las salidas jocosas de nuestros hablantes. Merece la pena un breve recordatorio de este
aspecto que siempre celebramos con doña Minelia. Por ejemplo, como parte de las
indagaciones fonéticas, buscábamos cerciorarnos de la pronunciación de la [ y ], en la palabra
[máyo]. Durante una de las indagatorias, aspirábamos a que uno de nuestros informantes
dijera una de las opciones siguientes: [máyo, máio, má ʎo]. En algún momento, buscando la
espontaneidad y el automatismo en la pronunciación, sin darle mucho tiempo a pensar, se nos
ocurrió preguntarle lo siguiente:
—Señor, ¿Qué sigue después de abril?
Hasta el día de hoy, ignoramos si lo hizo con intención o no, pero, en efecto, la respuesta
fue automática. Con seguridad absoluta, aquel caballero respondió sin titubear:
-Bueno, después de abril viene cerral…
Quiero referirme también al establecimiento de una tríada de fechas relevantes durante la
carrera académica de doña Minelia:
1. 1995. Es elegida miembro correspondiente de nuestra AVL por el Distrito Federal, y,
para incorporarse, ofrece una aproximación al género flexivo en -a, con un importante
aporte que hoy es de total actualidad: la negación de la mujer profesional a
autodesignarse o a que se la designe en femenino cuando ejerce alguna determinada
profesión u ocupa algún cargo público. Para aquellos años, muy pocas damas se
resignaban a ser médicas, abogadas, psicólogas, ministras, concejalas e incluso
presidentas. Una de las razones para ello se relaciona con que, socialmente, se
consideraba dichas designaciones femeninas como despectivas o peyorativas
(Villalba de Ledezma, 1995). Algunas veces sus informantes aportaban incluso
motivos muy comprensibles, sea el caso emblemático del femenino poetisa, alusivo
a “las mujeres que hacían versos cursis” (p 205).
Sabemos que, todavía a estas alturas, persisten diversos prejuicios respecto de
esto, aun por encima de los avances en los estudios del lenguaje incluyente. Aparte
de algunos sintagmas marcados por el desprestigio (v.g., la jefa, la lideresa, la
choferesa), una de las posibles causas subliminales de esa situación es que, cuando