Vol. 65 (106), 2025, pp.301-316 -Primer semestre / enero-junio
ISSN-L 0459-1283 e-ISSN - 2791-1179
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¿Laberintos de la investigación gramatical en Venezuela?
Obstáculos y oportunidades
Sexagésimo aniversario del IVILLAB (25/11/2024)
Sesión conjunta de la Academia Venezolana de la Lengua
y el Instituto Venezolano de Investigaciones
Lingüísticas y Literarias Andrés Bello
César Villegas Santana
cvillegass@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0002-0232-2009
Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Instituto Venezolano de Investigaciones Lingüísticas y Literarias
“Andrés Bello”
Academia Venezolana de la Lengua
Universidad Católica Andrés Bello
El día de hoy he sido invitado a compartir con ustedes en el marco del sexagésimo
aniversario del Instituto Venezolano de Investigaciones Lingüísticas y Literarias Andrés
Bello y del sexagésimo sexto aniversario de una revista colosal, la revista Letras, que va
por su número 105, con una comprometida periodicidad. Además, esta sesión es un sentido
reconocimiento a Minelia Villalba de Ledezma, quien dedicó su vida académica a la
investigación lingüística y a la educación, de quien fui discípulo y recibí mis primeras
lecciones en temas gramaticales a nivel universitario. En algunos casos, he querido hablar
un poco desde mi experiencia, a partir de los trabajos que he realizado, en el marco de lo
que creo que nos determina en el ámbito de la investigación gramatical en nuestro país.
Obstáculos de la investigación gramatical en Venezuela
El primer obstáculo que deseamos señalar, entre muchos otros, se refiere a las
posibilidades de los investigadores de trabajar con corpus actualizados y creados a los fines
de los estudios. Si queremos tener resultados representativos de las variantes gramaticales
presentes en el español venezolano, se requiere de corpus amplios, distintivos y actuales,
acordes a los años veinte del siglo XXI. Tales no existen, hasta donde sepamos. Las
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entrevistas de El habla culta de Caracas (Rosenblat y Bentivoglio) fueron publicadas en
1979 y el Corpus sociolingüístico PRESEEA (Bentivoglio y Malaver) fue publicado en
2012. En realidad, si bien estas son sus fechas de publicación, hubo entrevistas que tenían
hasta 10 años de haberse realizado para el momento de su edición. Algunos investigadores,
como Guirado (2015), han acudido a lo que se ha denominado la reingeniería de corpus,
consistente en reseleccionar materiales provenientes de diferentes corpus, sobre la base de
algunos criterios en los que coincidan. Somos conscientes de que los corpus obedecen a los
objetivos de una investigación y lo que puede servir para un estudio gramatical, puede no
serlo para uno pragmalingüístico, por decir solo una posibilidad. Para analizar la
conversación, un corpus como el Habla Culta de Caracas no es el más conveniente. En
consecuencia, los investigadores deben hacer sus propios levantamientos, lo que complica
su trabajo y, además, afecta las condiciones de la replicabilidad de estudios. Frente a esto,
tenemos la opción de los corpus que se han elaborado para la Asociación de Academias de
la Lengua Española, como el CREA y el CORPES, aunque no sean válidos para todas las
investigaciones.
