Vol. 64 (105), 2024, pp.103-138 -Segundo semestre / julio-diciembre
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El español en Colombia: dialectos, gastronomía y música
RESUMEN
El propósito con este artículo es presentar un panorama general acerca del español en
Colombia, haciendo énfasis en la diversidad dialectal y cultural de sus diferentes regiones
geográficas. Con este fin, se enuncian algunas características de la lengua española en este
país y se ejemplifican sus variedades regionales a partir de los campos léxicos de la
gastronomía y la música, con palabras o locuciones tomadas de dos obras lexicográficas
sobre colombianismos; por tanto, se parte de una metodología de corte cualitativo y de un
enfoque descriptivo. Como conclusión, tanto la gastronomía como la música autóctonas son
Este artículo forma parte del proyecto de I+D+i PID2020-117659GB-100, Tesoro lexicográfico del español
en América (TLEAM), financiado por el MCIN/ AEI/10.13039/501100011033. Asimismo, se deriva de la
investigación denominada Compilación y análisis de repertorios lexicográficos en Colombia (código CI-4434),
proyecto de presentación interna registrado en la Vicerrectoría de Investigaciones de la Universidad del Valle
(Cali, Colombia), llevado a cabo en el periodo 2023-2025.
Mónica Chamorro Mejía
Filóloga y lingüista. Ha trabajado como docente
universitaria en Italia y en Colombia. Recibió el Premio
Regional de Cuento del Ministerio de Cultura (1998) y el
Primer Premio del Concurso de Narraciones Breves
(2000). Ha publicado el libro de relatos Remedia amoris
(Axis Mundi, 2010), la novela El arte del mal morir
(Calixta Editores, 2020) y el poemario bilingüe La carne
de Dios (Caligrama, 2021). Autora de ensayos y artículos
de opinión publicados en los diarios El Nuevo Liberal y
El Tiempo, y en la revista Semana.
monica.chamorro@correounivalle.edu.co
https://orcid.org/0000-0003-4953-4591
Universidad del Valle, Santiago de Cali,
Colombia
Lirian Astrid Ciro
Doctora en Humanidades y Educación por la
Universidad de Lleida (España), Magíster en
Lexicografía Hispánica (Universidad de León /
Asociación de Academias de la Lengua Española,
España) y Licenciada en Español y Literatura por la
Universidad de Antioquia (Colombia). Actualmente, es
profesora titular de la Universidad del Valle (Santiago de
Cali, Colombia), en la Escuela de Ciencias del Lenguaje,
Facultad de Humanidades. Además de su competencia
docente en las áreas de lingüística y pedagogía, tiene
experiencia en el ámbito lexicográfico, en el cual se ha
desempeñado como redactora de diccionarios. Entre sus
líneas de investigación se encuentran: lexicografía,
lenguajes de especialidad, fraseología, escritura
académica, didáctica de la lengua española.
lirian.ciro@correounivalle.edu.co
https://orcid.org/0000-0002-2778-738X
Universidad del Valle, Santiago de Cali,
Colombia
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referentes culturales de gran importancia y simbolismo para la configuración identitaria de
una nación; por consiguiente, estos campos léxicos así como muchos otros, pero para los
fines de investigación, y solo a modo de ejemplificación, tomamos estos dos pueden servir
para caracterizar las zonas dialectales de Colombia, junto con muchos otros elementos
lingüísticos que también se deben tener en cuenta, lo que corrobora que el nivel léxico es uno
de los más importantes para la identificación y delimitación de una variedad diatópica.
Palabras clave: el español en Colombia, gastronomía, música, variedad diatópica.
Recibido: 29/03/2024 Aceptado: 01/06/2024
Spanish in Colombia: dialects, gastronomy and music
ABSTRACT
The purpose of this article is to present an overview of Spanish in Colombia, with emphasis
on the dialectal and cultural diversity of its different geographic regions. To this end, some
characteristics of the Spanish language in this country are stated and its regional varieties are
exemplified from the lexical fields of gastronomy and music, with words or locutions taken
from two lexicographic works on Colombianisms; therefore, it is based on a qualitative
methodology and a descriptive approach. In conclusion, both native gastronomy and music
are cultural references of great importance and symbolism for the identity configuration of a
nation; therefore, these lexical fields -as well as many others, but for research purposes, and
only as an example, we take these two- can be used to characterize the dialectal zones of
Colombia, together with many other linguistic elements that should also be taken into
account, which corroborates that the lexical level is one of the most important for the
identification and delimitation of a diatopic variety.
Keywords: spanish in Colombia, gastronomy, music, diatopic variety.
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L'espagnol en Colombie : dialectes, gastronomie et musique
RÉSUMÉ
L'objectif de cet article est de présenter une vue d'ensemble de l'espagnol en Colombie, en
mettant l'accent sur la diversité dialectale et culturelle de ses différentes régions
géographiques. Pour ce faire, quelques caractéristiques de la langue espagnole dans ce pays
sont énoncées et ses variétés régionales sont exemplifiées à partir des champs lexicaux de la
gastronomie et de la musique, avec des mots ou des locutions tirés de deux ouvrages
lexicographiques sur les colombianismes ; une méthodologie qualitative et une approche
descriptive sont donc utilisées comme point de départ. En conclusion, tant la gastronomie
que la musique indigène sont des références culturelles d'une grande importance et d'un grand
symbolisme pour la configuration identitaire d'une nation ; par conséquent, ces champs
lexicaux -ainsi que beaucoup d'autres, mais pour les besoins de la recherche, et seulement à
titre d'exemple, nous prenons ceux-ci- peuvent servir à caractériser les zones dialectales de
la Colombie, ainsi que beaucoup d'autres éléments linguistiques qui doivent également être
pris en compte, ce qui corrobore le fait que le niveau lexical est l'un des plus importants pour
l'identification et la délimitation d'une variété diatopique.
Mots-clés: espagnol en Colombie, gastronomie, musique, variété diatopique.
Lo spagnolo di Colombia: dialetti, gastronomia e musica
RIASSUNTO
Lo scopo di questo articolo è presentare una panoramica generale dello spagnolo in
Colombia, sottolineando la diversità dialettale e culturale delle sue diverse regioni
geografico. A tal fine si enunciano alcune caratteristiche della lingua spagnola il paese e le
sue varietà regionali sono esemplificati dai campi lessicali della gastronomia e musica, con
parole o frasi tratte da due opere lessicografiche sui colombianismi; Partiamo quindi da una
metodologia qualitativa e a approccio descrittivo. In conclusione, lo sono sia la gastronomia
autoctona che la musica riferimenti culturali di grande importanza e simbologia per la
configurazione identitaria dell'una nazione; Di conseguenza, questi campi lessicali, così
come molti altri, ma per il scopi di ricerca e, giusto come esempio, prendiamo questi due:
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possono servono a caratterizzare le zone dialettali della Colombia, insieme a molte altre
elementi linguistici che devono essere presi in considerazione, il che conferma il livello Il
lessico è uno dei più importanti per l'identificazione e la delimitazione di una varietà
diatopico.
Parole chiavi: spagnolo di Colombia, gastronomia, musica, varietà diatopica.
Espanhol na Colômbia: dialetos, gastronomia e música
RESUMO
O objetivo deste artigo é apresentar uma visão geral do espanhol na Colômbia, com ênfase
na diversidade dialetal e cultural das diferentes regiões geográficas. Para isso, algumas
características da língua espanhola nesse país são apresentadas e variedades regionais o
exemplificadas a partir dos campos lexicais da gastronomia e da música, com palavras ou
locuções extraídas de duas obras lexicográficas sobre colombianismos; portanto, o artigo é
baseado em uma metodologia qualitativa e uma abordagem descritiva. Em conclusão, tanto
a gastronomia quanto a música indígena são referências culturais de grande importância e
simbolismo para a configuração da identidade de uma nação; portanto, esses campos lexicais-
assim como muitos outros, mas para fins da pesquisa, e apenas como exemplo, tomamos
esses dois- podem servir para caracterizar as zonas dialetais da Colômbia, juntamente com
muitos outros elementos linguísticos que também devem ser levados em conta, o que
comprova que o nível lexical é um dos mais importantes para a identificação e delimitação
de uma variedade diatópica.
Palavras-chave: espanhol na Colômbia, gastronomia, música, variedade diatópica.
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1. Introducción
Como principios fundamentales, explicitados en la Constitución Política de Colombia
de 1991 (p. 14), se presentan, entre otros, los siguientes:
Artículo 7°. El Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la nación
colombiana.
Artículo 10. El castellano es el idioma oficial de Colombia. Las lenguas y dialectos
de los grupos étnicos son también oficiales en sus territorios. La enseñanza que se
imparta en las comunidades con tradiciones lingüísticas propias será bilingüe.
De esta manera, se reconoce al país como una nación multilingüe y pluricultural. En
este marco, es importante recordar la opinión popular acerca de que «Colombia es un país
conformado por muchos países», aún vigente, pues, a pesar de la actual globalización, es
muy marcada la diferencia regional existente entre los distintos territorios del país, esto se
debe a diversas causas; una de ellas, la más señalada por varios autores, es la geográfica.
El país se encuentra dividido por tres cordilleras (Oriental, Occidental y Central), que
son la continuación de la cordillera de los Andes, que han servido de barrera natural para
diferenciar comunidades de habla; asimismo, en la amplia geografía nacional, se encuentran
todos los pisos térmicos con sus implicaciones climáticas, agrícolas y culturales, en general.
Por otra parte, según datos del Instituto Cervantes (2023), Colombia ocupa el segundo
lugar, luego de México, respecto al número de hablantes nativos de español (figura 1). Este
dato es importante, puesto que pone de manifiesto el potencial demográfico del país, al ser
el segundo con más número de hablantes nativos de español en el ámbito hispánico, siendo
superado, únicamente, por México. En la figura 1 se evidencia el predominio en Colombia
de la lengua española como lengua materna, con 51 739 004 hablantes; solo 417 250 tienen
un dominio secundario de esta lengua, estos son los grupos minoritarios, principalmente las
comunidades indígenas, que tienen lenguas propias reconocidas como oficiales en sus
territorios, y la comunidad sorda, que cuentan con la Lengua de Señas Colombiana (LSC).
