Vol. 64 (105), 2024, pp.199-224 -Segundo semestre / julio-diciembre

ISSN - L 0459 - 1283 e - ISSN - 2791 - 1179

Depósito legal: pp. 195202DF47

Artículo

Página

211

https://doi.org/10.56219/letras.v64i105.3281

De la tabla anterior resaltan los dos grupos con más elementos: vegetales y carnes, con 25 sustantivos cada uno; aunque no es sorpresivo, ambas categorías evidencian la variedad de flora y fauna comestible de la zona y la relevancia de especificar el nombre de cada alimento. Así, se enlistan nombres para diversos tipos de pescado ( bömcuo, zhír, shomcró) y otros animales de río, cuya importancia radica en la cercanía de este pueblo con el Río Grande de Térraba y, por ende, parte del origen de su alimentación; además, se reconocen especies más “salvajes ” o montañeras, como es el caso de shtö (saíno), shrí (chancho de monte), c’uŕí (tepezcuinte), shcuŕë (guatusa), shuŕín (venado), srúc (pizote), só (danta), juón (iguana), dúpcuo (armadillo) y fö shuŕín (cabro de monte). Por el contrario, el listado carece de animales criados en granjas, como vacas, cabras o incluso caballos, pues, aunque su carne sea consumida por algunas personas de esta población no es representativa de la cultura y de ahí que no se mencione como ingrediente dentro de sus platillos tradicionales. El único animal que se sigue consumiendo en grandes cantidades y se cría en las casas es el nepcuógra (cerdo), pero la cantidad de animales por familia (dos o tres) no permite clasificarlos como animales de granja.

Ahora bien, en este Diccionario-recetario se evidencia una predominancia vegetal en las recetas, pues de las veinte recetas, solo cuatro involucran la carne animal: sënna shó dión ñógo í (carne ahumada), sën zhán cógro iroi (chorizo), bómcuo súi c’róga iroi (pescado asado) y ëb cuó sën t’oc dió (sopa de granos de maíz con carne), las otras dieciséis se basan en frutas, verduras, legumbres, granos, etc.; es decir, lo que procede de los sembradíos.

En cuanto a los vegetales, es evidente la práctica agrícola de esta población y el aprovechamiento de lo que la tierra provee, pues destacan crörbó (quelite) y la fruta autóctona cásh (denominada también guayaba de monte), cuyo nombre de origen aparentemente boruca ( kas) se mantiene incluso en español. En el caso de los quelites, que se refiere a los brotes tiernos de plantas como el chayote y el ayote, eran un ingrediente ya olvidado y desechado; sin embargo, a raíz de estos acercamientos gastronómicos con la comunidad, algunos habitantes retomaron su consumo como refuerzo identitario.

En cuanto a los vocablos más usados en las recetas, según se evidencia en la figura 2, los sustantivos más nombrados son dí (agua) y ëb (maíz), con 19 apariciones cada uno; el agua es un líquido básico de cualquier preparación culinaria, lo que también evidencia el