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Artículo

https://doi.org/10.56219/letras.v64i105.3281

miembros más entusiastas por recuperar la lengua por referenciar a los ingredientes, platillos, instrumentos, etc.

En relación con las clasificaciones tipológicas, Eberenz (2016) aclara que son tan numerosas como la cantidad de disciplinas que se interesan por el discurso o la práctica culinarios, aunque la dicotomía de “alimentos simples” versus “alimentos preparados” aparece presente en la mayoría de los enfoques. La primera se refiere a productos crudos, como frutas y vegetales, mientras el segundo implica una transformación previa, en tanto “todo plato es el resultado de un proceso de elaboración” (Eberenz, 2016, p. 83). Debido a que estas categorías son necesarias para efectos de la clasificación propuesta, la primera y segunda categorizaciones propuestas en este artículo corresponden a “alimentos simples” y “alimentos preparados”.

Como subcategorías para alimentos simples, se adapta la propuesta de Barahona (2016), estas son: “vegetales”, “aderezos”, “granos”, “líquidos” y “carnes”. La autora incluye frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos dentro de los vegetales, bajo la definición de “seres orgánicos que crecen y que en este caso se extraen de la tierra” (Barahona, 2016, p. 70), por lo que se mantendrá esa definición. De los aderezos interesa su función: condimentar, sazonar los alimentos o preparar un ingrediente; por su parte, los granos contemplan también las semillas, mientras que los líquidos presentan un estado de fluidez y la carne deriva de animales comestibles.