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Reseña

https://doi.org/10.56219/letras.v64i105.3293

esta sección –y quizás de toda la antología–, con un giro inesperado y un enfoque inusual de la narración y una también sorpresiva develación de su personaje principal. De igual modo, destacan El encuentro y Flor de Medianoche, ya que en estos textos el autor desarrolla su lado más emocional, sin descuidar el tono de intriga y suspenso característico de su estilo de escritura. Sin embargo, esta sección tiende más hacia una narrativa reflexiva, en la que los protagonistas enfrentan sus realidades con resignación o lucha, pero siempre bajo la sombra de aquello que no pueden cambiar. El mismo autor señala que en relatos como El regreso se distanció considerablemente de su zona de confort, explorando temas que, aunque no le resultaban ajenos del todo, sí resultan completamente diferentes de los tópicos que usualmente le atraen. A pesar de esto, esta parte de su trabajo nos deja ver un talento notable para ahondar en las emociones humanas más recónditas.

En Relatos de lo oscuro, la tercera sección de este libro domina, como es de esperarse, un tono sombrío y lóbrego. Aquí Maizo despliega de una manera más explícita el tipo de tramas que más le apasiona, aquellas relacionadas con el terror. En estas historias, se abordan las emociones humanas más sobrecogedoras como la maldad, la brutalidad y la obsesión que brota de los deseos reprimidos. Encontramos en estos relatos personajes atrapados en sus propios abismos morales, toda vez que intentan escapar o evitan sucumbir a sus impulsos más tétricos o a las fuerzas paranormales más oscuras. No es extraño, ni tampoco casual que en esta sección se encuentren varios de los relatos favoritos del autor, como No apagues la luz y El despertar de la oscuridad , los cuales desde su perspectiva tienen un mayor nivel de desarrollo y profundidad. Sin embargo, la historia que en definitiva marca el tono radical de esta sección es el texto La ira y la nada en el que la violencia ciega y desmedida nos recuerda que no hay nada más espeluznante que un ser humano que sucumbe a sus instintos más primitivos y tenebrosos.

Finalmente, Entre sombras de verano, la última sección de esta colección, nos ofrece relatos interrelacionados contados desde cuatro perspectivas diferentes. En estos textos se contrasta la ligereza del verano con las sombras que persisten en la vida de los personajes. Sin duda, esta división añade una capa adicional de complejidad a la trama principal, con giros y detalles que se descubren ante el lector de manera gradual.