https://doi.org/10.56219/letras.v64i105.3291

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Artículo

“fábricas pequeneras ”, por lo demás. El pequén es otro tipo de empanada, pero rellena solo de cebolla y ají. Manuel Antonio Román las equipara, de hecho:

Calduda, f. Del adj. caldudo, da, de invención chilena, pues el castizo es caldoso, sa (que tiene mucho caldo), ha formado el pueblo este vocablo, que él estropea más aún diciendo caldúa; en realidad es un simple adj. sustantivado, pues se subentiende empanada. Con estos antecedentes ya puede darse por definida la calduda chilena, como que no es sino una empanada caldosa, aunque aliñada de tal manera, que todo el que la toma no puede dejar de saborearse con ella. Su lujo extraordinario consiste en ir también aliñada “con pasa, aceituna y huevo”, como la pregonan sus vendedores. Véase Pequén, con el cual es igual en todo más que un mellizo con su melliza (1901-1908).

A su vez, como es su tenor, Román normó respecto a la formación del adjetivo, el que, para seguir el patrón peninsular, debería ser caldoso, no caldudo ni menos caldúo. El segundo autor chileno en hacer referencia a este tipo de empanada es el salesiano Camilo Ortúzar (1893), quien sin más lematiza caldúo, entendiéndolo como una incorrección y con la equivalencia castiza “caldoso” como la correcta, así como la colocación empanada caldúa. Echeverría y Reyes (1900), más descriptivo, se limita a definir caldúa, como un nombre: “empanada jugosa”.

Así como Zerolo, la tradición lexicográfica española no ha hecho referencia al pino que compone la empanada calduda, sino a algunos ingredientes de este, como el huevo, las aceitunas y el ají, quedando una definición deficitaria. Es lo que se encuentra en Alemany (1917) y en la tradición académica donde, desde la edición del usual de 1925, se define calduda de esta misma forma (cfr. NTLLE). Lo mismo Medina (1928), siendo que es este un diccionario de chilenismos, Malaret (1946) o Moliner (1966-67). Calduda se extiende a otros países por lo demás: para Bolivia, Muñoz y Muñoz (1982) la lematizan como una “especie de empanada con mucho caldo en el interi or” y se hace una referencia a las empanadas salteñas, específicamente (es decir, las que tienen, además de alguna carne, papas). Por su parte, Álvarez Vita (1990) la lematiza para Chile y Perú como una empanada, mas con la definición insuficiente que ha primado en la lexicografía europea. A su vez, la tradición académica ha ampliado la diatopía de calduda a Perú y ha quedado solamente para este país en el DLE y en el Diccionario de Americanismos (2010), por lo demás. Si bien en este último aparece caldúa para Chile, puesto que es esta la forma hablada que ha terminado por