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Figura 1
Población de los países hispanohablantes según el Centro Virtual Cervantes
Fuente: Instituto Cervantes. (2023). El español: una lengua viva. Informe 2023.
https://cvc.cervantes.es/lengua/anuario/anuario_23/informes_ic/p01.htm
En las páginas siguientes, se enuncian algunas características generales del español
en Colombia, haciendo énfasis en sus variedades regionales; asimismo, se realiza una
comparación entre dos propuestas de división dialectal: la de Montes de 1982, ya clásica, y
la de Ruiz de 2020. Para ilustrar las variedades regionales del español colombiano, se recurre
a ejemplos léxicos extraídos de dos repertorios lexicográficos sobre colombianismos. Ambos
ejemplos pertenecen a dos campos léxicos representativos de la diversidad cultural del país:
la gastronomía y la música; así, se toman vocablos y expresiones, propios de cada región,
que designan platos típicos, y se incluyen términos relacionados con los distintos géneros y
ritmos musicales autóctonos. De este modo, mediante unidades léxicas tomadas del acervo
lexicográfico colombiano, que recoge y preserva el caudal lingüístico patrimonial, se logra
poner de manifiesto la riqueza dialectal del español en las diferentes zonas geográficas de
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Colombia, mostrando su estrecha vinculación con la diversidad étnica y cultural que
caracteriza a este país suramericano.
En otra dirección y con el propósito de justificar nuestro enfoque, nos detendremos
de manera breve en el concepto de dialecto, el cual representa uno de los constructos más
complejos dentro del ámbito lingüístico. Esta complejidad radica en la confluencia de
múltiples factores ―geográficos, sociales, culturales e históricos― que intervienen en su
definición y delimitación. La tarea de establecer con precisión qué elementos lingüísticos son
exclusivos de un determinado dialecto y cuáles son los límites geográficos de su extensión
es un verdadero desafío. No obstante, las dificultades inherentes, este concepto continúa
siendo una herramienta analítica de gran utilidad para identificar y describir las
particularidades lingüísticas de ciertas regiones o grupos sociales.
Es precisamente por su pertinencia descriptiva que en este trabajo usamos dicho
concepto como punto de partida para abordar y caracterizar el español hablado en Colombia.
Si bien somos conscientes de las complejidades subyacentes, también reconocemos el valor
de esta noción para resaltar los rasgos distintivos, tanto en el plano léxico como gramatical,
que conforman y definen la variedad lingüística empleada en el territorio nacional. En este
sentido, el análisis dialectal nos permite arrojar luz sobre los fenómenos lingüísticos
particulares que emergen del entramado sociocultural e idiosincrático de nuestro país.
2. Dialectología, evolución de una disciplina
Antes de adentrarnos en el análisis de los campos léxicos de la gastronomía y la
música en Colombia, es fundamental dedicar un apartado a la definición y delimitación de la
dialectología, así como de su objeto. La dialectología, en tanto rama de la lingüística, se
ocupa del estudio de las variedades diatópicas de una lengua, es decir, de los dialectos y
modalidades lingüísticas presentes en distintas zonas geográficas. Su foco recae en examinar
y caracterizar las particularidades fonéticas, gramaticales, léxicas y fraseológicas que
diferencian una variante regional de la lengua estándar o de otras variedades diatópicas.
En este sentido, una sección teórica sobre dialectología sienta las bases conceptuales
necesarias para ejemplificar algunas zonas dialectales de Colombia, a partir del léxico de los
ámbitos gastronómico y musical. La definición de conceptos clave, y la discusión de los
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principios rectores y metodologías propias de esta disciplina, posibilitan una
contextualización adecuada, con miras al abordaje analítico de los campos léxicos
seleccionados y su aporte en la caracterización de las variedades diatópicas colombianas.
En este marco, es importante recordar que la dialectología tradicional, esto es, aquella
que surgió en la segunda mitad del siglo XIX, con los estudios de Wenker (1876; citado por
Hernández Campoy, 1993) en Alemania, buscaba señalar, sobre todo, las delimitaciones
geográficas de las variaciones del habla y, de este modo, elaborar mapas en los que se
identificaran las isoglosas y los isófonos. En esta medida, puede decirse que buscaba
establecer fronteras dialectales (Hernández Campoy, 1993). De estos mapas dialectales, el
dialecto surge como un concepto delimitado, discreto, de características determinadas y fijas,
confinado en un espacio territorial. Sin embargo, ya a finales del siglo XX, estudios
posteriores mostraron que las isoglosas no eran fronteras fijas, sino difusas, en las cuales
rasgos fonético-fonológicos, léxicos, morfológicos, etc., se sobreponían sin un orden
aparente y, en muchos casos, con la apariencia de fenómenos casuales.
En esta medida, el concepto de dialecto se transformó, pues ya no puede considerarse
como un conjunto de rasgos típicos de una comunidad de habla, en una geografía delimitada,
sino como un continuum en permanente transformación. Para Francis (1983), quien analiza
esta problemática a la que se enfrenta la dialectología tradicional, si bien no existen fronteras
dialectales definidas y delimitadas de manera tajante, la lengua experimenta un cambio y
variación de carácter gradual, continuo y acumulativo en el espacio geográfico. En lugar de
dialectos claramente deslindados, lo que encontramos son continuum dialectales donde los
rasgos lingüísticos se van modificando de forma paulatina, sin rupturas abruptas entre una y
otra variedad, a medida que nos desplazamos por el territorio.
Es en el contexto de estos hallazgos que se proponen núcleos centrales, áreas focales,
áreas de transición, haces de isoglosas, cuñas de avance y áreas remanentes. Estas
categorías permiten la subdivisión de la geografía isoglósica tradicional en subáreas, que van
desde aquellas más nucleares o centrales hasta aquellas más periféricas en las cuales los
rasgos de dialectos adyacentes se solapan de forma gradual. Desde este punto de vista, el
dialecto es una entidad relativa en la cual las características de la lengua se oponen solo a
nivel de las áreas focales y no de las de transición.
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A partir de mediados del siglo XX, con la constitución de la sociolingüística como
disciplina científica independiente, nuevos elementos de análisis se incorporaron a la
dialectología tradicional, incluyendo una dimensión social, cultural y sincrónica de estos.
Asimismo, el estudio de los dialectos se encaminó hacia el habla urbana; hasta ese momento
el habla rural había sido el espacio hacia donde se había dirigido, mayormente, la atención
de los estudios dialectológicos, dejando por fuera la creciente población de las ciudades. De
hecho, para Trudgill (1983) no fue la sociolingüística la que nutrió los estudios
dialectológicos; al contrario, fueron los dialectólogos urbanos quienes permitieron que se
consolidaran los aspectos metodológicos de la sociolingüística, al centrarse en la descripción
de la variación lingüística en una comunidad de habla, a partir de una estratificación dada.
De este modo, la dialectología no solo busca establecer mapas dialectales
geográficos, sino sociales; en estos, variables sociales se relacionan con determinadas
variaciones lingüísticas. Esta mirada estudia el cambio lingüístico no solo como un fenómeno
dado, observable, tal como lo hacía la dialectología tradicional, sino que, además, busca
establecer sus causas a partir de diferentes características sociales. Las variaciones
lingüísticas obedecen a factores extralingüísticos, y el interés del sociolingüista es establecer
las relaciones entre unas y otros, a partir de los fenómenos de estratificación. Desde este
punto de vista, el estudio de las variaciones de la lengua no se interesa solo en registrar el
cambio lingüístico, sino también en indagar acerca del porqué de este en una estructura social
dada.
Por su parte, la geolingüística (Trudgill & Chambers, 1991) o dialectología moderna
busca integrar metodologías y teorías de la dialectología tradicional, la sociolingüística y la
geografía humana. En este sentido, se deben tomar en cuenta tanto las variables sociales
como algunas herramientas de la geografía humana, que posibilitan el cálculo preciso de un
rasgo lingüístico en un área o casilla geográfica, la densidad de su uso y su distribución social.
La geografía humana dotará al dialectólogo de un aparato teórico y metodológico que le
permita establecer las relaciones entre los diferentes núcleos, en particular la forma en que
las innovaciones se extienden de unos a otros, explicando no solo las modalidades de esta
difusión, sino la intensidad y la dirección de uno a otro núcleo.
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Finalmente, y para efectos de este artículo, es importante introducir los avances de
la dialectología desde los estudios de actitudes lingüísticas, particularmente en el campo de
la dialectología perceptual, que indaga respecto a la conciencia lingüística de los hablantes
hacia el prestigio de su variedad lingüística y hacia su semejanza con otras variedades
dialectales (Moreno Fernández, 1993). Para Anders et al. (2010), las percepciones de los
hablantes pueden ser concurrentes o divergentes respecto a los rasgos de un dialecto; la
concurrencia y la divergencia definen el prestigio de una variedad y sus posibilidades de
difusión. Entre tanto, para Iannáccaro & Dell’Aquila (2001) la dialectología perceptual se
relaciona con la geografía y es una mirada hacia el espectro dialectal desde el interior del
hablante, a diferencia de la dialectología tradicional que se centra en la observación exterior
de los rasgos dialectales. En esta medida, se fundamenta en conceptos relacionados con una
perspectiva mentalista de las actitudes lingüísticas y en conceptos como la seguridad o la
inseguridad lingüística (López Morales, 1989).
A partir de esta breve descripción de la evolución de la disciplina, se puede observar
que la dialectología avanzó de un concepto estático de dialecto hacia una noción dinámica y
mentalista, en razón de que los rasgos lingüísticos se desplazan por la geografía de un
territorio, a partir de tensiones de la estructura social, y se direccionan en modelos de difusión
que pueden interpretarse desde la geografía humana. Del mismo modo, la caracterización de
un mapa dialectal no solo tiene aspectos observables desde el exterior, es decir, como un
fenómeno que el investigador puede indagar a partir de sus percepciones, sino también como
un objeto de estudio interior al cual se puede acceder desde las percepciones de los propios
hablantes.