Un segundo obstáculo está relacionado, paradójicamente, con el estado del arte en
los estudios gramaticales: parece que todo está ya estudiado. Pensemos en una obra tan
monumental como la Nueva Gramática de la Lengua Española, en la que se exponen, de
manera exhaustiva, todas las estructuras gramaticales del español. Pongamos por ejemplo el
trabajo sobre el complemento indirecto. Se presentan a profundidad todos sus significados:
destinatario (Carlos les entregó el cheque a sus familiares); experimentador (A me
gustó la película); origen (El mendigo olía tan mal, que todos nos le apartamos); término
(Sandra le fue con el chisme a tu esposa); ubicación (En agosto, tuvimos que cambiarle el
piso al cuarto). Sobre estos significados, se añaden los tipos de verbos con los que se
construye el complemento indirecto: de transferencia (Asunción le regaló una camisa a
Pedro por su cumpleaños), de comunicación (El director les informó a los médicos sobre
el aumento de sueldo); de demanda (Los alumnos requirieron al profesor que entregara
los exámenes); de intercambio (David le vendió a Luis una casa a buen precio). Como si
este nivel de exhaustividad fuera poco, la obra incorpora los esquemas sintácticos en los
que puede aparecer el complemento indirecto, es decir, con qué otras estructuras se
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combina: sujeto + verbo + complemento indirecto (A los jóvenes les agrada el
reguetón), sujeto + verbo + complemento directo + complemento indirecto (Oscar le
obsequió un anillo de boda a su novia), sujeto + verbo + complemento directo +
complemento de régimen + complemento indirecto (Le traduje el artículo al español a
Obdulia), sujeto + verbo + complemento de régimen + complemento indirecto (El novio
le hablaba de poemas románticos a su prometida), sujeto + verbo + atributo +
complemento indirecto (Esta información les será útil a los alumnos). Y solo citamos
algunos aspectos de los referidos en la obra académica; da la impresión de que todo queda
investigado. Cuando vemos tal nivel de profundidad, corresponde preguntarnos en dónde
podría estar nuestro aporte al estudio de cómo nuestra mente organiza el pensamiento para
comunicarlo con palabras.
A pesar de estas impresiones, aún nos quedan varias opciones, por lo que, a partir de
este momento, queremos hablar de las oportunidades que, en el marco de una gramática,
podríamos tener.
Oportunidades para la investigación gramatical en Venezuela
Oportunidad 1. La norma del español venezolano
¿Qué investigaciones se pueden realizar en estos momentos que sean relevantes y
pertinentes? Un primer camino es la determinación de la norma de prestigio del español de
Venezuela. Cuando vemos la obra académica, se presenta una norma de prestigio general,
pero ¿esta es la que se emplea realmente en Venezuela? Nuestra experiencia en
investigación gramatical nos ha dado a pensar que no es así. En un reciente estudio que
hicimos sobre la concordancia del adjetivo con grupos nominales coordinados en el español
de Venezuela, encontramos que la obra académica propone que, si se trata de sustantivos de
diferente género, la concordancia con un adjetivo pospuesto se establece en plural y en
masculino extendido (o gramaticalmente no marcado): Llevaba sombrero y corbata
negros, no Llevaba sombrero y corbata negra (RAE-ASALE, 2009, p. 2.437). Sin
embargo, en nuestro trabajo, en el que estudiamos el corpus CREA anotado de la página de
la Real Academia Española, encontramos en el español de Venezuela una variante
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sintáctica de prestigio: en el caso de los sustantivos coordinados, el primero masculino y el
segundo femenino plural, el adjetivo pospuesto concuerda con el último miembro: Sintió
un dolor y una molestia perturbadora”, enunciado en el que resultaría extraño interpretar
que solo la molestia era perturbadora, en tanto que el dolor no lo era. Otro ejemplo es los
hitos y las neas divisorias”, en el que se aplica la regla de la expansión semántica del
adjetivo a ambos sustantivos.
Cuando el adjetivo está antepuesto a ambos sustantivos, la norma establece que el
adjetivo concuerda con el sustantivo más cercano (unos nuevos espacios, distancias y
ataduras, enunciado en el que la expansión semántica del adjetivo nos permite interpretar
que afecta a los tres sustantivos). Sin embargo, en el español de Venezuela, en estos casos
de concordancia encontramos que nuestros escritores se inclinan muchas veces por un uso
no registrado en la obra académica, una variante pragmasintáctica; se trata de las
repeticiones como recurso alternativo a la concordancia parcial anticipada: unos nuevos
espacios, unas nuevas distancias y ataduras se habían formado de pronto entre él y los
demás, ejemplo tomado de Arturo Uslar Pietri. Andrés Bello ([1847] 1972, p. 241) ya había
reseñado estos casos:
Es conveniente la repetición de los adjetivos siempre que los varios sustantivos
expresan ideas que no tienen afinidad entre sí, como… «Gran saber y grande
elocuencia».
