Dada su frecuencia e influencia en el desarrollo académico, los textos expositivos
deberían recibir igual atención que los narrativos ya que imponen mayores demandas en los
lectores por los rasgos lingüísticos, léxicos, textuales y semánticos, prototípicos de la
explicación en textos formales, tales como los académicos. Entre ellos destacan el que sus
temas suelen ser especializados y abstractos, tienden a ser lingüísticamente más complejos,
exhiben una mayor densidad léxica, hay un uso considerable de oraciones compuestas y
complejas y la relación entre oraciones es señalada sutilmente mediante la puntuación, las
relaciones léxicas, los conectores u otros recursos (Albentosa Hernández y Moya Guijarro,
1998; Alfonzo, 1997; Calsamiglia y Tusón; 1999; Figuera, 2001; García de Díaz, 2004; Díaz y
Hernández, 2001; Orrego, 2022).
Algunos estudios demuestran que los lectores tienen dificultad para comprender
eficientemente textos expositivos y esta situación se puede dar en un solo grado de educación
primaria (Aliaga, 2010), en varios grados subsiguientes (Tabullo et al. 2022) así como
también en educación media general (Sangroni, 2023) y hasta en educación superior (Da
Costa, 2008). Por demás, son interesantes los resultados obtenidos por Torres (2023) con
respecto a las percepciones de los estudiantes acerca de las limitaciones que marcan en su
desarrollo metacognitivo en las prácticas mecanicistas escolares y la insistencia de sus padres
o representantes para que memoricen con exactitud el contenido de tareas que podrían
estimular más su creatividad y autonomía, como son las presentaciones orales. Sin embargo,
en pocas ocasiones se evalúa y compara concretamente la comprensión inferencial del texto
narrativo con la del expositivo y, cuando sí se hace, se mide en función de la dualidad de
comprensión literal versus comprensión inferencial (Del Mei, 2015).
Por los motivos expuesto, el objetivo de esta investigación es evaluar las inferencias
causales, las elaborativas y las macroestructurales del texto narrativo y el expositivo en niños
de primero, segundo y tercer grado de educación primaria en el estado Falcón, Venezuela. Se
buscó con ello dar cuenta de cómo evoluciona la comprensión inferencial en función del tipo
de texto y del año escolar.
Marco teórico
Es bien conocido y aceptado que el texto narrativo infantil resulta más fácil de
comprender y recordar debido a la familiaridad del niño con él (Shiro, 2007; Orrego, 2022).
La secuenciación cronológica de los eventos que en él ocurren hace predecible su
superestructura prototípica (equilibrio-conflicto-solución) (Adam, 1990; van Dijk, 1980).
Además, al ser redactados para niños, sus autores tratan de que la información textual se
relacione microestructuralmente mediante recursos cohesivos, cuidando la marcación
explícita de cadenas causales, la inclusión y mantenimiento de agentes que desarrollan
acciones conocidas, rodeados de contextos que involucran objetos y circunstancias que
también comportan información dada por ser familiares (Trabaso y van Dem Broek, 1985,
van Dijk, 1990 y 1992; Calsamiglia y Tusón, 1999, Shiro, 2007; Ripoll, 2024).
El texto expositivo, por el contrario, se caracteriza porque el encadenamiento que opera
entre las ideas no es cronológico sino más bien de orden lógico, tiende a carecer de agentes y
su orientación se inclina más bien al objeto, el cual viene a constituir el tema tratado mediante
un vocabulario que generalmente es denso, académico, complejo y abstracto (van Dijk, 1978
y 1992; Alfonzo, 1997; Bassols y Torrent, 1997). Además, el texto expositivo puede exhibir
diversos tipos de organización retórica (causa y efecto, problema y solución, comparación y
contraste, entre otros) y hacer uso de diversas estrategias discursivas (definición,