El discurso del honor en principales y mestizos. Nuestra Señora de la Paz de Trujillo. Siglos XVII-XVIII
Palabras clave:
Honor, principales, mestizos, siglos XVII-XVIIIResumen
En América, con la llegada del español se impuso una actitud de imitación del modelo Hispánico; querer reproducir no sólo el ordenamiento jurídico, el habla castellana y la fe católica, sino que se trató de copiar costumbres y comportamientos sociales. Los actores novo hispanos, se sintieron parte de un grupo honorífico por ser descubridores, fundadores y pobladores. Empezaron no sólo a consolidar su estatus económico y social, sino que comenzaron a construir un discurso para fundamentar su imaginario elitesco y aristocratizante. Un discurso entendido con el más amplio significado, que reafirmará la imagen deseada, aquello que se quería ser y parecer. Y que a la vez tenía que ir respaldado por el manejo de signos y representaciones del poder. Ese discurso se fue construyendo sobre todas las variantes del comportamiento social, desde las formas orales y de trato, pasando por la escritura de los documentos oficiales y particulares, hasta las formas de vestirse y de convivencia cotidiana. De la misma manera, así como los blancos principales tenían su código de honor, los pardos, también practicaban y se imponían una ética que les permitía identificarse y tener una cohesión social. Aunque parezca contradictorio, los pardos, quienes por años habían padecido la discriminación social y racial, por parte de los blancos criollos como clase dominante, lejos de buscar diferenciarse de éstos, trataban de reproducir el imaginario de los principales y apelaban también a la “limpieza de sangre”. No es extraño que las familias de mestizos y pardos tuviesen un concepto del honor y de la honra fundamentado en los mismos parámetros que las familias blancas.