiantes con un ritmo de trabajo apropiado y coherente, garantizando respuestas oportunas, seleccionando adecuada información a difundir y propiciando el intercambio productivo de ideas que permitan la construcción del conocimiento y un aprendizaje de calidad.

 

Competencias del estudiante participante: a) Organiza de manera autónoma su tiempo para poder aprender a su propio ritmo; b) aprender a interactuar en diferentes niveles de privacidad, promoviendo un aprendizaje entre pares al favorecer una genuina construcción colaborativa del conocimiento; c) desarrollo de un diálogo constructivo y de calidad de carácter teórico-práctico; d) desarrollo de estrategias adecuadas para la administración del tiempo empleado en la búsqueda de información; e) capacidad para extrapolar la experiencia adquirida en el uso de las TIC para convertirse en agente activo de su propio aprendizaje aplicando la autonomía, la madurez, el sentido de responsabilidad y la creatividad (Anria, 2017, pp. 76, 77).

 

Sin duda, la Educación a Distancia y la Educación en línea ofrecen al estudiante adulto un mundo fascinante de tareas y actividades que le permitirán el alcance de los objetivos del curso que decida seguir. Estas modalidades educativas le brindan a la población adulta múltiples ventajas que las hacen una excelente opción para aquel que quiere aprender, pero no pueden hacerlo en ambientes escolarizados de forma presencial y a tiempo completo. Estas ventajas son la apertura, flexibilidad, eficacia, acompañamiento personalizado, economía, construcción de una comunidad de aprendizaje y una tecnología de punta, entre otras. Ahí radica su importancia para el adulto en situación de aprendizaje.        

   

 Referencias

Adam, F. (1970). Andragogía, ciencia de la educación de adultos. Caracas: Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez.

Andersen, E. (2017). Aprender a aprender. Caracas: Universidad Nacional Abierta.

Anria, C. (2017). Educación en línea. Caracas: Universidad Nacional Abierta.

Bello, J. (2008a). Diccionario de Educación. Caracas: Edit. Panapo.

Bello, J. (2008b).  Diccionario de Psicología. Caracas: Edit. Panapo.

Capitillo, J. (2017). El adulto y sus características en situación de aprendizaje. Caracas: Universidad Nacional Abierta.

Casas, M. (2017). Fundamentos teóricos de la Educación a Distancia. Caracas: Universidad Nacional Abierta.

Castro, M. (2017). El adulto y su aprendizaje. Caracas: Universidad Nacional Abierta.

García, L. (1988). El aprender adulto. Educadores. 145, enero – marzo. UNESCO.

Gómez, G. (2006). Breve diccionario etimológico de la lengua española. 2da. Edic. México: Fondo de Cultura Económica.

Grace, C. (1988). Desarrollo Psicológico. 4ta. Edic. México: Prentice Hall.

Ríos, P. (2009). Psicología. La aventura de conocernos. 3ra.Edic. Caracas: Edit. Cognitus.

 

 

 



*Pablo Augusto Inojosa-Roldán. Docente con experiencia en los diferentes niveles del Sistema Educativo Venezolano. Licenciado en Letras (UCAB); Licenciado en Educación (UCV); Especialista en Educación, mención Proceso de Aprendizaje (UCAB); Magister Scientiarum en Ciencias de la Educación, mención Administración Educativa (UNA). Universidad de adscripción: Universidad Nacional Abierta, Venezuela.