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Artículo

https://doi.org/10.56219/letras.v64i105.3274

(lenguas antillanas, quechua, cumanagoto, cuna, maya), en una situación que se explica desde los procesos constitutivos del español de América (Ramírez Luengo, 2007), pero que también responde a factores relacionados con la historia culinaria de México, tales como la profunda contribución de la población nahuahablante a este ámbito o la incorporación al mismo de productos procedentes de otras zonas del continente que −sin perder su nombre autóctono antillano, quechua o cumanagoto − trasladan los españoles a la Nueva España durante el extenso periodo colonial.

Por otro lado, el hecho de que muchos de estos indigenismos constituyan voces diatópicamente restringidas permite analizar su carácter de americanismo −entendido este concepto desde una perspectiva dinámica y basada en el uso (Ramírez Luengo, 2017) − y, por lo tanto, calibrar el peso que tales elementos poseen en la dialectalización léxica del español novohispano del siglo XVIII. De este modo, si la aplicación de principios metodológicos ensayados ya en otros estudios sobre la cuestión (Ramírez Luengo, en prensa) constata la existencia de americanismos puros (arepa, guajolote, papa, pitahaya), americanismos semánticos (tomate) y americanismos de frecuencia (aguacate, chirimoya, maguey) en este listado −así como de voces generales que, tras experimentar un proceso de desamericanización (Ramírez Luengo, 2017b), han perdido ya todo su valor de índice o marcador dialectal (chocolate, cigarro, maíz)−, este mismo hecho demuestra que la mayor parte de las voces registradas en el corpus poseen un alto peso dialectalizador, en unos resultados de reafirman la importancia que poseen tales vocablos para la conformación de una identidad léxica regional, y más en un ámbito tan culturalmente significativo como es el que se está analizando en estas páginas.

En definitiva, no cabe duda de que un análisis como este demuestra no solo el evidente interés que poseen los libros de cocina para el mejor conocimiento de la diacronía de las distintas variedades dialectales que conforman el español americano, sino también la necesidad de atender a esta tipología textual en las investigaciones que tengan como propósito ofrecer una más completa reconstrucción de esta cuestión. Junto a esto, quizá la conclusión más importante que pone en evidencia esta aproximación al léxico del recetario de Dominga de Guzmán sea la profunda imbricación que existe, en este ámbito nocional concreto, entre lo lingüístico y lo histórico: así, si se acepta que, como bien señala Pérez San