Este es solo un ejemplo que podemos hacer en el marco de la investigación
gramatical. Pero hay otros casos, que nos permitimos citar (Villegas, 2022), en los que es
necesaria la determinación de cuál es la norma de prestigio -real- empleada en Venezuela o
qué tan rechazada es la variante sintáctica:
a. La concordancia en oraciones pasivas reflejas, que tienen sujeto
referido a cosas (Se arreglan ruedos frente a *Se arregla ruedos) y las impersonales
reflejas, que poseen un complemento directo referido a personas (Se becará a los
deportistas que tienen buena disciplina frente a *Se becarán a los deportistas que
tienen buena disciplina).
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b. La concordancia del dativo con su referente (Este obrero no les
trabaja bien a sus clientes versus *Este obrero no le trabaja bien a sus clientes).
c. La concordancia del acusativo con su referente (El testigo se lo contó
todo a los policías, que, por el método de la pronominalización, da Lo contó todo,
frente a El testigo se los contó todo que genera la forma agramatical al elidir el
pronombre dativo *Los contó todo).
Oportunidad 2. Comparación de la norma venezolana con otras variedades de la
región
Un segundo camino tiene que ver con la comparación de nuestra norma de prestigio
con, por ejemplo, la de Colombia, con la que conformamos, según la delimitación de zonas
dialectales de la Real Academia Española y de la Asociación de Academias de la Lengua
Española, la zona del caribe continental: ¿cómo se materializa esta zona realmente?, ¿son la
norma venezolana y la colombiana la misma?, ¿se parecen a la norma del español de la
zona andina?, ¿cuáles son sus semejanzas con el español de otros países? Lo
ejemplificaremos con el léxico. El Diccionario de venezolanismos (Tejera, 1983) incluye
habladera porque, siguiendo el método contrastivo, no pertenece al español general. Pero
también se emplea esta palabra en otros países, por lo que nos emparentamos con Centro
América (se usa en Costa Rica, El Salvador, Honduras y Nicaragua) y con las Antillas
(Cuba y República Dominicana). Eso nos lleva a que nuestro trabajo no es solo la
determinación de nuestra identidad lingüística como venezolanos, sino también como
latinoamericanos.
Todos estos estudios alternativos que nos permiten seguir investigando en gramática
se fundamentan en las premisas sobre las que se erige la Nueva Gramática de la Lengua
Española, en la que se reconoce que hoy en día la norma tiene carácter policéntrico, aunque
se busque preservar la cohesión lingüística del español. La valoración social de los usos no
coincide en áreas lingüísticas diferentes; en consecuencia, lo que se pudiera considerar
normal, común o correcto en una variedad podría no serlo en otra. Pensamos por ejemplo
en el uso de los posesivos como modificadores de los adverbios, algo que parece totalmente
frecuente en Colombia (si nos dejamos llevar por sus producciones audiovisuales en
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distintas plataformas). Así, para los colombianos, pareciera perfecto decir encima mío,
cuando para nosotros lo prestigioso es encima de . Por supuesto que habría que estudiar
ambas normas para confirmar o no estas hipótesis, pues hasta ahora es solo una
especulación nuestra, lo cual demuestra que tenemos aún tareas pendientes, que constituyen
oportunidades de investigación. Y aquí recordamos otra característica del concepto de
norma: no hay una variedad que se erija como modelo panhispánico. En la Nueva
Gramática de la Lengua Española (prólogo, p. XLIII) se dice:
Es plausible, en cambio, resaltar de forma somera los aspectos más notables de cada
una de estas formas de variación allá donde se considere conveniente hacerlo.
Es, a todas luces, obligatorio para nosotros continuar con la descripción del español
venezolano, y no de manera somera, sino profunda y rigurosa, tal como se ha hecho durante
décadas en nuestra Universidad Pedagógica Experimental Libertador y, específicamente, en
el sexagenario Instituto Venezolano de Investigaciones Lingüísticas y Literarias “Andrés
Bello”.
