respuesta deseada es también negativa, con cierto tono de reclamo y rechazo (como en No
vamos a comenzar a discutir, ¿no?). No son en realidad preguntas, sino que orientan la
interpretación del mensaje, le insinúan al destinatario qué responder e, incluso, cómo actuar
(gobiernan el comportamiento del interlocutor).
En cuanto a los enunciados declarativos, el hablante comunica una información,
ante la cual manifiesta cierto grado de certeza. Los lingüistas han dicho que es la modalidad
menos marcada. Pero los estudios desde la cortesía verbal han puesto en evidencia que
existen marcas que reflejan formas de subjetividad implícita, reguladas por normas que
orientan el comportamiento adecuado de los sujetos, dentro de los grupos sociales: se
favorecen los usos que propenden hacia la buena relación entre los hablantes y se inhiben
aquellos que pueden ocasionar conflictos. De esta forma, tenemos declaraciones neutras
(que no emplean ningún recurso que ponga en riesgo la interacción entre los participantes),
como en El Ávila es una formación montañosa que se extiende desde Caracas hasta el
norte del estado Miranda y el sur del estado La Guaira. Frente a ellas, estarían otras
declaraciones en las que se emplean marcas que regulan la interacción entre los
interlocutores. Por un lado, las que podríamos denominar categóricas, que imponen un
punto de vista al oyente y por lo tanto son descorteses (como Indiscutiblemente, El Ávila es
una montaña en la que se podrían construir distintas soluciones habitacionales, enunciado
en el que, a través del categorizador indiscutiblemente, se impone un punto de vista y se
anula la posibilidad de que alguien opine distinto, salvo si se genera una situación
incómoda en la que el interlocutor decide disentir). Asimismo, tenemos las declaraciones
atenuadas, que, por el contrario, dejan opciones al alocutor y la posición del hablante se
presenta como solo una posibilidad: Parece que la mejor salida a la crisis económica
venezolana es una política monetaria sólida y unas medidas liberales para estabilizar el
tipo de cambio, enunciado en el que el autor, a través del atenuador parece que, deja la
posibilidad de que el interlocutor manifieste su inconformidad y proponga otra salida; no
hay imposición, por lo que no se afecta la participación del colocutor, es lo que se
denomina un enunciado cortés.
Análisis similares pueden hacerse sobre las otras modalidades enunciativas (los
enunciados exclamativos, los desiderativos y los imperativos).