la solidaridad, la honestidad, la responsabilidad, el trabajo, la conciencia del deber social y
por sobre todas las cosas, del amor.
En la vida personal de todos sus familiares,
hijos
propios y del amor como a Ella le gustaba decir, sus nietos y demás miembros de una
numerosa familia, están las huellas de dos vidas ejemplares, Minelia y Pedro Felipe.
Gracias a ese ejemplo, una parte significativa de sus miembros han asumido como misión
de vida la docencia, consecuencia de un ambiente permeado por el estudio, la valoración
del conocimiento, la convivencia e intercambio desde el hogar con grandes maestros como
Luís Quiroga, Celia Jiménez, Ramón Tovar, Vásquez Fermín, Elio Gómez Grillo, Mario
Torrealba Lossi, Josefina Falcón de Ovalles por solo nombrar algunos connotados
educadores, pertenecientes a una generación formadora de formadores.
La Profesora Minelia de Ledezma transitó todos los caminos de la profesión
docente: el aula, la gerencia, la investigación y la responsabilidad gremial. En todos esos
ámbitos se hizo constante su dedicación, su desprendimiento, su profundo amor por la
docencia y por el Instituto Pedagógico de Caracas.
Esa dimensión integral de un Maestro solo es aprehensible a través del tiempo, de la
vivencia, de las circunstancias habidas.
Finalizaremos esta Semblanza de la Maestra de maestros Minelia de Ledezma con
las siguientes palabras de Hannah Arendt:
La tarea y potencial grandeza de los mortales radica en su habilidad en producir
cosas - trabajo, actos y palabras - que merezcan ser, y al menos en cierto grado lo
sean, imperecederas con el fin de que a través de dichas cosas, los mortales
encuentren su lugar en un cosmos donde todo es inmortal a excepción de ellos
mismos. Por su capacidad en realizar actos inmortales, por su habilidad en dejar
huellas imborrables, los hombres, a pesar de su mortalidad individual, alcanzan su
propia inmortalidad (Subrayado nuestro) y demuestran ser de naturaleza ‘divina’”
(Arendt, Hannat, 2005:44).
La Profesora Minelia será por siempre el vivo ejemplo del Maestro incansable, innovador,
crítico, sensible, justo y solidario, el docente que jamás olvidó su rol dentro de la sociedad. No hay