Oportunidad 3. Participación en la construcción de teorías
Un tercer camino en el que podemos investigar es la construcción de teorías, para
fijar posición sobre aspectos no resueltos en la Nueva Gramática de la Lengua Española,
que presenta temas polémicos. Pondremos solo algunos ejemplos:
a. El verbo haber impersonal, cuya evaluación dentro de la norma de prestigio
aún es una deuda, sigue siendo problemático desde el punto de vista de su
explicación teórica. La Real Academia y la Asociación de Academias han logrado
sostener, no sin críticas, que el verbo haber es impersonal, pero cuando se establece
concordancia con el argumento (como en Hubieron grandes lluvias en Valencia),
sugieren que los hablantes lo interpretan como sujeto. Sin embargo, en los estudios
siempre se cuela la opción de interpretar este fenómeno como un caso de
conjugación objetiva (es decir, la posibilidad de que haber concuerde con el
complemento directo), sin que tal posibilidad quede totalmente descartada, aunque
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sea para negarla. Se ha mantenido el paradigma teórico de que, en español, el
verbo concuerda solamente con el sujeto. Alternativamente, ya se discute la opción
de que el argumento del verbo haber presentativo sea un sujeto especial y no un
complemento directo, lo que estaría reñido con los casos en los que es conmutable
por un pronombre acusativo (No hubo problemas en las elecciones. De haberlos,
habrían sido canalizados ante la comisión electoral). Se intenta a la fuerza
mantener la congruencia del modelo teórico en este aspecto. No se piense que esta
alternativa es tan descabellada. Antes, veamos nuestro siguiente caso.
b. Otro ejemplo de que podemos (y debemos) participar en las discusiones
teóricas ocurre con los verbos copulativos ser y estar, cuando tienen interpretación
impersonal (Eran los primeros días de lluvia este año). Al carecer de sujeto, en
estos casos no hay reparo por parte de la RAE y la ASALE en aceptar que, ante la
ausencia de sujeto, el verbo concuerda con el atributo. Dice la NGLE (2009): “se
suelen considerar atributos que atraen la concordancia” (p. 780). En estos casos,
estas concordancias que no se dan con el sujeto no se consideran una transgresión a
la norma ni tampoco que rompan con la premisa de la concordancia verbal
exclusiva con el sujeto, que señalábamos con el complemento directo de haber, lo
que constituye un trato no equitativo de los complementos verbales. Pero este no es
el único caso que rompe el modelo teórico académico; también se aplica cuando hay
un sujeto pronominal neutro, por ejemplo: Todo eso son juegos inocentes” o “Lo
mío son las bodas reales y acontecimientos en el mundo entero” (Manual, pp. 711-
712), en los que el verbo concuerda con el atributo, según la interpretación
académica y no con el sujeto en forma de un pronombre neutro. Esto es muy
llamativo, sobre todo frente a los sujetos pospuestos al verbo, como en el ejemplo:
Su fuerte son los arreglos con flores de papel”, en la que se toma los arreglos con
flores de papel por sujeto pospuesto. Podemos preguntarnos por qué en este caso
se valida la posposición del sujeto concordante, pero no en Todo eso son juegos
inocentes”, ¿por qué juegos inocentes no es el sujeto?
c. Nuestro tercer ejemplo de necesidad de discusión teórica es el estatus de las
perífrasis de participio. Emplearemos tres estructuras de las que ellas participan,
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según la Nueva Gramática de la Lengua Española: las perífrasis de los tiempos
compuestos, las de oración pasiva y las de participios concordados con el
complemento directo. Así tenemos: Hemos estudiado las condiciones climáticas. /
Las condiciones climáticas han sido estudiadas. / Yo tengo estudiadas las
condiciones climáticas, respectivamente. Aunque la gramática académica las
reconoce como perífrasis, no obedecen a los rasgos asignados a este tipo de
estructuras. Lo demostraremos con las de los tiempos compuestos, únicas que
parecen ser perifrásticas realmente: primero, la perífrasis no puede tener género ni
número de sustantivo, sino que debe estar inmovilizada (*Hemos estudiadas las
condiciones climáticas); segundo, las perífrasis no aceptan intensificadores
adverbiales (*Hemos muy estudiado las condiciones climáticas); tercero, las
perífrasis no aceptan la sufijación apreciativa (*Hemos estudiadito las condiciones
climáticas).