Esta conceptualización de la dialectología como un campo interdisciplinar es
relevante para nuestro estudio, pues devela sus estrechos vínculos con otras áreas del
conocimiento ―la antropología, la etnografía, la historia y los estudios culturales, para citar
algunas―. Por ello, se justifica que hayamos seleccionado los campos léxicos de la
gastronomía y la música para ejemplificar la variación dialectal en un país pluricultural como
Colombia, porque ambas son manifestaciones culturales íntimamente ligadas a las
tradiciones, cosmovisiones, modos de vida y legados históricos de los distintos pueblos que
conforman la diversidad étnica colombiana.
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Tanto los platos típicos como los ritmos musicales autóctonos condensan un cúmulo
de saberes ancestrales, prácticas identitarias y visiones de mundo que se han ido
transmitiendo de generación en generación hasta nuestros días; por consiguiente, analizar el
léxico dialectal vinculado a estas dos expresiones culturales esenciales nos permite ahondar,
de una parte, en los aspectos lingüísticos diferenciales y, de otra, comprender de manera
holística los profundos vínculos entre lengua, territorio, identidad étnica y acervo cultural
inmaterial de las distintas regiones de Colombia. Esta mirada interdisciplinar de la
dialectología enriquece notablemente nuestro conocimiento sobre la estrecha imbricación
entre diversidad lingüística y diversidad cultural.
3. Características generales del español en Colombia
Como se ha mencionado previamente, una de las características más sobresalientes e
inconfundibles del español hablado en el país radica en su extraordinaria diversidad dialectal,
aspecto que no es exclusivo de nuestra variedad y que podría caracterizar el español de
cualquier otro país americano; no obstante, en esta oportunidad nos centramos en Colombia,
por ser habitantes nativas de esta nación. A lo largo y ancho del territorio nacional,
encontramos muchas variedades regionales que imprimen su sello particular a la lengua
española, generando un mosaico lingüístico de gran complejidad y riqueza expresiva. Esta
pluralidad de dialectos responde, en buena medida, a los diversos sustratos étnicos, culturales
e históricos que confluyen en las diferentes regiones colombianas. Como indica Montes
(2012),
es muy acusado el carácter de las distintas regiones del país: costeños, antioqueños o
paisas, cundibuyacenses, opitas, santandereanos, llaneros, caucanos, nariñenses […]
son realidades presentes en la conciencia de cualquier persona que haya tenido
ocasión de entrar en contacto con la realidad humana del país (p. 3).
En consecuencia, consideramos pertinente dedicar un apartado a señalar y examinar
algunos de los principales elementos generales, comunes a estas variaciones regionales de la
lengua española en el país. A pesar de las peculiaridades locales que caracterizan cada
dialecto, existen ciertos rasgos transversales que permiten identificar patrones compartidos y
tendencias generalizadas en el español colombiano; trátese de fenómenos fonéticos,
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morfosintácticos o léxico-semánticos, resulta fundamental destacar aquellos aspectos que
contribuyen a perfilar la identidad lingüística nacional colombiana, dentro del amplio
espectro del español americano.
Este análisis de los elementos comunes a las distintas variedades diatópicas del país,
de un lado, arrojará luz sobre la unidad subyacente, en medio de la diversidad dialectal; de
otro, sentará las bases para comprender de manera más profunda las características regionales
que serán abordadas posteriormente. En definitiva, explorar estos rasgos compartidos nos
permitirá apreciar la riqueza lingüística de Colombia desde una perspectiva integradora y
holística.
En el plano gramatical, es posible identificar una serie de elementos en el español
hablado en Colombia, como ya hemos indicado, muchos de los cuales se comparten con otros
países latinoamericanos e, incluso, podrían catalogarse como rasgos distintivos del español
en América. A continuación, se enuncian algunas de estas características gramaticales más
notorias:
Empleo generalizado del pronombre ustedes para la segunda persona del plural,
desplazando por completo las formas vosotros/vosotras.
Una marcada diferencia en el tratamiento de confianza a nivel regional. Por ejemplo,
mientras que en el interior del país se emplea el usted de manera generalizada, aun en
contextos informales, en la región Caribe predomina el tuteo y el usted; este último
se reserva, principalmente, para situaciones formales.
La presencia del voseo en algunas zonas específicas, dígase, la región paisa y los
departamentos del Valle del Cauca y el Cauca. Cabe destacar que en el departamento
de Nariño se registra, además, el llamado «voseo impropio», esto es, se elude la
concordancia pronominal y verbal.
En cuanto al voseo en Colombia, Donadío (2005a) proporciona los siguientes datos:
Las zonas voseantes de Colombia son el suroeste (departamentos del Cauca, Valle
del Cauca y Nariño) y el centro (departamentos de Antioquia, Tolima, Caldas,
Quindío y Risaralda). En Santander y Norte de Santander su uso es variable, y en la
costa Pacífica vos y coexisten, junto con sus correspondientes formas verbales.
Asimismo, el voseo caracteriza el habla de los negros de San Basilio de Palenque. Es
considerado vulgar en Boyacá y Cundinamarca.
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Por lo general, el voseo se acompaña de formas verbales monoptongadas (-ás, -és, -
ís: preguntás, leés, mentís); en Nariño, en particular, se usa la desinencia -ís para los
verbos de la segunda conjugación (tenís). Las formas verbales del tuteo pronominal
y las desinencias diptongadas son ocasionales y tienden a desaparecer (págs. 200-
201).
Uso recurrente de ciertos sufijos derivativos con alta productividad, entre los que
destacan: -ada (sustantivos deverbales: cantada; y denominales: carajada), -dera
(frecuentativos deverbales: regañadera).
Al igual que en Costa Rica, se evidencia una preferencia por la formación del
diminutivo con los sufijos -ico, -ica (momentico, gatica), en contraste con otras
variantes del diminutivo más comunes en otras regiones hispanohablantes.
Estos rasgos gramaticales, si bien se hallan en otras variedades del español americano,
conforman un conjunto de fenómenos que contribuyen a perfilar la identidad lingüística del
español colombiano en su dimensión morfosintáctica.
En lo que respecta al plano fónico, el español hablado en Colombia exhibe una serie
de particularidades que vale la pena resaltar. Al igual que ocurre con las características
morfosintácticas, muchos de estos rasgos fónicos son compartidos con otras regiones
hispanohablantes:
La presencia generalizada del seseo.
El yeísmo, es decir, la ausencia de distinción entre los sonidos representados por la
grafía y y el dígrafo ll. Sin embargo, es importante señalar que en algunas regiones
específicas, principalmente, en Nariño, Santander y el altiplano cundiboyacense, aún
se mantiene la diferenciación entre ambos sonidos, aunque es un rasgo distintivo que
tiende a desaparecer.
La tendencia a pronunciar el grupo vocálico -ea como -ia en verbos como «pasiar» y
«patiar» en lugar de pasear y patear.
La realización como grupo tautosilábico de la secuencia consonántica tl, de modo que
se pronuncia como una sola unidad fónica, tal como ocurre con la palabra atlántico.
La inexistencia de distinción entre las consonantes /b/ y /v/.
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En el ámbito léxico se identifican numerosos americanismos, es decir, vocablos y
acepciones propias del español americano, algunos de ellos con un uso generalizado en
diversas regiones, mientras que otros presentan un carácter más local. Entre estos
americanismos podemos mencionar palabras como amarrar (atar), balacera (tiroteo), bravo
(enojado), cachetes (mejillas), cuadra (manzana), egresar (graduarse), fríjol (alubia),
friolento (friolero), manejar (conducir), entre muchas otras (Moreno Fernández, 2020).
Asimismo, en el acervo léxico del español colombiano se encuentran incorporados
vocablos de origen africano, debido a la presencia histórica de comunidades
afrodescendientes en el territorio nacional. Unidades léxicas como marimba, macondo,
pachanga, mandinga, malanga, ñame, cumbamba, burundanga, cumbia, cumbiamba,
bemba, guineo, entre otros, constituyen un legado lingüístico africano que se concentra,
principalmente, en campos léxicos relacionados con la gastronomía, la música, la fauna y la
flora. Es importante señalar que, a pesar de esta influencia, la presencia de africanismos en
el español colombiano es relativamente escasa, debido, particularmente, a las condiciones
históricas en las que se dio la llegada de los esclavizados africanos al territorio, y las políticas
de aculturación forzada implementadas en aquel entonces.
En cuanto a los indigenismos, es decir, las voces procedentes de lenguas amerindias,
el español colombiano ha incorporado numerosos vocablos provenientes de diversos troncos
lingüísticos prehispánicos. Según Lancheros (2018), se pueden identificar aportes de lenguas
arahuacas y caribes antillanas como ají, caimán, caníbal, canoa, guayaba, hamaca, huracán,
iguana, maíz, maní, yuca, cacique, loro y piragua; del náhuatl, con palabras como aguacate,
cacao, chicle, hule, tamal, tiza, tomate y zapote; del quechua, con términos como carpa,
coca, cóndor, papa y champús; del muisca, con vocablos como fique, totear y totazo; y del
tupí-guaraní, con incorporaciones léxicas tales como jaguar, maracuyá, piraña y tucán, entre
otras.
Esta diversidad de aportes lingüísticos, sumada a los americanismos y africanismos,
configura un acervo léxico único en el español colombiano, aunque también se hallan en las
otras variedades del español de América, con mayor o menor intensidad, reflejando la
multiplicidad de tradiciones culturales que confluyen en el territorio nacional.
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Es importante reiterar que, si bien se han identificado algunos rasgos léxicos,
fonéticos y gramaticales propios del español hablado en Colombia, muchas de estas
características no son exclusivas de esta variedad dialectal, sino que se comparten con otras
regiones del amplio espectro lingüístico latinoamericano. Esta confluencia de rasgos
compartidos responde, en buena medida, a los procesos históricos, culturales y sociales que
han moldeado el devenir del español en el continente americano.
Fenómenos como el seseo, el yeísmo, la neutralización de las consonantes /b/ y /v/,
la preferencia por determinadas formas del diminutivo, así como la incorporación de
numerosos indigenismos, constituyen patrones lingüísticos que trascienden las fronteras
nacionales y permiten vislumbrar una unidad subyacente en medio de la diversidad dialectal.
