¡Salud! Por… el guarapo / Mercedes Guanchez
Crónica
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Recuerdo en mis tiempos de adolescente, con dieciséis o diecisiete años, haber ido a
algunos “matinés” (fiestas tempranas) y probar una bebida popular y rendidora que mentaban
“guarapita” (que por cierto, la servían de varios sabores), dulce, para esas rumbas
clandestinas que se armaban en un santiamén y no te cansabas de bailar. Y tiempo después
haber degustado también la famosa “caipiriña” (ambas bebidas económicas y rumberas), con
un poco más de clase, jaja. Estas delicias nacidas de nuestro catálogo de bebidas coloniales
se modernizaron al usar pulpa o zumo de fruta, combinada con el aguardiente (caña clara) y
azúcar. Ya les dije, eran bebidas alentadoras. Refrescan, sí. Te ponen alegre y divertido. Pero
puedes caer inconsciente, porque sin darte cuenta, emborrachan por el grado alcohólico que
desarrollan (entre 25 y 30 grados). ¿Y qué les digo? Estas son las bisnietas del guarapo; del
mismito guarapo de las guaraperías y pulperías de la Caracas colonial.
Los cronistas dicen que en aquella época se conocían tres tipos de guarapo (para todo
tipo de consumidor). Uno, un guarapo fresco (extraído al instante). Dos, un guarapo dulce y
fuerte (reposado de 1 día) y, tres, un guarapo fuerte ( fermentado de 3 días). ¡Aja! ¿Cuál
piensan ustedes que era el más popular para socializar en las pulperías de entonces? Por
supuesto, el guarapo fuerte (con un sabor agrio). Y eso haría de la pulpería el lugar de
divertimento de blancos, mulatos, indios, negros (hombres y mujeres). En los registros del
Obispo Mariano Martí de sus visitas pastorales a la Diócesis de Caracas entre 1771 y 1784
se deja testimonio del vicio de la época: “el vicio de la borrachera”, lo llamó el Obispo. En
sus informes contaba que la gente bebía día y noche. Y aunque se expendían otras bebidas
alcohólicas como cocuy, vino y brandy, la bebida favorita de la gente que asistía a las
pulperías era el guarapo, para perdición de la Iglesia. Claro, era tan popular que fue conocida
como “la cerveza del pueblo”.
El asunto con el guarapo tiene una historia fascinante en nuestra vieja Caracas. Resulta
que una de las esquinas de nuestra avenida Universidad lleva por nombre la Esquina del
Chorro. Los cronistas de la ciudad hablan de los lugares en los que se vendía el guarapo. Uno
de ellos, en el mercado público, el Mercado de la Plaza Mayor. En ese mercado de la Plaza
Mayor (hoy Plaza Bolívar) se podía conseguir ventas de carne, de mondongo, verduras, y,
por supuesto, el guarapo. La historia relativa a esta esquina tiene varias versiones (mejor
dicho, dos). Una, cuenta que la denominación de “El Chorro” se debe a un chorro de agua
Instituto Venezolano de Investigaciones
Lingüísticas
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Literarias “Andrés Bello”