Por su parte, las perífrasis de pasiva no cumplen estos requisitos:
Las condiciones climáticas han sido estudiadas (pasiva perifrástica).
Las condiciones han sido estudiadas / los trabajos han sido estudiados (aceptan género).
Las condiciones han sido profundamente estudiadas (aceptan intensificación).
Las condiciones han sido estudiaditas (aceptan derivación, en contextos de énfasis).
Tampoco las perífrasis de participio concordado las cumplen:
Yo tengo estudiadas las condiciones climáticas (participio concordado con el complemento directo)
Yo tengo estudiadas las condiciones / Yo tengo estudiados los requisitos (aceptan género)
Yo tengo profundamente estudiadas las condiciones (aceptan intensificación)
Yo tengo estudiaditos los requisitos (aceptan derivación, en contextos de énfasis).
Quienes sostienen que estas estructuras son perifrásticas, señalan que no tienen
correlatos adjetivales: estar alterado se alterna con estar nervioso, por lo tanto, no son
perífrasis, pero lo es estar traducido porque no alterna con ningún adjetivo. Asimismo,
señalan que pueden tener un complemento agente: estar muy presionado por los
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problemas, cosa imposible en las que no son perífrasis: *quedarse huérfano por los
padres. Por último, argumentan que el significado atributivo y el perifrástico cambian. En
una oración como Tengo el auto sin lavar, el atributo conmuta por Tengo el auto así. En
cambio, en una oración como Te tengo dicho que no salgas más con él, no es posible la
conmutación por Te tengo así que no salgas más con él.
La toma de posición en este particular implicaría, como primera opción, rechazar la
existencia de perífrasis verbales de pasivas y de las perífrasis de participio concordado, con
lo cual se ampliaría el inventario de las estructuras atributivas, a las que parecieran
pertenecer. La segunda opción es aceptar su existencia, pero tendremos que incluir una
modificación en la definición del verbo, para sostener que las variaciones morfológicas del
verbo son persona, número, tiempo, modo y género y número de sustantivo, cosa bastante
cuestionable porque no sería aplicable a toda la conjugación. La pregunta de fondo aquí no
es qué nombre les damos a este tipo de construcciones, sino cómo construimos con palabras
nuestro pensamiento. La pregunta de fondo es si, en nuestra mente, hay una estructura
verbal específica para construir los contenidos pasivos (hipótesis 1) o hay una gran
organización, con verbo copulativo y atributo (hipótesis 2), que cumple tres funciones:
clasificar, calificar y comunicar pasividad.
Oportunidad 4. La investigación en pragmagramática
La pragmagramática se define como el análisis de la relación entre la gramática y la
interacción. Briz (2001, p. 11) sostiene que
sólo se pretende poner de relieve que el centro sintáctico se desplaza ahora a un
centro pragmático y que los entornos y contextos se convierten en marcos
explicativos del texto o discurso.
Para este autor, la gramática del enunciado y la de la enunciación se sobreponen, en
el marco conceptual de una gramática de la relación entre los interlocutores. Tal vez sea
este el ámbito que menos estudiado esté en la Nueva Gramática de la Lengua Española. Si
bien en ella se han abordado algunos temas, como los conectores discursivos y las
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funciones informativas (tópico, foco, información nueva), todavía nos quedan abiertas, en
estos dos temas, las perspectivas más orientadas al uso real y a la interacción entre los
hablantes. También tenemos un espacio potencial en el estudio de las modalidades
enunciativas. Propondremos, nuevamente, dos ejemplos: la modalidad interrogativa y la
declarativa.