En este sentido, la variedad del español colombiano no se erige como una entidad
aislada, sino que se inscribe dentro del macrodialecto o diasistema del español en América,
conformando una de las múltiples manifestaciones regionales de esta lengua. Esta filiación
evidente con otras variedades americanas, enriquece y matiza, de una parte, la caracterización
del español colombiano; de otra, lo sitúa en un contexto más amplio, permitiendo así apreciar
su singularidad dentro de un espectro lingüístico compartido. El reconocimiento de estas
convergencias y puntos de contacto con otras variedades del español americano no
menoscaba la identidad propia del español colombiano; por el contrario, contribuye a resaltar
su carácter único y distintivo dentro de una tradición lingüística común y diversa al mismo
tiempo.
3.1 Propuestas de división dialectal de Colombia
El español de Colombia ha sido ampliamente estudiado desde el siglo XIX. Una obra
pionera fue Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano de Rufino José Cuervo (1867),
texto clásico que sentó las bases para su descripción. Asimismo, desde su fundación en 1942,
el Instituto Caro y Cuervo ha realizado un exhaustivo trabajo de análisis y caracterización de
esta variante lingüística. Tanta ha sido la profundidad de los estudios sobre el español
colombiano, que existen varias propuestas de división dialectal; de ellas, cabe destacar la de
José Joaquín Montes Giraldo (1982) y la más reciente de Néstor Ruiz (2020), ambas
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reconocidas por su rigurosidad metodológica y sus valiosos aportes al conocimiento de la
diversidad diatópica del español en esta nación suramericana.
En su propuesta de clasificación dialectal del español en Colombia, Montes (1982)
parte de un criterio histórico, en donde se encuentran dos zonas dialectales bien
diferenciadas: el español centro-septentrional y el español meridional; en la primera zona,
Montes (1982) propone la existencia de un superdialecto costeño, divido, a su vez, en el
dialecto costeño caribe (cartagenero, samario, guajiro, costeño caribe interior) y el costeño
pacífico. Por otro lado, se encuentra el superdialecto central o andino, dividido en el centro-
occidental (nariñense-caucano, antioqueño-caldense) y el centro-oriental (tolimense-
huilense, cundiboyacense, santandereano). La propuesta de Montes está basada en los datos
del Atlas lingüístico y etnográfico de Colombia (ALEC)
1
.
En su propuesta de división dialectal, Montes (1982) tiene en consideración los
siguientes rasgos: pronunciación del fonema /-s/; neutralización y pérdida de /r /-/l/
postvocálicas; articulación de /n/; h conservada; tuteo/voseo; pluralización del verbo hacer
como impersonal; género del sustantivo costumbre.
Ruiz (2020), quien parte de una posición conceptual y metodológica diversa a la de
Montes (1982), propone no dos sino tres superdialectos. Esta propuesta, sin duda novedosa
para los estudiosos del campo, cuestiona la noción estructuralista de superdialecto empleada
por Montes (1982). Las críticas de Ruiz (2020) se centran en la oposición que Montes (1982)
hace entre el superdialecto andino y el superdialecto costeño que, en cuanto a sus rasgos
distintivos, puede leerse como una resonancia de la subdivisión dialectal de la península
ibérica en variedades meridionales y septentrionales.
Para Ruiz (2020) existiría una incoherencia implícita en el modelo, ya que, si se
postula que las variedades americanas provienen, principalmente, del superdialecto
meridional (tomando en cuenta sus rasgos característicos que lo diferencian y oponen a las
variedades septentrionales), no resultaría apropiado, a su vez, concebir los dos superdialectos
1
En el siguiente enlace se puede acceder a una versión digital de este Atlas lingüístico:
http://alec.caroycuervo.gov.co/alec/index.php
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del territorio colombiano como un sistema binario de oposiciones similares a las que se han
descrito para el español ibérico.
Otra crítica de Ruiz (2020) al sistema de Montes (1982) radica en que «esa misma
binariedad del modelo cierra la estructura sobre misma y no facilita el diálogo con otras
realidades dialectales americanas» (p. 176); en esta medida, se anulan las conexiones del
español colombiano con los continuum geolectales que integran el mapa general de la
dialectología americana, constituido por variedades extensas que sobrepasan las fronteras
nacionales.
Es importante señalar que la propuesta de Ruiz (2020) puede ubicarse en el campo de
la dialectología moderna, dado que incorpora aspectos teóricos y metodológicos propios de
la geografía humana. En este sentido, busca crear un modelo de escala dialectal otorgando
intervalos de porcentajes a las diferentes unidades dialectales (hablas locales, subdialectos,
dialectos y superdialectos). En esta medida, el concepto de superdialecto ya no está
supeditado a la oposición de rasgos lingüísticos respecto a unidades similares, sino que se
ubica en el ámbito de lo geográfico.
En lo atinente a los rasgos característicos, Ruiz (2020) considera, en su propuesta,
solo tres aspectos, los cuales estima pertinentes por su actual vigencia: el voseo, la
articulación de /-s/, y la articulación de /-n/. Lo anterior, según su argumentación, le posibilita
proponer tres superdialectos (en lugar de los dos indicados por Montes [1982]) y varios
subdialectos que todavía continúan casi que inexplorados, como son el llanero este, el
amazónico norte y el amazónico sur, tal y como lo ha señalado el mismo Ruiz (2020), y otros
autores como Bernal y Díaz (2017).
En la figura 2 se reproduce la división dialectal propuesta por Ruiz (2020):
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Figura 2
Propuesta de división dialectal de Colombia
Fuente: Ruiz Vásquez, N. F. (2020). El español de Colombia.
Nueva propuesta de división dialectal. Lenguaje, 48(2), 160-195.
ttps://doi.org/10.25100/lenguaje.v48i2.8719
Finalmente, consideramos que es pertinente tener en cuenta la afirmación de Donadío
(2005b), quien aclara que
Los intentos de clasificar el español en América en zonas dialectales han sido muchos
y variados y han carecido, muchas veces, de estudios descriptivos serios y
exhaustivos en los cuales basarse, así como también se han enfrentado a la
imposibilidad de lograr divisiones que tengan en cuenta distintos criterios al mismo
tiempo y sean lo suficientemente minuciosas en su descripción y cubrimiento. Uno
de los principales problemas radica en el hecho de que cualquier clasificación que se
postule conducirá, inevitablemente, a ulteriores divisiones que complejizarán la
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caracterización y se alejarán de lo geolectal para adentrarse en el terreno de lo
ideolectal (p. 93).
A pesar de esta advertencia, consideramos que la propuesta de Ruiz (2020) es
coherente y brinda un panorama general sobre la complejidad dialectal del país.
3.2 Diversidad lingüística y cultural
En los anteriores apartados, se ha hecho énfasis en la riqueza del español en
Colombia, específicamente, en lo que refiere a las variaciones regionales; dichas variaciones
no son dirigidos con exclusividad a nivel lingüístico; también se encausan desde la dimensión
sociocultural. En este apartado ejemplificamos lo anterior, a partir de elementos léxicos
relacionados con la gastronomía y la música. Para empezar, es importante comparar el mapa
de los dialectos, la música y la gastronomía (ver figura 3). En estos se observa que son
equiparables, pues tanto el mapa de los dialectos, como el de la música y el de la gastronomía
colombianas están claramente delimitados por las regiones geográficas del país:
Figura 3
Comparación entre los mapas dialectal, musical y gastronómico de Colombia
Fuente: elaboración propia con información tomada de los siguientes sitios:
http://actoscomunicativosomega.blogspot.com/2014/04/tutoria-no-
2_10.htmlhttps://es.wikipedia.org/wiki/Ejes_musicales_de_Colombia
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Mapa_gastron%C3%B3mico_de_Colombia.png
Para ejemplificar la diversidad lingüística y cultural del país, se parte de la propuesta
de división dialectal de Ruiz (2020), en la cual se caracterizan algunos subdialectos, a partir
de algunos referentes gastronómicos y musicales; para ello, se presentarán definiciones del
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Diccionario de colombianismos (DiCol) del Instituto Caro y Cuervo (2018), y del
Diccionario folclórico de colombianismos (DiFolCol) de Aragón Farkas (2018), por ser estos
los más recientes que se han dedicado a la compilación y caracterización de palabras y
locuciones propias del español hablado en el país; el primero se puede caracterizar como un
diccionario de lengua, y el segundo, como un diccionario enciclopédico.
En síntesis, este estudio se enmarca en la investigación cualitativa y tiene un enfoque
descriptivo, pues nos interesa brindar un panorama general acerca del español en Colombia.
Por este motivo, hemos partido del análisis documental de textos ya clásicos que permiten
evidenciar la complejidad de la realidad sociolingüística y cultural del país, y
complementamos con la consulta a los dos diccionarios ya mencionados, de los cuales
tomamos ejemplos de los campos léxicos de la gastronomía y la música. Procuramos ser
exhaustivas y tomar todos los ejemplos que ilustran cada uno de los dialectos seleccionados,
guiándonos, principalmente, por el análisis documental realizado y por las marcas diatópicas
presentes en ambos diccionarios.
3.2.1 Subdialectos Caucano-valluno y Pacífico
Estos subdialectos se localizan dentro del superdialecto del español neogranadino,
particularmente, en el dialecto occidental. El subdialecto caucano-valluno comprende las
zonas geográficas de Los Andes del departamento del Cauca y todo el departamento del Valle
del Cauca, mientras que el subdialecto pacífico septentrional corresponde al departamento
del Chocó y el pacífico meridional, a las costas del Valle del Cauca y a los departamentos de
Cauca y Nariño.
En el plano fónico, estas variedades subdialectales del occidente colombiano se
distinguen por la realización de la consonante nasal alveolar /n/ en posición final como su
contraparte bilabial /m/; por ejemplo, la pronunciación de pam, en lugar de pan y, de
corazom, en lugar de corazón (Montes, 2012). Otro rasgo sobresaliente es la articulación de
la consonante fricativa alveolar sorda /s/ como una fricativa glotal sorda [h], en contextos
que no se encuentran entre vocales (jemana en vez de semana).
