Vol. 64 (105), 2024, pp.273-304 -Segundo semestre / julio-diciembre

ISSN-L 0459-1283 e-ISSN - 2791-1179

Depósito legal: pp. 195202DF47

Artículo

Página

283

https://doi.org/10.56219/letras.v64i105.3284

tomamos mate tu mamá y yo, ustedes se darán un buen baño y luego tomaremos el desayuno” (Barreto, 2019, p. 58).

Por otra parte, son recurrentes las acciones que puntualizan momentos y formas de ingerir los alimentos, el acto de llevar el avío al salir de viaje: “La señora, aquí está su canasta de avíos, hay chipa so ’o, chicharõ hu’iti, chipa kavure, batata asada, un cacho de banana, muchos bastimentos para llevar a ña Agüí; dice el patrón que van a estar en su casa” (Barreto, 2019, p. 45). Al mismo tiempo, menciona costumbres propias de la gente del campo, como la de agasajar a los invitados con la mayor variedad y cantidad de comida, “Bueno, todos a la mesa, que ya está servida; aquí tienen gallina asada, asado de oveja y sopa paraguaya”; “Eh, y yo preparé arroz con leche y dulce de mamón, en tu honor” (Bar reto, 2019, p. 176).

Cabe destacar que la cocina también envuelve ciertas estereotipias, pues esta tiende a ser una actividad femenina y se la asocia al saber culinario, ellas cooperan en la reproducción del habitus alimentario, con lo que se entablan los patrones de género vigentes, la obra evidencia tales costumbres: “Muchas gracias, Carmen: a más de linda y simpática también cocinás postres ricos ” (Barreto, 2019, p. 107). A la par, es un espacio físico propio de l a mujer, en especial las matronas: “Sí, los sábados no hay clases y me meto en la cocina de mamá” (Barreto, 2019, p. 107).

En la narración, se destacan algunas combinaciones de los platos en la época referida y el contexto “Bife koygua con mandioca, ya sé que te hubiera gustado mbeju, pero lo preparé para la tarde; te anuncio que almorzaremos vori vori de gallina ” (Barreto, 2019, p. 133). Conjuntamente, presenta lo relativo a la compra y venta de los productos. Algunos de los lugares citados son los mercado s: “No te preocupes, mandaré al mercado a ver si María de Jesús tiene; yo compro de ella, además tiene dulce de maní con leche y kosereva” (Barreto, 2019, p. 80). También se alude a las vendedoras ambulantes, en especial a las de los dulces “¡Qué mucha gente! Mirá las vendedoras de dulce de guayaba y de maní con miel. Compraré unos para llevar a tu tía; ella tiene que recibirnos. (Barreto, 2019, p. 45). Así como la arraigada costumbre de ir al centro de la ciudad y comprar la chipa “Cada vez que vengo al centro yo compro chipa y llevo dos (Barreto, 2019, p. 66).