En lo que respecta a la modalidad interrogativa, las investigaciones han apuntado a
que no son lo mismo la interrogación y la pregunta. La primera tiene la intención de
orientar la interpretación del alocutor, mientras que las segundas no (Díaz, 1973;
Huddleston, 1994; Haverkate, 1998, Escandell, 1999). Las interrogaciones poseen, entre
otras marcas, la negación, de la única que nos permitiremos hablar hoy. Si bien es cierto
que estos aspectos tienen tiempo siendo estudiados, no han logrado consenso entre los
especialistas y, menos, si se incluyen variables como el registro (oral escrito) o los
eventos comunicativos en los que se emplean, definidos por el tipo de interacción entre los
hablantes. Cuando una interrogación tiene negación, se producen significados específicos:
a. Comunican extrañeza y disconformidad con el conocimiento previo que el
hablante posee, como en ¿No ha llamado Juan? / ¿Tú no habías dejado de fumar? /
¿Por qué no has venido a clases?, en todos estos enunciados se esperaba que la
acción se hubiera realizado.
b. Se espera que el interlocutor comparta una información propuesta por el
hablante, como en Es un lindo día, ¿no?
c. Se pretende que se confirme la veracidad de una información: ¿Y no era
Luisa la que haría la exposición?
d. Se intenta que el oyente acepte una hipótesis, como en Los políticos son
unos incompetentes, ¿no?
Pero, además, se puede indagar en profundidad y rigurosidad lo que se ha
denominado la polaridad invertida. Si interrogamos con negación, la respuesta esperada es
afirmativa (Vamos a ir a la playa el fin de semana, ¿no?, la cual pone en apuros al
interlocutor si pretender responder que no). Pero si se emplea la doble negación, la
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respuesta deseada es también negativa, con cierto tono de reclamo y rechazo (como en No
vamos a comenzar a discutir, ¿no?). No son en realidad preguntas, sino que orientan la
interpretación del mensaje, le insinúan al destinatario qué responder e, incluso, cómo actuar
(gobiernan el comportamiento del interlocutor).
En cuanto a los enunciados declarativos, el hablante comunica una información,
ante la cual manifiesta cierto grado de certeza. Los lingüistas han dicho que es la modalidad
menos marcada. Pero los estudios desde la cortesía verbal han puesto en evidencia que
existen marcas que reflejan formas de subjetividad implícita, reguladas por normas que
orientan el comportamiento adecuado de los sujetos, dentro de los grupos sociales: se
favorecen los usos que propenden hacia la buena relación entre los hablantes y se inhiben
aquellos que pueden ocasionar conflictos. De esta forma, tenemos declaraciones neutras
(que no emplean ningún recurso que ponga en riesgo la interacción entre los participantes),
como en El Ávila es una formación montañosa que se extiende desde Caracas hasta el
norte del estado Miranda y el sur del estado La Guaira. Frente a ellas, estarían otras
declaraciones en las que se emplean marcas que regulan la interacción entre los
interlocutores. Por un lado, las que podríamos denominar categóricas, que imponen un
punto de vista al oyente y por lo tanto son descorteses (como Indiscutiblemente, El Ávila es
una montaña en la que se podrían construir distintas soluciones habitacionales, enunciado
en el que, a través del categorizador indiscutiblemente, se impone un punto de vista y se
anula la posibilidad de que alguien opine distinto, salvo si se genera una situación
incómoda en la que el interlocutor decide disentir). Asimismo, tenemos las declaraciones
atenuadas, que, por el contrario, dejan opciones al alocutor y la posición del hablante se
presenta como solo una posibilidad: Parece que la mejor salida a la crisis económica
venezolana es una política monetaria sólida y unas medidas liberales para estabilizar el
tipo de cambio, enunciado en el que el autor, a través del atenuador parece que, deja la
posibilidad de que el interlocutor manifieste su inconformidad y proponga otra salida; no
hay imposición, por lo que no se afecta la participación del colocutor, es lo que se
denomina un enunciado cortés.
Análisis similares pueden hacerse sobre las otras modalidades enunciativas (los
enunciados exclamativos, los desiderativos y los imperativos).
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Otros estudios pragmagramaticales apuntan al análisis de lo que se ha dado en
llamar partículas”, hasta el punto de que, se ha ido construyendo un Diccionario de
partículas discursivas del español, bajo la conducción de Briz, Pons y Portolés (2008). Un
ejemplo es la expresión digamos que, la cual presenta el miembro del discurso al que afecta
como una expresión que se debe entender de un modo aproximado y no literal, a menudo
con el fin de atenuar lo dicho y evitar responsabilidades ante el interlocutor, quien debe
entender que lo dicho no es completamente cierto o que hay cierta duda al respecto. Por
ejemplo:
Cómo te fue en el examen de hoy.
