Vol. 64 (105), 2024, pp.341-380 -Segundo semestre / julio-diciembre
ISSN-L 0459-1283 e-ISSN - 2791-1179
Depósito legal: pp. 195202DF47
Artículo
Página
353
https://doi.org/10.56219/letras.v64i105.3286
Parece evidente que somos muy enfáticos. […] Pero, además de los literatos y de los periodistas, las personas que en Colombia no escriben, sino que, de preferencia hablan y gesticulan, también son exageradas, enfáticas y tropicales.
Dice Arciniegas (1976): «La exageración es una manera natural de expresión de los antioqueños. Acabó por ser una de las mayores delicias folclóricas de Colombia», y agrega Argos (1996: 150): «Porque el paisa está creando exageraciones todos los días, con una
riqueza de imaginación y de gracia imponderables». Sin embargo, aunque los autores paisas
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han sido pioneros en la recopilación y el estudio de las exageraciones, estas se crean y usan ampliamente en todas las regiones del país, como demostraremos más adelante.
Hernández Jiménez (2001: 233) define la exageración como «expresión desbordada de imaginación, fantasía, agudeza mental y humor, a veces fino, a veces grotesco, nacido del contrasentido, del absurdo, del imposible, de la observación traída de los cabellos, pero acuñada con aparente sano juicio. Bromas al aire […]». Mientras que Aristizábal Alzate (2007) la define como «una verdad que ha perdido la compostura», «la mentira del hombre de bien» y destaca su intención pragmática: «Es común que los interlocutores, utilizando expresiones cargadas de humor como las exageraciones, busquen hacerse agradables a los demás y buscar aprobación, que es uno de los objetivos de la conversación habitual».
Argos (1996: 150) llama la atención sobre el hecho de que la mayoría de las exageraciones se refiera a defectos o a aspectos negativos, en especial a los tacaños, los viejos, los flacos y las cosas difíciles. Por su parte, Hernández Jiménez (2001: 234) concluye que una de las exageraciones más apetecida es «m ás ordinario que…», como sinónimo de estrambótico, montañero o de mal gusto.
Según el estudio de Cisneros y Serna (2022) sobre actos de habla exhortativos del habla coloquial pereirana, la exageración es una estrategia de intensificación que «sirve para maximizar posibles consecuencias negativas en caso de que no se reciba lo que estima el mandato o la petición, pero también sirve para manipular al destinatario presentando una posible falsa extrema vulnerabilidad del hablante».
Por último, cabe precisar que los dos principales diccionarios nacionales ( Nuevo diccionario de colombianismos, 1993, y Diccionario de colombianismos, 2018) recogen muy
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Originarios de Antioquia, Caldas, Quindío, Risaralda, norte del Tolima, y norte y occidente del Valle.