En cuanto al plano léxico, de acuerdo con el ALEC, se encuentran elementos propios
de esta zona, como truncho para referirse a un «animal sin cola» (Lozano, 2012, p. 19).
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Asimismo, se revela la presencia de elementos de origen africano, lo cual se explica por la
importante presencia histórica de población afrodescendiente, en departamentos como el
Valle del Cauca y el Chocó. De igual modo, se han incorporado numerosas voces
provenientes de la lengua quechua, reflejo de la influencia de las comunidades indígenas
predominantes en la región del Cauca.
En lo que alude a los aspectos gramaticales, se observa el uso alternante del voseo
pronominal y verbal propio (vos cantás) y el tuteo (cantas) en situaciones de confianza e
informalidad, reservando el tratamiento de usted para contextos formales. Desde una
perspectiva pragmática, destaca el empleo recurrente de marcadores discursivos
característicos, como: ¡ve!, ¡mirá ve!, ¿oís?, especialmente en el subdialecto valluno.
Estos rasgos fónicos, xicos, gramaticales y pragmáticos conforman un conjunto de
particularidades que permiten identificar y caracterizar las variedades subdialectales del
occidente colombiano, conjunto de particularidades que resalta la singularidad dentro del
amplio espectro lingüístico nacional.
En cuanto a los aspectos culturales, específicamente, en la gastronomía, sobresalen
los siguientes platos típicos de la zona:
aborrajado m. cauc. -vall. Plato hecho con dos capas de plátano maduro frito con un relleno de queso
y bocadillo entre ellas, que se apana y se frita hasta dorarse. El aborrajado es un plato típico que se
inscribe en la amplia gama de platos que conforman la cocina vallecaucana. (WEB) (DiCol, 2018,
s.v. aborrajado).
cancharina f. 1 cauc.-vall., nar. Especie de arepa hecha de harina de maíz o de trigo, muy delgada,
saborizada con panela y frita en aceite. Alrededor de las cinco servían la comida: arroz con pasta y
un poco de carne, si había, acompañados de cancharina. (WEB) ■ arepuela. 2 Pacíf. Golosina hecha
con polvo de maíz tostado y molido, leche en polvo y azúcar, que se consume principalmente en horas
de la tarde. (DiCol, 2018, s.v. cancharina).
carantanta f. 1 cauc.-vall., nar. Costra que se forma en las paredes de la paila o de la olla al cocer el
maíz. 2 cauc.-vall., nar. Hojaldre de maíz que se emplea para hacer sopas o como pasabocas. Cuando
se toman pedazos pequeños de carantanta y se fritan en aceite bien caliente, se tornan, según el color
del maíz, en blancos o amarillos. (WEB) (DiCol, 2018, s.v. carantanta).
champús m. cauc.-vall. Bebida elaborada con maíz cocido, azúcar o panela, jugo y trozos de lulo y de
piña, y canela. Sentarse a la sombra de dos frondosos samanes a contemplar el ritmo de la ciudad
disfrutando un champús y unas crocantes empanaditas con ají, es en un programa para cualquier
tarde en el barrio San Fernando. (CREA) (DiCol, 2018, s.v. champús).
cholado (tb. cholao). m. cauc.-vall., tol.-huil. Especie de bebida refrescante hecha con hielo raspado,
trozos de fruta, leche condensada y saborizantes. Los he visto sonrientes comiendo sancocho de
pescado frente a la galería, probando cholado frente al coliseo de hockey y bailando en la plazoleta
Jairo Varela. (WEB) (DiCol, 2018, s.v. cholado).
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lulada f. cauc.-vall. Bebida que se prepara con la pulpa de lulo en pedazos, limonada, azúcar al gusto
y se bate con el molinillo. La lulada es una bebida refrescante típica de la gastronomía colombiana,
concretamente del Valle del Cauca. (WEB) (DiCol, 2018, s.v. lulada).
pambazo m. cauc.-vall. Pan de forma ovalada hecho con harina de trigo, levadura, panela y manteca
de cerdo. Allí es posible conseguir mantecadas de yuca, repollitas, panelitas de leche, rosquillas,
merengones y pambazos de Timbío. (WEB) (DiCol, 2018, s.v. pambazo).
pan cacho (tb. pancacho). cauc.-vall. Pan en forma de media luna hecho con harina de hojaldre,
huevos y mantequilla. En el Valle del Cauca comemos mucho pan; nos gusta de diversas formas:
pancacho o croissant, pan queso, entre otros. (WEB) (DiCol, 2018, s.v. pancacho).
plátano tuco pacíf. Tipo de preparación del plátano cortado en trozos grandes cocinados en agua y
condimentados con sal. Comimos plátano frito con queso, plátano tuco con pescado frito. (WEB)
(DiCol, 2018, s.v. plátano).
tostada de plátano cauc.-vall. Trozo de plátano verde machacado y frito. Su infancia estuvo marcada
por el sabor de la cocina típica del Valle, por eso añora el sabor de los aborrajados, del sancocho de
Ginebra y las tradicionales tostadas de plátano. (WEB) pampada, patacón. (DiCol, 2018, s.v.
tostada).
En lo que hace alusión a la música, esta zona de gran riqueza rítmica se caracteriza
por el currulao, el bunde, el abosao o abozao, la jota y el arrullo:
currulao m. 1 Baile típico realizado por parejas que van sueltas, en el que hombres y mujeres se juntan
y se separan repetidas veces. 2 Música que acompaña este baile. Sobre el origen del currulao, todos
los folclorólogos están de acuerdo en que este ritmo procede del continente africano. (WEB) (DiCol,
2018, s.v. currulao).
bunde m. 3. Pacíf. Ritmo de origen africano de las comunidades del litoral Pacífico usado en los ritos
fúnebres. En la interpretación del bunde se emplean únicamente los tambores que regisitran una
métrica pausada. (WEB) (DiCol, 2010, s.v. bunde).
abosao o abozao. m., afr., mus., bai., cho. y l.p. (nor.). Ritmo, tonada y baile típico. Generalmente es
interpretado por las bandas de chirimía chocoana [chocuana]. Originado inicialmente solo para la
danza y después evolucionado para la danza y el canto; contiene evidentes supervivencias de tradición
africana, de sentido erótico amoroso y sensual de pareja suelta, fuerte, rápido y de gran despliegue
físico espontáneo. Guarda semejanzas con el mapalé (l.a.). Es una danza amorosa de pareja en la que
el hombre da un paso principal firme (aboce) con el afán de agradar a la mujer. Ella produce un paso
similar pero más suave en respuesta al asedio del varón. Sus figuras van desde el aboce hasta la
aceptación de la mujer, no sin antes haber obligado al hombre a perseguirla mediante tongoneos,
vueltas y movimientos de cadera vertiginosos. Al comienzo se efectúa el careo simple o encuentro
frontal de la pareja; posteriormente, el careo alternado, gesto de reto caracterizado por el movimiento
continuo de cabeza de lado a lado con el que la pareja plantea su posición para el manejo de las
situaciones del baile. Si la mujer lleva la falda recogida sobre la cintura o extendida a los costados y
gira el mentón levantando con muestra de altanería, es señal de no querer acceder a los requiebros
amorosos de su pareja; mientras que, si extiende la falda a ambos lados del cuerpo con la cabeza
dirigida al frente, es señal de aceptación. En coreografías, se desarrolla confrontando filas de hombres
y mujeres con movimientos sensuales, acompañados de frecuentes gritos. // El ritmo es frenético con
compás de 6/8, muy usado en verbenas callejeras para el baile espontáneo e improvisado. En la forma
cantada es mucho más lento y pausado con textos generalmente vivenciales. Con el porro chocoano
[chocuano], son las principales tonadas, ritmos y danzas del departamento del Chocó (cho.) (DiFolCol,
2018, s.v. abosao o abozao).
jota f. Pacíf. Baile chocoano que nace como una burla de los afrodescendientes esclavizados a la forma
en que los esclavistas españoles bailaban el propio. Yo estaría a estas horas bailando jotas en
Nauritá/o contando estrellas con mi amorcito en Jerugadó. (WEB) (DiCol, 2010, s.v. jota).
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arrullo. m., afr., mus., cho. Cántico espiritual que se entona en el velorio a un niño o chigualo, en
ambiente de bunde y juga entre otros. // m., afr., mus., plu. Canciones de cuna también llamadas
arrorrós (l.p.). // m., afr., mus., plu., l.p. Cantos de exaltación religiosa realizados en los festejos de los
santos, también usados en bundes y chigualos. // m., afr., mus., plu., l.p. Cantos alegres utilizados en
fiestas con música de conjunto de marim- ba. // m., afr., mus., plu., l.a. Velatorios o “cantos de velorio”
(DiFolCol, 2018, s.v. arrullo).
3.2.2 Subdialecto antioqueño-caldense
Este subdialecto también se ubica en el superdialecto del español neogranadino y en
el dialecto occidental; el antioqueño-caldense abarca los departamentos de Antioquia,
Caldas, Quindío y Risaralda, comúnmente conocidos como la zona paisa; también se
encuentra en el norte del Valle del Cauca. Este subdialecto presenta una serie de
particularidades fonéticas que lo distinguen dentro del panorama lingüístico colombiano.
Una de las más notorias es la realización aspirada de la consonante fricativa alveolar sorda
/s/, en contextos intervocálicos, dando lugar a formas como nojotros en lugar de nosotros
(Montes, 2012).
De igual modo, destaca el empleo generalizado del pronombre de respeto usted, no
solo en situaciones formales, sino también en contextos de cercanía y familiaridad, lo que se
conoce como el fenómeno de ustedeo. Adicionalmente, se constata la presencia del voseo
pronominal y verbal en esta variedad diatópica, constituyendo un rasgo gramatical
característico de la región.
En cuanto al plano léxico, se identifican vocablos de origen quechua (quechuismos)
que han sido incorporados al acervo léxico de este subdialecto; verbigracia, chócolo para
referirse a la mazorca de maíz tierna. Según Lozano (2012), otro ejemplo xico característico
es el término alas para referirse a «las hojas de las ventanas» (p. 19).
