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Reseña
https://doi.org/10.56219/letras.v64i105.3294
(molinos incluidos), Castilla y León, o en la misma Extremadura. O en cualquier país, da igual. Es un caserío de calles sin asfaltar, polvorientas. Allí llegan y habitan especímenes de la “hojarasca” del mundo: la chica de la venta, deseosa de irse a una ciudad que le provea mayores oportunidades; Píter, sí, Píter, no Peter, el hippie que se define a sí mismo como artesano del vidrio; los gitanos, el clan que padece en sus carnes los estigmas de su estirpe; los viejos esposos Joaquín y Roberta, ella huyendo de manera forzada de sus vivencias y recuerdos y él explicando y justificando siempre los comportamientos de ella, otrora maestra de escuela; el casero, dueño del cuchitril donde se instalará la protagonista femenina y representación exagerada de la masculinidad más tóxica (tal vez la novela admita también una lectura en clave feminista, es solo una presunción).
Y en La Escapa también quedan los vestigios ruinosos de la casa habitada por dos hermanos, quienes en su interior dieron rienda suelta a su amor incestuoso. Y en esas paredes todavía se pueden distinguir las frases acusatorias escritas por los vecinos. Y los fines de semana se acerca hasta el poblado una familia que ocupa un “chalecito” heredado, entre otras razones porque no fue posible venderlo. Parece la típica familia modélica y funcional, vaya usted a saber qué procesión latirá en su seno.
En resumidas cuentas: perdedores, algunas personas “al margen de… ”, “hojarasca”, intentando lo humanamente imposible: huir de sí mismos.
Y luego están Natalia (Nat) y Andreas, los protagonistas del asunto. Ella, una traductora, rebelde, antisistema, que llega a La Escapa huyendo a raíz de un incidente ocurrido en su antiguo trabajo. Y él, que de alemán tiene lo que quien suscribe este escrito tiene de mago, geógrafo de profesión, devenido en un pequeño agricultor y, en consecuencia, proveedor de frutas y verduras para toda la comarca. Ambos viven con sus mascotas: el perro Sieso, “obsequio” del casero y la gata Li respectivamente (Sugiero indagar acerca de las distintas acepciones de la palabra “sieso”).
A quien lea el libro le corresponderá averiguar el tipo de relación establecido entre ambos personajes, Nat y Andreas, el particular inicio de dicha relación (“… que lo deje entrar…”, es una frase que no deja de repetir se en la mente de Nat), así como la profundidad de la misma. Y también tendrá que averiguar el papel que tienen Sieso y Li en la trama de la obra, que lo tienen, y de no poco peso. Quizá a través de ellos es que se