Vol. 64 (105), 2024, pp.49-70 -Segundo semestre / julio-diciembre

ISSN-L 0459-1283 e-ISSN - 2791-1179

Depósito legal: pp. 195202DF47

Artículo

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https://doi.org/10.56219/letras.v64i105.3274

pasando por cuestiones no menores como la demografía, la ciencia o, naturalmente, la gastronomía: en efecto, la convivencia de los emigrados hispánicos con las culturas autóctonas americanas y, sobre todo, la apropiación por parte de los primeros de técnicas y productos propios de estas tierras producen una transformación radical en las costumbres gastronómicas que van a terminar por generar las ricas tradiciones que, a este respecto, se descubren hoy en los diversos países de Hispanoamérica (Barros, 2008, Bak-Geller Corona, 2013, Pérez San Vicente, 2015). Al mismo tiempo, estos procesos que se acaban de mencionar dejan también su huella en la lengua española que pasa a los nuevos territorios, en la cual es posible detectar unos cambios de indudable relevancia que, a la par que la dialectalizan, la convierten en una herramienta de expresión apta para enfrentarse a las necesidades comunicativas que impone la naciente sociedad colonial.

Por lo que toca al Altiplano Central mexicano −y a pesar de que es todavía mucho lo que queda por estudiar al respecto −, los trabajos desarrollados sobre esta cuestión en los distintos niveles del sistema (Company, 2007; Ramírez Luengo, 2011, en prensa) demuestran fehacientemente que el proceso de dialectalización que se viene señalando se ha producido en momentos previos de la Colonia y es ya una realidad en el siglo XVIII. Así las cosas, no sorprende que en la escritura de Dominga de Guzmán sea posible detectar una serie de características morfosintácticas que identifican hoy −y muchas identifican ya en la Centuria Ilustrada− al español de la región, tales como, por ejemplo, el abundantísimo empleo del diminutivo (“los encuentros de las alitas que hacen hombritos”; “lavarás el pellejito y amarras sobre los agujeritos que tuviere”, p. 36) y su aplicación a bases no habituales en otras variedades (hartito, pp. 29, 36, 48, 56; nadita, pp. 56, 64; tantito, pp. 29, 56, 79) (Company, 2007), ciertos usos del posesivo presentes actualmente en este país y cuyo empleo se registra en la época tardocolonial (Company, 2007) (“con su tapita que se les quitó ”, p. 32; “le echarás si es día de carne su espaldilla salada”, p. 41), la concordancia del adverbio medio (medios fritos, p. 37) o la aparición del denominado hasta mexicano (“hasta que esté

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Dado que en la edición estudiada se modernizan las grafías, no es factible aportar datos sobre el nivel fónico,

si bien en Ramírez Luengo (2011) −así como en los corpus documentales de la época (Company, 1994) − se constata la imposición, ya en esta etapa, de los principales fenómenos que identifican actualmente a la variedad regional del español.