Con relación a la gastronomía, a continuación, se listan algunas preparaciones propias
de esta zona que ya hacen parte del patrimonio culinario de todo el país:
bandeja paisa Plato típico antioquo que consta de fríjoles, arroz, plátano frito, carne molida,
chorizo, chicharrón, arepa, huevo frito y aguacate. La bandeja paisa no fue jamás plato de mesas
antioqueñas, montañeras, pueblerinas y, mucho menos, citadinas. Los últimos la habrían encontrado
vulgar y los primeros, impagable con tanta comida junta en un mismo plato. (WEB) (DiCol, 2018,
s.v. bandeja).
arepa antioqueña La de maíz pelado con ceniza, amasada sin sal y cocinada en una plancha de hierro
o en una parrilla. (DiCol, 2018, s.v. arepa).
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mazamorra f. 1 Alimento espeso que se prepara con maíz, leche y panela. (DiCol, 2018, s.v.
mazamorra).
En cuanto a la música, los ritmos musicales típicos de esta región son el bambuco y el pasillo:
bambuco m. 1 Baile típico de la región andina de Colombia que se hace en parejas y cuyos
movimientos imitan la conquista del hombre a la mujer. La temática del bambuco está basada en el
amor, es el proceso del romance campesino expresado a través del movimiento. (WEB) 2
Composición musical que acompaña este baile. En sus inicios, el bambuco se interpretó con bandola,
tiple y guitarra. (WEB) (DiCol, 2018, s.v. bambuco).
pasillo m. 1 Baile típico de la región andina que se caracteriza por la danza en pareja y el ritmo rápido.
2. Música que acompaña a este baile. El pasillo instrumental fiestero es el más característico de las
fiestas populares, los matrimonios y las corridas de toros. (WEB). (DiCol, 2018, s.v. pasillo).
3.2.3 Subdialecto cundiboyacense
Este subdialecto se ubica en el superdialecto del español neogranadino,
específicamente, en el dialecto oriental, y comprende los departamentos de Boyacá y
Cundinamarca. En el ámbito gramatical, una de las características más distintivas del
subdialecto cundiboyacense es el uso predominante del tuteo, especialmente en los estratos
socioeconómicos altos de la capital y otras zonas urbanas de la región.
En cuanto al plano léxico, se identifica la presencia de voces y expresiones específicas
que contribuyen a perfilar la identidad lingüística de este subdialecto. Un ejemplo
emblemático es el rmino cachaco, utilizado para referirse a las personas de modales
refinados y educación esmeradas. Lozano (2012) cita a endosao como un término propio de
la zona para referirse al «paso de los caballos» (p. 19). Por otra parte, destaca el uso de la
fórmula de tratamiento sumercé, como forma de cortesía y deferencia, y otros tratamientos
respetuosos como su persona y suyo (Montes, 2012).
En el aspecto gastronómico, tenemos, entre otros, los siguientes platos típicos de esta
zona geográfica:
ajiaco m. Sopa espesa, tradicional del altiplano cundiboyacense, hecha con diversas clases de papa,
pollo y maíz tierno y aromatizada con hojas de guasca. Sobre la mesa hay alcaparras y crema de leche.
Anuncio indudable del menú que los espera: ajiaco santafereño. (CORPES) (DiCol, 2018, s.v. ajiaco).
mute m. 1 cund.-boy., sant. Grano de maíz desgranado y cocinado que se usa como alimento. mote. 2
cund.-boy., sant. Sopa de maíz pelado, costilla de res, carne de cerdo, papa, garbanzo, ahuyama,
zanahoria y una especie de pasta grande. El mute tiene dos secretos para que sea un éxito: cocinar el
maíz y el garbanzo sin sal y cocinar todos los ingredientes con leña en una olla de barro. (WEB)
(DiCol, 2018, s.v. mute).
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En cuanto a la música, en esta región sobresalen el torbellino y la guabina cundiboyacense:
torbellino m. 1 Baile típico en parejas de la región andina, que se ejecuta con movimientos que simulan
la conquista del hombre a la mujer. El torbellino es un baile suelto en el que los danzantes dan vueltas
con la particularidad del movimiento femenino como un trompo con las manos jugando al danzar.
(WEB) 2 Composición musical que acompaña este baile. Los instrumentos musicales que más se
utilizan para la interpretación del torbellino son el tiple, el requinto, el chucho y los capadores. (WEB)
(DiCol, 2018, s.v. torbellino).
guabina f. 1 Ritmo musical que se interpreta con tiple, bandola, requinto y cusque. 2 Baile que se
realiza con diversos pasos y en cuya indumentaria se incluye la canastilla de bejuco como elemento
característico. En la guabina hay movimientos cortos, tímidos y hasta algo rígidos, al son de la más
hermosas melodías de cuerda. (WEB). (DiCol, 2018, s.v. guabina).
3.2.4 Subdialecto cartagenero
Este subdialecto se ubica en el superdialecto del español antillano, concretamente,
dentro del dialecto caribeño colombiano, y abarca el departamento de Sucre y el norte del
departamento de Bolívar. El subdialecto cartagenero se diferencia por una serie de
particularidades fonéticas que le imprimen una impronta sonora característica. Una de las
más notorias es la tendencia al alargamiento vocálico, fenómeno que se manifiesta en la
pronunciación prolongada de ciertas vocales, especialmente en contextos tónicos.
Asimismo, se evidencia una marcada propensión a la aspiración, debilitamiento y
pérdida de consonantes en posición final de sílaba, siendo este un fenómeno especialmente
frecuente con la consonante fricativa alveolar sorda /s/. Esto da lugar a realizaciones como
/lohijo/ en lugar de los hijos. Esta tendencia al relajamiento articulatorio de las consonantes
finales de sílaba, imprime un sello distintivo a la fonética del habla cartagenera. Otro rasgo
sobresaliente es el debilitamiento y la asimilación de la consonante vibrante múltiple /rr/ en
contextos intervocálicos, como en la pronunciación de [caʧo] por carro o [pueʧa] en lugar
de puerta.
En el aspecto léxico, según Lozano (2012), un ejemplo de este dialecto es
gongorochí(o) para referirse al ciempiés. Por otra parte, en el plano gramatical y pragmático,
destaca el empleo generalizado del tuteo en situaciones de confianza e informalidad, lo cual
se alinea con la tendencia predominante en la región caribeña colombiana.
En la gastronomía, tenemos fritos propios de la zona, como la arepa de huevo, y otras
preparaciones típicas que enunciamos a continuación:
arepa de huevo La que lleva un huevo en su interior y se frita. (DiCol, 2018, s.v. arepa).
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arepa cortada Caribe La de maíz con coco, dulce, queso y anís que se hornea. (DiCol, 2018, s.v.
arepa).
carne pangada Caribe La que se prepara cocinada y se desmenuza en hebras. ■ carne ~ desmechada.
(DiCol, 2018, s.v. carne).
panderito m. Caribe Panecillo de forma redonda o alargada que se prepara con almidón de yuca,
leche, azúcar y huevos. (DiCol, 2018, s.v. panderito).
suero atollabuey Caribe Crema de leche ácida de textura suave y aromática que se emplea para
acompañar cualquier comida. No hay como degustar en este calorcito de Montería una viuda de
bocachico acompañada de una yuca harinosa, plátano amarillo y verde y suero atollabuey. (WEB).
(DiCol, 2018, s.v. suero).
suero costeño Caribe Queso blando y graso de consistencia cremosa elaborado principalmente con
leche entera. Indagué con dos abuelos de la región y ambos, con el desparpajo de quien vive cerca al
mar, aseguraron que el suero costeño salía con todo y que no les podía faltar en ninguna comida.
(WEB) (DiCol, 2018, s.v. suero).
En cuanto al aspecto musical, estos son algunos ritmos propios de la región, que ya
se han convertido en patrimonio folclórico de toda Colombia:
cumbia f. 1 Caribe Baile de pareja suelta y movimientos en forma circular, en el que la mujer lleva
una vela encendida en la mano derecha y con la izquierda sostiene el extremo de la falda a la altura de
la cintura. 2 Ritmo musical que acompaña este baile. La cumbia es el corazón de la música tradicional
colombiana. (WEB) (DiCol, 2018, s.v. cumbia).
mapalé m. 1. Caribe Baile originario de la costa Atlántica, de ritmo acelerado, que se baila por parejas
acompañado de tambores y del palmoteo de los danzantes. Mapalé es el nombre de un pez y el nombre
de un tambor. Se dice que esta danza nació como canto y danza de labor de pescadores y que se
realizaba acompañada de tambores. (WEB) (DiCol, 2018, s.v. mapalé)
vallenato m. Género musical de la costa Atlántica cuyos cantos están acompañados por la caja,
guacharaca y acordeón. Un aspecto importante del vallenato es su carácter periodístico que, a través
de la crónica minuciosa ocurrida en la provincia, se refleja en los cantos. (WEB) (DiCol, 2018, s.v.
vallenato).
porro m 1 Caribe Baile típico de la costa caribeña, con influencia cultural afrocolombiana, que se
realiza en parejas. 2 Música de este baile. Si quieres un plan entretenido con el cual puedas disfrutar
de nuestra cultura, música y folclor, el Festival Nacional del Porro es perfecto para ti. (WEB) (DiCol,
2018, s.v. porro).
puya. f. mus. l.a. Aire musical y baile extendido en el Litoral, como expresión regional de ambiente
fiestero. Su ritmo es de 6/8 y se baila en parejas sueltas, generalmente carente de coreografía
predefinida. Las actitudes tanto de mujeres y hombres son frenéticas y de vivacidad. Es interpretada
por toda clase de agrupaciones, desde las bandas pelayeras (sin.) hasta los grupos vallenatos de
acordeón (r.v.), pasando por las agrupaciones de gaita y de flautas de millo. Es uno de los ritmos más
populares entre los lugareños. Es el más rápido de los interpretados por los grupos de gaitas y millo.