Digamos que no me fue tan mal.
En 2018, Pérez Béjar estudia la expresión si es que, que actúa como un elemento
que introduce un juicio importante, cuando se produce un contraargumento y, además,
como una estrategia de intensificación argumentativa. Un novio a su novia infiel: Sal con
quien quieras. Si es que me da igual, te lo juro. En 2020, González estudia el atenuador
casi que, como un recurso para minimizar el contenido proposicional o la fuerza ilocutiva,
y demuestra que su uso, entre España y Venezuela, no es el mismo. Mientras en Venezuela
podemos decir: Esa agua está casi que bajo cero, con una lectura descendente en la escala
y no refiere una temperatura inferior, sino una superior a cero. En España, casi que se
rechaza en frases de este tipo y se prefiere solo casi: Esa agua está casi bajo cero. Sobre el
tema de las partículas (sean conectores, marcadores, operadores, etc.), en el español de
Venezuela tenemos una deuda especial, pues todavía quedan muchos usos que investigar y
visibilizar, como el operador venezolano de ñapa, en el sentido de encima, para colmo, en
una escala gradual, como en la secuencia: El niño ralló las paredes de la casa, rompió el
televisor y, de ñapa, les faltó el respeto a los dueños.
A manera de cierre
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Hemos señalado varios caminos que se pueden seguir desarrollando, en el marco
de los límites que nos establecen las investigaciones actuales. Si bien es cierto que
pareciera que todo está estudiado, quedan muchas alternativas que nos permiten, a pesar de
las restricciones económicas y bibliográficas que nos determinan, continuar contribuyendo
con el estudio de cómo organizamos el lenguaje como reflejo del pensamiento y de cómo
interactuamos, en atención a normas y comportamientos socialmente establecidos y
presentes, de alguna forma, en el lenguaje. Muchas gracias.
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Referencias
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americanos. Caracas. Ministerio de Educación.
Bentivoglio, P. y Malaver, I. (2012). Corpus Sociolingüístico de Caracas: Preseea Caracas
2004 - 2010. Hablantes de instrucción superior. Boletín de Lingüística, (24), 3738.
Briz, A. (2001). El español coloquial en la conversación. Esbozo de pragmagramática.
Ariel.
Briz, A., Pons, S. y Portolés, J. (Coords.). (2008). Diccionario de partículas discursivas del
español. Recuperado el 16 de noviembre de 2024, de http://www.dpde.es
Díaz, A. (1973). La frase interrogativa como modalidad. Revista Española de
Lingüística, 3(1), 95-116.
Escandell, M. V. (1999). Los enunciados interrogativos. Aspectos semánticos y
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lengua española (Vol. 2, pp. 39293991). Espasa Calpe.
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Guirado, K. (2015). Reingeniería de corpus en Venezuela: Una propuesta metodológica
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César Augusto Villegas Santana
cvillegass@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0002-0232-2009
Profesor de Lengua Española (mención Magna Cum Laude) y Magíster en Lingüística, por el Instituto
Pedagógico de Caracas, de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Doctor en Lingüística
Aplicada, por la Universidad de Valladolid (España). Profesor titular de la Universidad Pedagógica
Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Caracas, donde fue jefe (e) de la Cátedra de Lingüística
General, coordinador de la Especialización y de la Maestría en Lectura y Escritura, coordinador del
Doctorado en Pedagogía del Discurso, director del Instituto Venezolano de Investigaciones Lingüísticas y
Literarias “Andrés Bello” y editor de la revista Letras. Ha desarrollado distintos proyectos de investigación
en lingüística y pedagogía del discurso, difundidos en artículos y libros especializados. Fue consultor de la
UNESCO para la III Conferencia Regional de Educación Superior. Se desempeñó como profesor
contratado en la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. Actualmente es profesor titular de la
Escuela de Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello, donde ocupa el cargo de
Coordinador del Programa de Tutorías Acamicas Integrales. Numerario de la Academia Venezolana de
la Lengua y miembro correspondiente de la Real Academia Española.