https://doi.org/10.56219/letras.v64i105.3291

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Artículo

también toma la descripción del guiso colombiano y Domínguez, en la edición de 1869, sigue la descripción del guiso cubano.

En Chile, el primer diccionario de chilenismos publicado, el de Zorobabel Rodríguez (1875) define el ajiaco como “tenemos, en cambio, ajiaco, que es un verdadero chilenismo y que denota, ya que no una salsa, un guiso cuyo ingrediente principal es el ají” (s.v. ají, ajiaco). La tradición académica lematiza ajiaco en el Suplemento de la duodécima edición de 1884, en donde se generaliza la descripción del referente: “Especie de olla podrida usada en América, que se hace de legumbres y carne en pedazos pequeños ” (cfr. NTLLE), definición que se mantiene al día de hoy y que contiende con otra similar, creo que innecesariamente. Justamente Manuel Antonio Román da noticia de esta lematización, así como la incorporación en la edición usual de 1899 de la voz:

ajiaco. m. Admitido (aunque con significado un poco distinto del que aquí le damos) en el Suplemento de la 12.a edición del Dicc., ha pasado en la 13.a al cuerpo de la obra. (Román 1901-1908)

Tal como se trató en Chávez Fajardo 2021a, la función de este artículo de Román, a su vez, es informar que en el DRAE aparece lematizada la palabra en cuestión. Sin embargo, el matiz de “significado un poco distinto del que aquí le damos” da cuenta de las variaciones de un guiso prácticamente panamericano. No la describe tampoco Echeverría y Reyes (1900), porque solo se limita a decir que es un “Guisado popular”. Medina (1928) se limita a parafrasear al DRAE en su definición, a la que agrega como adenda: “y se sazona con ají”. No será hasta el Diccionario Ejemplificado de Chilenismos , proyecto dirigido por Félix Morales Pettorino que se defina con el detalle del guiso chileno: “Caldo con carne de vaca o puerco cortada en trozos pequeños, papas, cebolla rebanada en plumas, y huevos, cuyo principal aliño es un condimento picante” (1984), algo que continuará el Diccionario de Uso del Español de Chile (DUECh, 2010).

En relación con el panamericanismo de ajiaco, existe una detallada explicación en Dihigo (1928) para el ajiaco cubano. Lo mismo, por la naturaleza de este diccionario, que se asemeja a un diccionario de americanismos, con algunas de las descripciones proporcionadas por algunos diccionarios hispanoamericanos revisados por el autor. Lo mismo en Santamaría (1942), en donde aparece la primera referencia dentro de la lexicografía a un guiso en