Igual que con la gaita, si no lleva canto se la llama “puya corrida”. Los golpes son diferentes a los de
la gaita y el porro. Su danza es tradicional de carnaval con movimientos y giros de cadera frenéticos.
Su coreografía (poco común) e indefinida y variada, con elementos de la cumbia. Es la expresión
regional del contexto fiestero del departamento del Magdalena (DiFolCol, 2018, s.v. puya).
3.2.5 Subdialecto tolimense- huilense
En el superdialecto del español neogranadino, específicamente, en el dialecto
oriental, encontramos el subdialecto tolimense-huilense; como su nombre lo indica,
comprende los departamentos de Tolima y Huila, así como el occidente del departamento del
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Caquetá. Se distingue por su entonación y acento particular, que tiende a concatenar las
palabras al hablar, otorgándole un ritmo lento. La prosodia es un elemento destacado de
cualquier dialecto y, aunque a menudo pasa inadvertida, resulta crucial para su
caracterización.
En este subdialecto es común la conversión de hiatos en diptongos; ejemplo de ello
es pior en lugar de peor. Además, el pronombre usted, para la segunda persona del singular,
se pronuncia en algunas zonas rurales como vustéd. En el aspecto léxico, Lozano (2012), cita
la palabra güipa para referirse a niño.
En el aspecto cultural, en cuanto a la gastronomía se refiere, sobresale la lechona:
lechona f. Plato típico en el que la hembra joven del cerdo se come horneada y rellena de arroz, carne
de cerdo, arvejas y otros ingredientes. La lechona es un plato típico del Tolima que generalmente se
sirve con arepas blancas e insulso (WEB). (DiCol, 2018, s.v. lechona).
Y otros alimentos típicos como:
(bizcocho de) achira tol. -huil. Panecillo crujiente y salado, con sabor dulce y ácido a la vez, que se
elabora principalmente con cuajada y con el almidón de esta planta. La fabricación y venta de
bizcochos de achira es un trabajo que le dio identidad al Huila y que se afianzó como el ADN de los
opitas, porque población que se respete maneja de alguna manera esta receta nonagenaria. (WEB)
(DiCol, 2018, s.v. achira).
plátano paso tol.-huil. Postre que se prepara con plátanos topochos o hartones, que se deja secar al sol
durante tres meses, se hidrata, se endulza con miel de panela y se prepara exclusivamente para la
celebración del Corpus Christi (DiCol, 2018, s.v. plátano).
caldo de cuchas tol.-huil. Caldo típico hecho de pescado cocinado en agua con cebolla. El caldo de
cuchas tiene fama de tener gran poder alimenticio y cualidades reconstituyentes. (WEB) (DiCol, 2018,
s.v. caldo).
caldo de aquel o de ministro cund.-boy., tol.-huil. inf. Sopa hecha con criadillas de toro, papa, huevo,
leche y hogao. Entre las 7 a.m. y las 10 a.m. en el restaurante se pueden vender cerca de cuarenta
desayunos con caldo de ministro, además de calentado, carne o pollo y pericos. (WEB) (DiCol, 2018,
s.v. caldo).
caldo de pajarilla cund.-boy., tol.-huil. Sopa hecha con trozos de bazo de res o de cerdo (DiCol, 2018,
s.v. caldo).
estofado de chivo tol.-huil. Plato típico compuesto por carne de chivo guisada, previamente adobada
con una mezcla de cebolla, ajo, cerveza y comino, que se sirve con yuca y papa cocidas. El estofado
de chivo es un plato fiestero que hoy en día se ofrece como menú principal de la región a los turistas.
(WEB) (DiCol, 2018, s.v. estofado).
Por otra parte, en la música encontramos el sanjuanero y la rajaleña como propios
de esta región:
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sanjuanero m. 1 Baile oficial de la región del Huila y del Tolima que combina elementos del
bambuco y del rajaleña. El sanjuanero es típico en las fiestas de san Juan y de san Pedro. (WEB) 2
Música que acompaña este baile. (DiCol, 2018, s.v. sanjuanero).
rajaleña 1 tol.-huil. Baile en el que varias parejas danzan juntándose y separándose formando figuras
e imitando algunos movimientos del trabajo campesino. 2 tol-huil. Género musical que acompaña al
baile y expresa a través de coplas llenas de picardía las vivencias de los campesinos en su labor o en
su relación con los demás. Comparsas folclóricas de varios municipios del huila interpretaron sus
coplas de rajaleña en el teatro Pigoanza de Neiva. (WEB) (DiCol, 2018, s.v. rajaleña).
3.2.6 Subdialecto llanero sur
En el superdialecto del español neogranadino, dialecto oriental, también encontramos
el subdialecto llanero sur, el cual comprende el departamento del Meta. El subdialecto llanero
sur presenta las siguientes características fonéticas: omisión de la /r/ en los infinitivos
verbales (ventiá, cogé...); aspiración o pérdida de la s implosiva (maíh); relajación de las
consonantes fricativas intervocálicas b, d y g; conservación del sonido aspirado de la h (jumo
en lugar de humo); elisión o debilitamiento de la s del plural, como en lo antioqueño por los
antioqueños. En el aspecto léxico, Lozano (2012) cita la palabra troya para referirse al «juego
con bolas» (p. 19).
En la dimensión sociocultural, la mamona es el plato representativo de la gastronomía
llanera:
mamona f. llan. Carne que se prepara con cortes especiales de ternera, se pone en una parrilla vertical
de hierro y se asa con leña a fuego lento al aire libre. Esta carne se denomina mamona porque se
prepara con una ternera que todavía está mamando, es decir que tiene de 3 a 6 meses de nacida.
(WEB) ■ ternera ~ a la llanera. (DiCol, 2018, s.v. mamona).
Asimismo, se mencionan otros platos típicos de la región:
carne a la perra llan. Carne de novillo, especialmente brazo, pierna o costilla, cortada en lonjas y
condimentada con sal y pimienta, que se envuelve en su mismo cuero y se hornea. Un tamal tolimense
o la tradicional carne a la perra del departamento del Meta, en la Orinoquia colombiana, es el producto
de técnicas ancestrales. (WEB) (DiCol, 2018, s.v. carne).
pan de arroz llan. Especie de pan horneado que se prepara con harina de arroz y cuajada. Esa fábrica
artesanal en la que hacía rosquitas de pan de arroz, dejó la informalidad y mejoró la planta de
producción. (WEB) (DiCol, 2018, s.v. pan).
En la música, el joropo, el galerón y la chipola son típicos de esta zona:
joropo m. 1 llan. Baile típico en el que todo el tiempo la pareja está tomada de las manos o abrazada
y zapateando. Sin sentirse despreciado, les dijo que miraran atentamente cómo se bailaba el joropo,
porque la próxima vez no aceptaría una negativa. (WEB) 2 llan. Ritmo musical de los Llanos
Orientales acompañado de cantos agudos e instrumentos como el cuatro, el arpa y las maracas. (DiCol,
2018, s.v. joropo).
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galerón. m. mus. col. Aire popular al son del cual se baila y se cantan cuartetas y seguidillas, glosas
o romances. // m. mus. ll.o. Corrido utilizado para acompañar las jornadas de vaquería o manejo de
ganados. El más conocido de los galerones es el “Galerón de Ladislao”. Se canta en aire de joropo y
no se le conoce coreografía establecida. // Golpe recio llanero. (DiFolCol, 2018, s.v. galerón).
chipola. f., mus., ll.o. Ritmo y aire musical variante del joropo. Se lo considera el más completo y
exigente, dadas las diferentes modulaciones que usa. (DiFolCol, 2018, s.v. chipola).
3.2.7 Subdialecto santandereano
También en el superdialecto del español neogranadino, dialecto oriental, encontramos
el subdialecto santandereano, el cual comprende el departamento de Santander y el sur del
departamento de Norte de Santander. Se caracteriza por el uso generalizado del ustedeo en
contextos formales e informales. Otro rasgo remarcable, en algunas zonas, es la preservación
de la distinción fonética entre la letra y y el dígrafo ll, esta particularidad se vincula con la
herencia fonética del español antiguo. En cuanto al aspecto léxico, Lozano (2012) ejemplifica
este dialecto con la palabra ariza, que se refiere a la «pelusa de la guagua o de la caña» (p.
19). Otro rasgo distintivo es su entonación fuerte y marcada, con acentuaciones e inflexiones
propias que imprimen un sello identitario al habla santandereana.
En el aspecto cultural, y en lo que respecta a la gastronomía, estos son algunos de los
platos típicos:
acema f. sant. Pan dulce de forma redonda, elaborado con harina de trigo y bicarbonato sódico y
condimentado con anís, panela y, en ocasiones, queso rallado. Empezaron a hacer los famosos panes
de acema, provenientes de una fórmula antigua familiar. (WEB) (DiCol, 2018, s.v. acema).
carne oreada sant. La que se adoba con un poco más de sal y limón, se cuelga y se expone al sol
durante varios días para que se seque. La carne oreada santandereana no es cualquier cosa, se trata
de un corte peculiar y milimétrico y cuyo adobo, complementado con los rayos del sol, el humo y el
viento la convierten en una vianda magistral. (WEB) (DiCol, 2018, s.v. carne).
hormiga culona Hormiga reina de gran tamaño y fuertes mandíbulas, que se consume frita. Le
atribuyen a la hormiga culona poderes afrodisíacos, analgésicos y de longevidad, más aún si se
consume viva tras cortarle las patas, las alas y el pico. (WEB) bachaco. (DiCol, 2018, s.v. hormiga).
En otra dirección, la guabina santandereana es el ritmo musical característico de esta
zona, así como la tambora:
guabina f. 1 Ritmo musical que se interpreta con tiple, bandola, requinto y chusque. 2 Baile que se
realiza con diversos pasos y en cuya indumentaria se incluye la canastilla de bejuco como elemento
característico. En la guabina hay movimientos cortos, tímidos y hasta algo rígidos, al son de las más
hermosas melodías de cuerda. (WEB) (DiCol, 2018, s.v. guabina).
tambora. cor., mus., b.m., bol. Baile cantado de raíces primitivas indígenas y mulatas, localizado en
la región de la Depresión Momposina y regiones aledañas, llegando a extenderse hacia el norte y al
sur hasta Barrancabermeja (sant). Su baile de parejas es un coqueteo cadencioso variante de la cumbia,
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en el que no se levantan los pies del suelo. Se conocen dos partes del baile, el “rascapié” y el “gozao”.
