tomamos mate tu mamá y yo, ustedes se darán un buen baño y luego tomaremos el
desayuno” (Barreto, 2019, p. 58).
Por otra parte, son recurrentes las acciones que puntualizan momentos y formas de
ingerir los alimentos, el acto de llevar el avío al salir de viaje: “La señora, aquí está su canasta
de avíos, hay chipa so’o, chicharõ hu’iti, chipa kavure, batata asada, un cacho de banana,
muchos bastimentos para llevar a ña Agüí; dice el patrón que van a estar en su casa” (Barreto,
2019, p. 45). Al mismo tiempo, menciona costumbres propias de la gente del campo, como
la de agasajar a los invitados con la mayor variedad y cantidad de comida, “Bueno, todos a
la mesa, que ya está servida; aquí tienen gallina asada, asado de oveja y sopa paraguaya”;
“Eh, y yo preparé arroz con leche y dulce de mamón, en tu honor” (Barreto, 2019, p. 176).
Cabe destacar que la cocina también envuelve ciertas estereotipias, pues esta tiende a
ser una actividad femenina y se la asocia al saber culinario, ellas cooperan en la reproducción
del habitus alimentario, con lo que se entablan los patrones de género vigentes, la obra
evidencia tales costumbres: “Muchas gracias, Carmen: a más de linda y simpática también
cocinás postres ricos” (Barreto, 2019, p. 107). A la par, es un espacio físico propio de la
mujer, en especial las matronas: “Sí, los sábados no hay clases y me meto en la cocina de
mamá” (Barreto, 2019, p. 107).
En la narración, se destacan algunas combinaciones de los platos en la época referida
y el contexto “Bife koygua con mandioca, ya sé que te hubiera gustado mbeju, pero lo preparé
para la tarde; te anuncio que almorzaremos vori vori de gallina” (Barreto, 2019, p. 133).
Conjuntamente, presenta lo relativo a la compra y venta de los productos. Algunos de los
lugares citados son los mercados: “No te preocupes, mandaré al mercado a ver si María de
Jesús tiene; yo compro de ella, además tiene dulce de maní con leche y kosereva” (Barreto,
2019, p. 80). También se alude a las vendedoras ambulantes, en especial a las de los dulces
“¡Qué mucha gente! Mirá las vendedoras de dulce de guayaba y de maní con miel. Compraré
unos para llevar a tu tía; ella tiene que recibirnos. (Barreto, 2019, p. 45). Así como la
arraigada costumbre de ir al centro de la ciudad y comprar la chipa “Cada vez que vengo al
centro yo compro chipa y llevo dos (Barreto, 2019, p. 66).