https://doi.org/10.56219/letras.v64i105.3291

Vol. 64 (105), 2024, pp.511-546 -Segundo semestre / julio-diciembre

ISSN-L 0459-1283 e-ISSN - 2791-1179

Depósito legal: pp. 195202DF47

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definición de Román. En Chile la vitalidad de la churrasca se ha mantenido a lo largo del tiempo: Yolando Pino Saavedra en sus “Vocablos” (1966) definió churrasca como “Pan delgado asado sobre las brasas ” y la instaló como usual en el centro y sur del país (cfr. Fichero) y Félix Morales Pettorino (1985) la restringió a las zonas campesinas y la definió como una: “masa de harina en forma de pan delgado o sopaipilla/ que se prepara asándola sobre las brasas ”. Si bien el Diccionario de Uso del Español de Chile (2010) también limitó las churrascas como propias de zonas rurales, la preparación está cada vez más extendida a zonas urbanas y no ha sido lematizada en más diccionarios que los mencionados.

3.2.2. Masas horneadas

Un adjetivo vigente hasta el día de hoy es el ‘caldudo, da’, en especial para la empanada con relleno caldoso, jugoso. En Chile ha derivado en un nombre específico: la calduda o, en rigor, caldúa, con la consiguiente delimitación de la oclusiva sonora en posición intervocálica. Aparece lematizada en el primer diccionario de chilenismos, el de Zorobabel Rodríguez, con una interesante experiencia personal del autor:

Empanada ordinaria, que según la ley del grito es siempre con pasa, aceituna y huevo; pero que no tiene comúnmente nada de eso, sino mucha cebolla, muchísimo ají y unas cuantas pizcas de carnaza. En conjunto, sin embargo, (y quien esto escribe puede dar fe porque más de una mañana de invierno ha caído en la tentación) es de chuparse los dedos propiamente, y no en sentido figurado. Las caldudas son además un artículo en que el arte culinario santiaguino no ha podido ser hasta ahora ni superado ni igualado. La capital de la república debe sentirse orgullosa de ello, como lo estarán indudablemente las caldudas de haber encontrado en Guajardo un poeta digno de catarlas y de cantarlas. Del romance que lleva por título ¡A las calduditas mi alma! Son las estrofas que, con permiso de los lectores, pasamos a copiar: “Madrugue por la mañana/Quien quiera salir de duda/Y tómese una calduda/A ver si quita la gana./ Una fábrica arribana/Las trabaja con peras;/Mas por cierto vinagreras/Paralizó su trabajo,/ Y a esta la echaron abajo/Las fábricas pequeneras. ” […]” (1875: calduda o caldúa)

Años después, en España, Zerolo (1899) tomó de Rodríguez, citándolo, calduda con la definición de “especie de empanada con aceitunas, huevo y ají” (cfr. NTLLE), sin especificar el ingrediente más relevante de las caldúas: el pino, picadillo preparado sobre todo con carne picada y cebolla. En el poema que Rodríguez cita de Guajardo, se hace mención a las