La tambora es más canto que baile, como canto es responsorial, en el que una voz prima versea y un
coro de voces responde en estribillos. En la medida que se canta, se tocan las palmas marcando el
ritmo. Es un canto vivencial, en el que los juglares narran su propia cotidianidad, lamentos de épocas
pasadas o costumbres y vicios de la comunidad, con un lenguaje sencillo y metafórico para ex- presar
sentimientos y situaciones: “Mi madre es una cometa / mi padre un rayo cruel, / hijo de cometa y rayo
/ ¿qué bueno puedo yo ser?”; se entona en estrofas de cuatro versos de medida y rima libre, dentro del
marco de un estribillo que se repite a lo largo de la canción mientras el cantador realiza su trabajo de
“verseador”. Muchos de esos versos vienen transmitidos por la tradición oral y el cantador los utiliza
e improvisa los suyos propios. Son los tambores y la canción los que invitan al baile, con una voz guía
que entona coplas populares y coros “responsales”, en los que el papel de la mujer es mayoritario en
la voz cantante y en los coros acompañantes. En muchas ocasiones, es cantada solo por mujeres. Se
realiza en celebraciones y festividades que pueden durar días completos seguidos. Su nombre viene
del uso de la tambora como instrumento predominante, acompañado por el tambor currulao, guaches,
gallitos o tablillas pequeñas y palmas (DiFolCol, 2018, s.v. tambora).
3.2.8 Subdialecto de tierras altas
Finalmente, en el superdialecto del español andino, dialecto andino colombiano,
encontramos el subdialecto de tierras altas, el cual abarca los andes del departamento de
Nariño. Una de las características distintivas del subdialecto de tierras altas es la
diferenciación entre la pronunciación de pollo, con lateral palatal y, poyo, con
semiconsonante. Además, en las zonas donde el quechua ha ejercido una fuerte influencia,
se aprecia la realización fricativa o «arrastrada» del fonema vibrante múltiple /rr/, rasgo típico
del español andino hablado en Ecuador, Perú y Bolivia. Esta última peculiaridad fonética
consiste en articular la rr con una leve fricción linguoalveolar, en lugar de la vibración
múltiple característica del español estándar. Un ejemplo ilustrativo sería la pronunciación de
perro como [pehro]. Este subdialecto de tierras altas evidencia, entonces, una simbiosis con
el sustrato quechua en aspectos fonológicos, fruto del contacto lingüístico en los andes
centrales durante la época colonial y republicana. Por otra parte, Lozano (2012) ejemplifica
en el aspecto léxico a este subdialecto con regreso, para referirse a la «vuelta de un billete o
una moneda» (p. 19).
En cuanto al aspecto culinario, como plato pico se encuentra el cuy, que es el
conejillo de Indias:
cuy m. Mamífero roedor más pequeño que el conejo, herbívoro, con pelaje áspero y liso de color
pardo, gris o amarillento, orejas cortas y cola muy pequeña. ■ curí. (DiCol, 2018, s.v. cuy).
También se encuentran otras preparaciones como:
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añejo m. nar. En la gastronomía, masa hecha con maíz quebrado y fermentado durante tres semanas
que se usa en la elaboración de sopas, tamales y empanadas, entre otros productos. Con el añejo se da
forma a las empanadas, las cuales llevan el guiso frío y se fritan en manteca de cerdo. (WEB) (DiCol,
2018, s.v. añejo).
chara f. nar. Sopa de cebada molida, con espinazo y verduras. Cuando las habas están tiernas se
echan a la chara. (WEB) (DiCol, 2018, s.v. chara).
hallulla (tb. ayuya). f. nar. Pan redondo y plano, de consistencia semiesponjosa, que se prepara con
harina de trigo, levadura, leche en polvo, agua tibia, sal y manteca. Todavía se conserva la tradición
del pan común de horno de leña: la hallulla con un alto contenido de grasa y el famoso pan de maíz
de Ipiales. (WEB) (DiCol, 2018, s.v. hallulla).
juanesca f. nar. Sopa preparada con calabaza, granos y tubérculos que se toma únicamente los viernes
de Semana Santa. Las costumbres de la comida no han cambiado, en el caso del Viernes Santo se
mantiene lo de las tres ollas que incluyen platos de juanesca, chocolate y dulce de guayaba. (WEB)
(DiCol, 2018, s.v. juanesca).
sopa de arrancadas nar. Sopa sustanciosa a la que se le agregan trocitos delgados de masa que se
preparan con harina de trigo, crema de leche, sal al gusto y huevos. Vivimos en una lejura que usted
ni se imagina, comemos mucho cuy con papas, sopa de arrancadas y ni por el carajo dejamos de
bailar el son sureño y la guaneña. (WEB) (DiCol, 2018, s.v. sopa).
En la música, sobresalen la guaneña y el son sureño:
la guaneña. mus. nar. Antigua tonada coplera propia del departamento. Su ritmo se basa en el
bambuco que en la región toma el nombre de “son sureño”. Como danza, se basa más en la
estereometría y la planimetría de danzas sureñas, como el huaino y el sanjuanito y su coreografía alude
al tema de las coplas. Se dice que la guaneña, una mujer del pueblo, arengó a los patriotas en las gestas
libertadoras del Sur del país. Es prácticamente un segundo himno del departamento. Copla de la
guaneña: “¡Guay que sí, guay que no!, / la guaneña me engañó; / por un peso y cuatro riales / con tal
que la quera yo(DiFolCol, 2018, s.v. guaneña).
son sureño. m. mus. nar. Género musical con algunas características del bambuco, también conocido
como “bambuco sureño”. // Son de indios o son indígena. (tol.). Ver: Caña de Cantalicio (DiFolCol,
2018, s.v. son sureño).
Si bien en este apartado hemos ejemplificado solo algunos subdialectos colombianos,
esta muestra acotada es suficiente para vislumbrar la diversidad lingüística y cultural que
atesora esta nación. Cada variante dialectal analizada constituye un auténtico microcosmos
de rasgos fonéticos, morfosintácticos y léxicos, moldeados por la geografía, la historia y el
sustrato étnico de cada región. Más allá de su valor intrínseco, esta riqueza dialectal es un
argumento para confirmar la naturaleza pluriétnica y multicultural de Colombia. Lejos de ser
un país uniforme, se configura como un mosaico de regiones con idiosincrasias propias, fruto
del entrecruzamiento de distintas corrientes poblacionales a lo largo de los siglos: españoles,
pueblos indígenas, afrodescendientes y migrantes de otras latitudes. Esta diversidad
lingüística y cultural es un valioso patrimonio que engrandece la identidad nacional
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colombiana y la convierte en un crisol de tradiciones, cosmovisiones y modos de vida en
constante diálogo.
4. Conclusiones
El español en Colombia constituye un conjunto de variedades diatópicas bien
diferenciadas. Esta diversidad dialectal está profundamente arraigada en la geografía,
costumbres autóctonas y tradiciones de cada región, confiriendo a sus hablantes un sello
identitario único y un fuerte sentido de pertenencia a su lugar de origen. Si bien la riqueza de
estos dialectos abarca aspectos fonéticos, morfosintácticos y léxicos, es sin duda en este
último aspecto donde se plasma con mayor nitidez la peculiaridad e idiosincrasia de las
distintas regiones colombianas; tal como señala Fajardo (2011), «es en el plano léxico donde
con más intensidad se perciben las diferencias entre las variedades de la lengua usada en
diferentes lugares...» (p. 56). En consecuencia, en este artículo nos hemos focalizado en
analizar la variación diatópica desde dicho plano léxico, uno de los más interesantes y
representativos, tomando como muestra los campos léxicos de la gastronomía y la música,
dos ámbitos que permiten ejemplificar cabalmente la riqueza étnica, lingüística y cultural de
la nación colombiana.
Por otra parte, si bien la noción de dialecto es compleja y las fronteras geográficas
parecen desdibujarse en el mundo actual, nuestro ejercicio pone de manifiesto que campos
léxicos específicos, altamente cargados de simbolismo cultural, como la gastronomía y la
música, evidencian que los conceptos de identidad y sentido de pertenencia regional n
revisten importancia. Un aspecto que merece explorarse a profundidad es el origen de los
elementos gastronómicos y musicales colombianos; es decir, determinar cuáles provienen de
raíces indígenas, cuáles de aportes africanos y cuáles de la herencia hispánica. Ahondar en
este análisis etimológico nos brindaría un panorama dialectal más completo y, quizás,
permitiría realizar aportes valiosos para una nueva caracterización y delimitación de las
variantes dialectales en el territorio nacional. Después de todo, comprender las raíces e
influencias lingüísticas y culturales que han modelado nuestras expresiones regionales es
clave para valorar y preservar nuestra diversidad dialectal.
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Finalmente, cabe resaltar la relevancia de emplear diccionarios como corpus de
análisis, dado que constituyen una fuente invaluable de datos que posibilitan profundizar en
la caracterización lingüística de determinados campos léxicos. En este sentido, el ejercicio
realizado reafirma que las obras lexicográficas representan repositorios ricos en información
lingüística y sociocultural. Lejos de ser meros listados de palabras, los diccionarios pueden
condensar el testimonio vivo del uso real de la lengua en una comunidad, con sus matices
regionales, variaciones semánticas y pragmáticas. Al estudiar sistemáticamente el repertorio
léxico plasmado en diccionarios, especialmente aquellos enfocados en regionalismos o
variantes dialectales, es posible mapear la vitalidad de una lengua, rastrear la evolución
diacrónica de sus vocablos e, incluso, descubrir vestigios de la cosmovisión, tradiciones y
legados étnicos que han moldeado el acervo léxico de una cultura. En definitiva, recurrir a
diccionarios como corpus empíricos favorece una mayor comprensión de la idiosincrasia
lingüística de una comunidad de habla.
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